McDonalds cierra sus puertas a las manzanas transgénicas
El gigante de la comida rápida junto a Gerber Products Company han anunciado que no ofrecerán a sus clientes manzanas Artic, las primeras producidas mediante ingeniería genética en el mundo, y que se encuentran pendientes de aprobación por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.
El movimiento contra los transgénicos recibió una fuerte derrota el martes último luego de que los habitantes de Washington rechazaran el etiquetado a los alimentos transgénicos. Pero, en un postura diametralmente opuesta, McDonalds Corporation y Gerber Products Company han anunciado que no ofrecerán a sus clientes manzanas Artic, las primeras manzanas producidas mediante ingeniería genética en el mundo, y que se encuentran pendientes de aprobación por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.
Las medidas tomadas por los principales proveedores de alimentos sugieren que la información que corre sobre los transgénicos está teniendo su impacto, a pesar de los triunfos de la Industria Biotecnológica en su lucha continua a favor de sus productos.
La ONG Amigos de la Tierra informó a fines de la semana pasada que Gerber y McDonald escribieron cartas con fecha del 31 de octubre y del 1 de noviembre respectivamente, confirmando que se negaban a utilizar estas manzanas en sus menús, consigna Ibtimes.com
“Como se indica en la carta, las frutas y purés de verduras de Gerber se hacen sin la utilización de productos transgénicos. No utilizamos Manzanas Artic ni tenemos pensado usarlas en el futuro”, apunta la misiva de la firma.
Los alimentos transgénicos siguen generando un enconado debate, especialmente en los últimos años, ya que Empresas como Monsanto y Syngenta siguen promoviendo los productos transgénicos, ejerciendo lobby en los Parlamentos, rechazando proyectos de ley, como el del etiquetado de los productos que contengan transgénicos.
La cuestión de los transgénicos llegó a un inusitado extremo el pasado mes de marzo con la aprobación de la llamada “Ley de Protección de Monsanto”, un acuerdo con los lobbies para limitar las restricciones por parte de las Agencias de Regulación en caso de que aumentasen las preocupaciones sobre la salud debida al consumo de alimentos transgénicos.
Finalmente, el Senado echó abajo la medida en septiembre, y ello a pesar de los esfuerzos de Monsanto para que se mantuviese, pero el daño ya se había hecho a Monsanto y la Industria de los transgénicos a pesar de la limitadas evidencias de los impactos negativos en la salud de los seres humanos.
La Ley de Protección de Monsanto creó un fuerte sentimiento en contra de los transgénicos, aglutinándose un movimiento que el pasado 12 de octubre salió a la calle, en más de 400 ciudades millones de personas protestaron contra esta industria y para llamar la atención sobre sus controvertidas prácticas.
Pero la presión de los protransgénicos logró derrotar el pasado martes la iniciativa de etiquetado de los transgénicos en el estado de Washington, por un margen del 54 al 46%, de acuerdo con el recuento realizado en la noche del miércoles. Todavía faltan votos por contar, pero una brecha tan grande es difícil que se reduzca.