En diciembre un macabro caso de maltrato animal repercutió en los medios, en las redes sociales, en las personas. Un garzón tiró una olla de agua hirviendo a un perro callejero para alejarlo de la entrada del restaurante Ají Seco, lugar donde trabajaba.
Polaco -nombre del animal- quedó con 20% de su cuerpo quemado. Y luego de estar más de dos meses bajo el cuidado de la Fundación Stuka finalmente encontró una familia definitiva.
Lucía Swiatek, de origen polaco, se enteró de la noticia y cuando supo cómo se llamaba el perro lo tomó como una señal. “Me pareció un perro súper lindo, lo conocimos el sábado y lo queríamos llevar de inmediato. Es muy lindo, se portó súper bien, se merece todo el cariño por lo mal que lo ha pasado”, dijo a radio Biobio.
Fernanda Solari, coordinadora general de la Fundación Stuka, habló sobre el trabajo que hacen al encontrar un hogar a perros abandonados o callejeros: “Como fundación no entregamos los perros así como así, para nosotros los perros no son un ‘cacho’, todo lo contrario, es haber invertido tiempo, amor y dinero en Polaco para que se vaya tranquilo y que lo entregaremos a buenas manos”.