Guía energética en modo electoral: ¿qué proponen Guillier y Piñera en materia de centrales a carbón?
A continuación, un informe sobre las definiciones de los candidatos que debieran ser consideradas por la ciudadanía que, integrando ese 78 %, votará en la segunda vuelta.
En una variable fundamental con miras a la segunda vuelta se ha transformado el estudio que recientemente publicara el Banco Interamericano de Desarrollo sobre cambio climático. En este informe, que midió las visiones de los ciudadanos y ciudadanas en los países de América Latina, un 78% de los chilenos y chilenas prefiere que se priorice “la lucha contra el calentamiento del planeta por sobre el crecimiento económico”, en oposición al 12 % que piensa lo contrario.
La discusión política relativa a esta polaridad está instalada desde hace varios años en Chile. El último round derivó en la renuncia de los ministros de Hacienda Rodrigo Valdés y de Economía Luis Felipe Céspedes, producto del rechazo del proyecto minero-portuario Dominga, por el Comité de Ministros liderado por el titular de Medio Ambiente Marcelo Mena.
El tema cobra relevancia a la luz de los resultados presidenciales del 19 de noviembre, donde según las proyecciones existe prácticamente un empate técnico entre el candidato de la Nueva Mayoría Alejandro Guillier y de Chile Vamos Sebastián Piñera. En este contexto, cualquier punto a favor o en contra es de vida o muerte… electoral.
Al escrutar la realidad energética del país, está claro cuáles debieran ser los énfasis en este ámbito ad portas el balotaje: las centrales a carbón aún en operación, principalmente en zonas de sacrificio, versus las energías limpias. Esto dado que las carboneras (29 a nivel nacional) hoy son las responsables del 91 % de CO2 que el sistema eléctrico nacional emite al ambiente, sector en Chile que más aporta al calentamiento global.
Esto sin considerar que además representa una condena para la salud de la población, especialmente para los niños, en ciudades como Tocopilla, Mejillones, Huasco, Puchuncaví y Coronel, donde se concentran las carboneras y han debido implementarse planes de descontaminación. Las carboneras en Chile consideran hoy una capacidad instalada menor a un 23 % del total del parque eléctrico nacional, sin embargo en 2016 generaron el 44 % de la electricidad que se utilizó en el país.
¿Qué dicen los candidatos?
Aunque los temas ambientales y energéticos no han sido grandes protagonistas de la campaña presidencial, es relevante conocer los anuncios en la materia de los candidatos aún en carrera y establecer si su coherencia con las prioridades ciudadanas y lo que, según el estudio del BID, está demandando una mayoría de la población.
En el caso de Alejandro Guillier, su programa contempla dos capítulos relacionados: Energía para mejorar la calidad de vida de la gente; y Medioambiente y Cambio Climático. Algo similar a lo propuesto por Sebastián Piñera, quien incorpora el tema en el capítulo Recursos naturales e infraestructura para potenciar el progreso, y lo vuelve a tocar en Medio ambiente, cambio climático y calentamiento global.
En términos del fomento de energías limpias, el abanderado de Chile Vamos plantea la necesidad de “facilitar el desarrollo de fuentes de energía renovable, como la eólica, solar, hídrica, geotermia y biomasa, para reducir las emisiones de carbono acorde a nuestros compromisos del Acuerdo de París” y “convertir a Chile en una plataforma de desarrollo de tecnologías solares competitivas, incentivando la I+D mediante estímulos económicos y fondos públicos concursables, y avanzar hacia una matriz energética totalmente limpia y renovable”.
El representante de la Nueva Mayoría, en tanto, se compromete a procurar “un acuerdo nacional para una Estrategia de Transición Energética, que tenga como propósito la eficiencia energética, la reducción de los gases de efecto invernadero, el abandono progresivo de los combustibles fósiles y el desarrollo de las ERNC eficientes, basados en las más avanzadas tecnologías”. Además, plantea ir terminando desde ya con el uso de combustibles fósiles, en los cuales se incluye el carbón. Eso sí, en su programa no se refiere a la posibilidad de generar un marco normativo para cerrar a la brevedad las termoeléctricas que usan este energético.
¿Política pública o libre arbitrio del mercado?
En materia de cambio climático a nivel general, Piñera propone “implementar una Ley de Cambio Climático a fin de cumplir con nuestro compromiso internacional al año 2030”, “crear o fortalecer el Sistema Nacional de Inventarios Nacionales de Gases Efecto Invernadero (GEI), el Sistema Nacional de Prospectiva de GEI y el Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes”, “Integrar la adaptación al cambio climático al Sistema Nacional de Inversiones, la Estrategia Nacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, la Evaluación Ambiental Estratégica y las normas de infraestructura y edificios” y “asignar las responsabilidades sectoriales de reducción de emisiones globales, actualizar los planes de adaptación y fortalecer la capacidad de fiscalización del impuesto al carbono de la Superintendencia de Medio Ambiente”, entre otras medidas.
Guillier, en tanto, señala que “se profundizará la visión estratégica del Estado chileno con un horizonte al 2050, lo que debe expresarse en todas y cada una de las regiones del país. Esto supone el desarrollo de capacidades regionales para asegurar la participación de los diversos actores de la sociedad civil. Estos diálogos deben basarse en la evidencia científica pero también en la experiencia que se ha ido acumulando en cada territorio. Esto es clave para advertir riesgo e implementar medidas para mejorar las capacidades de adaptación a os cambios climáticos”.
Pero fue en el debate Energía Presidencial, del 15 de octubre, en que los jefes programáticos del área entraron a área chica de la termoelectricidad, fundamentalmente a carbón.
En representación de Sebastián Piñera, la especialista del Instituto Libertad y Desarrollo Susana Jiménez, señaló que producto de la actual legislación sobre emisiones “el proceso natural y competitivo va a ir dejando estas centrales fuera, en la medida de que además, como hemos ido viendo de manera mucho más rápido a lo esperado, se va produciendo una baja en los costos de desarrollo de las energías renovables”. En el fondo, el equipo de Piñera no manifiesta un compromiso de política pública al respecto, sino esperan que opere el mercado.
En el caso de Alejandro Guillier, el experto Nelson Muñoz se mostró contrario a las centrales a carbón toda vez que hay “cuatro mil megawatts que son del siglo pasado en centrales a carbón construidas en el siglo pasado. Y la pregunta es ¿qué hacemos con ellas? Tenemos que hacer un plan y tenemos que hacerlo paulatinamente y con conciencia, manteniendo los bajos costos, porque todavía el carbón aporta energía a bajos costos”. Este plan se llamaría Ley de Transición Energética, que “va a determinar de qué manera vamos sacando paso a paso aquellas unidades térmicas… y esa es una diferencia que tenemos con la candidatura del ex Presidente Sebastián Piñera, que en el corto plazo no podemos permanecer neutral frente a la tecnología que usamos, tenemos que tomar opciones porque existen alternativas”.
Estos son los compromisos de los actuales candidatos en materia de energía, carbón y cambio climático. Visiones que, junto a las que propongan en los próximos días, debieran ser consideradas por los ciudadanos y ciudadanas que, integrando el 78 % de los chilenos y chilenas que dicen privilegiar el combate al calentamiento global por sobre el crecimiento económico, irán a votar el próximo domingo 17 de diciembre