Hemosestadopeor: el documental de un joven que grabó a su amigo muriendo de cáncer
Lucas Quintana y César Mora son amigos y estudian cine. Cuando César se enferma, deciden grabarlo todo para tener otra cosa en qué pensar. El trabajo es un intento de tomarse con humor la situación, y el resultado es un registro escalofriante-mente íntimo de como dos amigos viven un proceso así.
Lucas Quintana (21) y César Mora (26) son amigos y compañeros de curso. Estudian cine en el Arcos. Para el ramo de documental tienen que hacer uno. A Lucas le cargan. “Tenía las mismas ganas de hacer un documental que de estudiar ingeniería comercial, o sea, no muchas”, dice.
Entonces, la vida. César empezó a sentirse mal y fue al médico. El primer diagnóstico fue malo. El segundo peor. “Primero le dijeron que podía ser cáncer o tuberculosis, ninguna de las opciones pintaba bien. Eran una mierda las dos”, cuenta Lucas.
César había ganado un concurso que le financiaba la realización de un cortometraje y en eso estaban. Hasta que la enfermedad se empezó a manifestar. “El Guey- sobrenombre de César- se enfermó y tuvimos que suspender todo. Se enteró que tenía cáncer, y peor, le dijeron que tenia aproximadamente 6 meses de vida. Quedamos todos para la cagá”.
Entonces César le dice, frío, ácido, a Lucas: “Hagamos un documental con lo que me está pasando”.
Lucas responde seco: “Ni cagando”.
Lucas vio a su abuela morir de cáncer. “Fue una mierda”, confesará, “no tenía ninguna intención de volver a pasar por eso. La verdad hasta me costaba ir a verlo”.
Fue su profesora, Michelle Bossy, la que prácticamente lo obligó. Después se transformaría en productora ejecutiva. “Primero no sabíamos cómo hacerlo, solo sabíamos que no queríamos contarlo como un drama, sino intentar, en lo posible, hacer algo como una comedia, tirar pa´allá”.
-Claro, además imagino que cuando empezaron a grabar era algo como 50 y 50…
-No sé… es que yo soy muy malo para hacerme expectativas, me costaba creer que se fuera a salvar, soy un hueón con muy poca fe, en todos los sentidos. Obviamente quería que se salvara, pero una parte de mi sabía que no. En mi historia personal la muerte tampoco es algo muy ajeno.
Lucas piensa un rato antes de seguir.
“Tampoco la idea era hacer un documental que trate sobre grandes temas, como la vida, o el cáncer. Estoy todavía confundido respecto a eso, en si es más una reflexión sobre la amistad, la familia, la pérdida, o qué. Lo que si sé es que había una intención de perderle un poco el miedo a la muerte, no en el sentido de cruzar la calle en rojo o jalar mucha cocaína, sino de entender que es algo muy fuerte, pero natural, y que es casi la única cosa que al final nos cruza a todos los seres humanos. Quisimos tratar de dejar atrás esta idea, que es falsa, de que la muerte es algo ajeno, lejano, porque no lo es”.
Sobre el resultado, “Hemosestadopeor”, que no puede ser descrito con otra palabra que no sea “estremecedor”, Lucas comenta: “Todavía veo el documental como algo muy insignificante respecto a lo que pasó, en este momento, solamente pienso en su familia, en que el documental les va hacer bien, les va servir. El docu es puro amor, si funcionó fue porque lo hicimos con puro amor, guata, sufriendo, pero queriendo que la gente conozca al Guey, que su historia se sepa”.
¿Cómo fue tu experiencia, ahora, con perspectiva, de estar dirigiendo y al mismo tiempo acompañando a tu amigo en un momento así?
-Fue muy difícil, pero al final fue una muy buena forma, o excusa, de justamente acompañar a mi amigo, de reírnos, y pasarlo bien. El fue siempre un gallo frío, sarcástico, pero en varios momentos me hizo saber que agradecía lo que estábamos haciendo. Sobre todo porque se aburría mucho, o sea, no tenís mucho que hacer cuando te dicen que estás desahuciado.
-Se dieron algo en qué pensar mutuamente entonces, digo, con el documental.
-Claro, él estuvo siempre muy preocupado del documental. No era su primera prioridad. Por supuesto que su primera preocupación era intentar sobrevivir. Yo vi a dos César, el que se mostraba a la gente, de que todo le importaba un pico, pero había otro lado sé que se sentía muy solo, pese a que no lo estaba, pero porque era él el que se iba a morir y eso tiene que ser un sentimiento abrumador, aterrador.
-Llama la atención la ausencia de momentos como de epifanía, que se supone que llegan cuando uno se enfrenta a la mortalidad.
-Es que, ¿quién dice que antes de morir vai a entender toda la vida? ¡Eso no pasa, hueón! Es pura confusión, puro miedo. El César nos decía: una de cada cuatro personas en Chile sufre de cáncer, y puta, ¡me tocó ser ese hueón!”
Llega el momento de despedirse. Lucas se levanta y cuenta que el pre-estreno de “Hemosestadopeor” es el 5 de abril en el Cine Arte Alameda.
Dice que no le resulta fácil pensar en lo que viene, estreno, festivales, etcétera. Dice que le cuesta, porque claro, es imposible separar el producto audiovisual de lo qué pasó: “Al final el César hizo de su vida, y de su muerte, una obra cinematográfica. Convirtió su tragedia culiada en un regalo para nosotros. En ese sentido creo que estaba un paso más adelante del resto de nosotros. Porque claro yo te digo que para mí fue difícil, pero ni cagando tanto como para él, puta yo estoy acá contándote la hueá. Al final él tuvo una grandeza artística y personal muy grande. Yo ni cagando seria capaz de hacer lo que César hizo, se enfrentó a la enfermedad, trató de salvarse y al mismo tiempo hizo una película. Porque claro, yo la dirigí, pero finalmente el que la hizo posible fue él”.