Cambio a las AFP: la estrategia de Bachelet para revertir la baja aprobación
Tres analistas analizan la decisión de la Mandataria de hacer cambios de este tipo un año y medio antes de dejar el cargo y, sobre todo, apelando a un gran "acuerdo nacional" para sacarla adelante.
Las últimas semanas han sido las peores de la segunda administración de la Presidenta Michelle Bachelet. Entre las reformas, problemas sectoriales, un gabinete cuestionado y una ministra al borde de una acusación constitucional, la jefa de Estado llegó a su nivel más bajo de aprobación: un 19% (Cadem), bajando por primera vez de la barrera de los 20 puntos.
Pero en medio de todo esto apareció una oportunidad: responder a la crisis a las AFP. Una manifestación masiva de más 750 mil personas en todo el país en contra del sistema, una agrupación que comenzó a hacer ruido y todos los sectores políticos hablando de modificar o al menos perfeccionar el sistema, fueron el espacio para que Bachelet anunciara en cadena nacional una serie de medidas para mejorar las pensiones.
En esos 5 minutos, la Mandataria habló de varios cambios, descartando de plano una reforma profunda; pero lo que más destacó fue la frase “acuerdo nacional” para lograrlo. Desde La Moneda, Bachelet insistió en que conversará con todos los sectores para avanzar rápidamente en las modificaciones que pide la ciudadanía con “urgencia”.
La decisión de sumarse al debate respecto de las AFP fue visto con buenos ojos tanto en la Nueva Mayoría como en Chile Vamos. Pero… ¿servirá esta serie de cambios para revertir la baja aprobación con que cuenta hoy la Presidenta?
“No estoy seguro de que esto se traduzca en un aumento de aprobación”, dice Claudio Fuentes, director de la Escuela de Ciencia Política UDP, ya que se trata de una batería de anuncios y no de políticas concretas que afecten el bolsillo de la gente inmediatamente. “La baja aprobación del Gobierno es estructural y responde a una crisis de credibilidad en general”, agrega.
En esa línea, el académico plantea que para que los cambios realmente beneficien a la gente debe pasar al menos un año o más, entre ser presentado como proyecto, aprobado y entrar en vigencia, por lo que si esto no se traduce en algo “rápido”, no habrá mejores cifras para Bachelet antes de que termine su gobierno, para lo que quedan solo 18 meses.
El analista político Kenneth Bunker dice que “el tono del mensaje fue preciso y eso le puede servir porque la gente ve como positivo que se hagan grandes pactos que los beneficien y que vayan más allá de las rencillas políticas. Eso puede significar un par de puntos más arriba”.
En ese sentido, Bunker explica que “Bachelet ya está casi en el fondo de lo que puede llegar y es difícil que caiga más abajo. En el peor de los casos podría llegar a 15%”, pero que eso va a depender también del cambio de gabinete, si se va a seguir hablando de Javiera Blanco, de la acusación constitucional, que hoy están un poco eclipsadas por el tema de las AFP.
El analista Gonzalo Müller (UDI) dice que si el Gobierno hace una reforma de este tipo pensando en subir la aprobación ciudadana “es un error”. “La mejora en la percepción de la gente tiene que ver con las hacer las cosas bien y con convicción, algo que este gobierno no ha sido capaz de hacer en ninguna de sus reformas. Si la mala implementación de sus transformaciones es lo que los ha hundido, apostar a una reforma a las pensiones es una muy mala estrategia”, señala.
¿Son bien vistos los “acuerdos nacionales”, como sugirió Bachelet?
“En general no son bien vistos por la gente”, dice Kenneth Bunker, porque a la gente no le gusta la política y no la evalúa bien. Sin embargo, “hay momentos claves donde la gente sí valora que la gente se ponga de acuerdo, como es el caso de Ricardo Lagos y Pablo Longueira”.
“Pese a todo el desprestigio de la política, la gente puede pensar que al menos están haciendo algo por nosotros, que hubo una masiva protesta y hubo una respuesta concreta, es algo que se puede valorar”, dice el analista.
Claudio Fuentes es más pesimista en su visión. El analista cree que son bien vistos pero que van a surgir divisiones inevitables en medio de la discusión, que harán que se desarme este gran acuerdo político. “No auguro un acuerdo entre la misma Nueva Mayoría, y volverán a explicitarse los desencuentros entre el PC y la DC. Luego lo mismo con Chile Vamos”, dice.
Respecto a los acuerdos transversales, Müller dice que las promesas de este tipo son delicadas, porque las expectativas son “altísimas en un tema muy doloroso” y que es difícil que el Gobierno pueda hacer algo con esta reforma que no ha sido capaz con las otras. “Para jugar al Barcelona, hay que jugar con los jugadores del Barcelona, no hacer como que los tienes y que después no funcione”, finaliza.