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9 de Mayo de 2017

Desempleo juvenil en Chile: radiografía al difícil panorama laboral de las nuevas generaciones

El desempleo juvenil en Chile es el doble respecto de la tasa de desempleo de la población general y urge identificar las barreras que impiden su ingreso al mundo laboral.

Por Redacción EL DÍNAMO
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A sus 23 años, Rafael Morales lleva seis meses buscando trabajo. Es sicólogo de la Universidad Católica y previo a ello estudió en un colegio particular de Talca. Dedica su tiempo a ver empleos por internet, a corregir su currículum y a ir a entrevistas presenciales. Nunca antes ha trabajado, al menos no en su profesión, y este es su inicio al mundo laboral.

“A veces siento ansiedad, porque ha pasado tiempo. Pero luego me calmo porque sé que tengo buena educación y eso, tarde o temprano, me va a traer frutos. De todas formas, es duro ver a mis compañeros de la universidad que consiguieron trabajos, compañeros con quienes me titulé”, cuenta.

Desde una vereda opuesta, Patricia Sepúlveda señala que estuvo alrededor de un año viendo trabajos en el comercio que le acomodaran. Encontró algunos, pero no duraba demasiado. Sin una educación universitaria de por medio, la joven de 21 años decidió quedarse en su casa para ayudar a su familia con los quehaceres del hogar.

Tanto Rafael Morales como Patricia Sepúlveda forman parte del 17,1% de jóvenes chilenos entre 20 y 24 años que no tienen trabajo, según la encuesta de Ocupación y Desocupación del Gran Santiago realizada por el Centro de Micro Datos de la Facultad de Economía de la Universidad de Chile. El mismo estudio reveló que un 11,9% de los jóvenes entre 25 y 29 años están cesantes. Dichas estadísticas son el doble de la cifra de desempleo a nivel nacional, el cual alcanza un 6,6%  de la población en el primer trimestre de este año.

“Nuestra capacidad productiva no le está dando trabajo a los jóvenes. Entonces, como producimos poco y como el crecimiento económico es poco, ellos se quedan sin trabajo. Si el crecimiento económico fuera más grande, ellos tendrían empleo y a mayor empleo, mayor consumo, entonces ahí empieza el círculo virtuoso”, explica  Alejandro Maureira, economista de la Universidad Andrés Bello.

Identidad y cohesión

Pero la desocupación laboral juvenil repercute no sólo a nivel económico, si no que también incide en la esfera individual y colectiva. Sociólogos identifican que la principal causa asociada a ella es la falta de educación y capacitación para encontrar un trabajo apropiado, algo que denominan como una falta de “anclaje del sistema educacional al sistema del mercado laboral”.

Más allá de obtener una remuneración y una ocupación, el trabajo desarrolla externalidades como la identidad y la cohesión social. Según explica Mauro Basaure, sociólogo e investigador del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social, “el mercado laboral es uno de los grandes elementos que se considera para cumplir con una sociedad cohesionada. Si tú no tienes trabajo estás excluido de muchas cosas: previsión, consumo y de las cuestiones simbólicas que entrega el trabajo, entonces se produce una fractura”.

El acceso a oportunidades impacta fuertemente a los sectores más vulnerables.. “La falta de experiencia, problemas de capacitación y problemas de tiraje de la economía (oferta y demanda) afectan a tipos bien particulares. Los más afectados son los sectores más vulnerables socioeconómicamente hablando y un gran número de esos jóvenes desempleados son jóvenes pobres y mujeres en segundo lugar”, enfatiza Basaure.

Una visión coincidente tiene Cristián Doñas, sociólogo y director del Observatorio de Desigualdades de la Universidad Diego Portales. A su juicio, el desempleo juvenil se relaciona con el capital humano que cada joven cultiva, según su formación educacional y experiencia. “La estructura del sistema del trabajo en Chile no permite a jóvenes sin educación entrar a puestos laborales. No hay trabajos en los cuales el joven pueda aprender una vez salido del colegio”, dice.

Expectativas v/s oportunidades

¿Qué buscan los jóvenes y qué buscan las empresas? La comprensión de este fenómeno y el gap de expectativas y necesidades entre ambos contextos podría contribuir a un mejor abordaje de los factores que están incidiendo en un mundo laboral que no satisface la entrega efectiva de puestos de trabajo a quienes se inician en el mundo laboral.

El diagnóstico de Nicolás Farfán, Director del Instituto Nacional de la Juventud (Injuv), es claro: “La transición escuela-trabajo está costando mucho porque quien requiere de contratar personas está buscando habilidades, herramientas o competencias que quizás no se están otorgando en la educación”. Ante eso, crearon el programa “Tu Primera Pega”,  orientado a jóvenes más vulnerables, cuyo fin es prepararlos para su primera entrevista de trabajo, ofreciendo además becas de idiomas, en inglés y chino, así como también talleres de habilidades blandas.

Al analizar el contexto que afecta a la educación técnico profesional, la evaluación es similar. “Observamos una desconexión entre la educación técnico profesional de nivel medio y las empresas. Por una parte, nos encontramos con Liceos Técnico Profesionales desarticulados con el sector productivo, lo que repercute en bajas tasas de titulación a nivel nacional (55%) y una formación no alineada con los requerimientos del sector productivo actual. Por otro lado, existen empresas en las que la falta de técnicos de mando medio es crítica para poder sostener su operación o crecimiento futuro”, detalla Francisco Ruiz, fundador y jefe de educación de la Fundación Chile Dual, una institución dedicada a la implementación de la formación dual.

Este modelo consiste en la entrega, a lo largo de dos años, de formación teórica para los jóvenes en sus liceos, de manera que puedan poner en práctica lo aprendido durante una estadía en una empresa, donde tienen a un mentor, que es un técnico de la misma compañía, quien ha sido seleccionado y capacitado para cumplir el rol de formador, siguiendo un plan de aprendizaje que garantiza que en la empresa adscrita al sistema se estén viendo los contenidos curriculares.

Cómo se conectan las empresas

En 2014 el desempleo juvenil en Europa era crítico. Mientras en algunos países la cesantía de jóvenes era del 20%, en otros, como España, la estadística se disparaba al 50%. Ante ese escenario, empresas del mundo privado con presencia global y conexión con los procesos productivos y las comunidades donde operan, detectaron los efectos de este escenario y la necesidad de renovación, donde las estructuras se ven obligadas a innovar.

Una muestra de ello es el programa “Iniciativa por los Jóvenes”, que desarrolla Nestlé a nivel mundial hace dos años, para fortalecer la empleabilidad juvenil y ser puente con otras empresas del mundo privado. En Chile, según expresa Juan Esteban Dulcic -gerente de Recursos Humanos de la compañía en el país-, ven que “para contribuir a la solución del problema, se necesita que más empresas se sumen, que el Estado se sume, y hemos encontrado buena recepción en distintas entidades, considerando que se trata de una problemática multisectorial y multifactorial que nos compete a todos para crear valor en el país. Este es un punto de encuentro donde no hay color político, hay comunión respecto al problema de la empleabilidad y una visión conjunta de unir el mundo de la educación con la empresa”.

En ese contexto, el próximo 31 de mayo está previsto el “Segundo Encuentro de Jóvenes de la Alianza del Pacífico”, instancia para la cual se ha involucrado el gobierno suizo, los países de la Alianzas del Pacífico (México, Perú y Colombia) y en Chile la Direcon, los ministerios de Educación y Trabajo y organismos técnicos, con el fin de abordar la temática de empleabilidad juvenil de manera conjunta.

Esta conexión entre el mundo público y el privado también se está gestando en otros rubros como el automotriz. SKBergé implementó la formación dual al interior de la compañía, a través de una alianza con el Liceo Industrial de Recoleta para la especialidad de Mecánica Automotriz.

Nicolás García, ex alumno de dicho liceo, cuenta su experiencia: “Firmar contrato fue una gran oportunidad para iniciar mis proyectos de vida. Estoy muy agradecido que la empresa haya confiado en mis habilidades y en mi forma de trabajo para formar parte de la gran familia de SKBergé. A través de esta experiencia, espero algún día abrir mi propio taller y seguir desarrollándome y creciendo en el rubro automotriz que es lo que más me apasiona”.

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