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Actualizado el 30 de Octubre de 2018

José Antonio Kast: “Los triunfos de la derecha en Latinoamérica favorecen la opción que estoy planteando”

En entrevista con El Dínamo, el ex diputado comenta la reciente victoria de Jair Bolsonaro en Brasil. "Es una muy buena noticia para Latinoamérica que haya triunfado el sentido común", dice. En paralelo, cuestiona la falta de "carácter" del gobierno de Sebastián Piñera y asegura: "Yo siempre he dicho que quiero estar de nuevo en la papeleta presidencial".

Por Camilo Carreño
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En una oficina a pasos del Paseo Ahumada el equipo del ex candidato presidencial, José Antonio Kast, analiza con optimismo los resultados obtenidos por el recién electo Presidente de Brasil. “Ya ganó Bolsonaro, ahora falta que gane el jefe no más”, lanza entre risas un adherente que llega al lugar.

En ese momento, el ex diputado protagoniza una serie de reuniones en su oficina privada, la cual es secundada por espacios destinados a comunicaciones, trabajo en terreno e incluso un call center operado por voluntarios. Es, en estricto rigor, una sede de campaña permanente.

En entrevista con El Dínamo, Kast da sus impresiones respecto del triunfo de Bolsonaro y las oportunidades que abre esa victoria para la derecha Latinoamericana. “Si a Brasil le va a bien con el gobierno de Bolsonaro claramente la gente va a decir ‘mira, es una opción real'”, dice.

En paralelo, el ex UDI cuestiona la falta de “carácter” del gobierno del Presidente Sebastián Piñera; lanza críticas contra la ex Presidenta Michelle Bachelet y su cargo en la ONU, e incluso deja espacio para fustigar las fórmulas “populistas” del alcalde Las Condes, Joaquín Lavín.

-Usted fue uno de los dirigentes políticos chilenos que visitó a Jair Bolsonaro en medio de la campaña presidencial de Brasil. ¿Cómo toma su triunfo?

-Es una muy buena noticia para Latinoamérica que haya triunfado el sentido común. Si al final, ¿por qué 50 millones de brasileños votan por él? Porque están angustiados con el tema de la delincuencia, ahogados con la cesantía y están aburridos de la corrupción. Aquí se da el caso de un ex presidente preso. Y de la gran mayoría de los líderes del partido del presidente y el mundo empresarial, presos. La gente se cansó. Y en eso Jair Bolsonaro, que no tiene el partido más grande, logró sintonizar con las personas con un discurso de sentido común, de decir que nosotros queremos recuperar la unidad de Brasil. Queremos recuperar el crecimiento, la alegría que se perdió. Cuando yo estuvo él, me dijo “mire, en Brasil nosotros éramos capaces de estar por sobre las diferencias de negros, blancos, héteros, homos, ateos, creyentes y era un país que tenía características de alegría”. Eso se fue perdiendo y la tensión la instaló la izquierda. Esa misma izquierda que formó el Foro de Sao Paulo en Brasil, que lo que tiene entre sus postulados es la patria bolivariana, un gobierno de toda Latinoamérica, un Estado más grande, menos libertades. Eso es lo que partió en Brasil y se extendió y en Chile también hay integrantes del Foro de Sao Paulo como el FA y el PC. Al final, es una buena noticia y una derrota para izquierda ideologizada que por bastante tiempo lideró los distintos países de Sudamérica.

-¿Lo ve como una derrota a la izquierda Latinoamericana?

-Cuando uno mira lo que pasó el Colombia, que se pasa un de Santos a Duque, es acercarse un poco más a lo que era la guía de Uribe a quien yo valoro y respeto. Cuando uno ve lo que pasó en Argentina, que Macri le gana al candidato Kirchner y se devela la corrupción que hay detrás de los gobiernos de los Kirchner. Cuando uno ve Ecuador que el ex Presidente Correa está con orden de detención a nivel mundial. Cuando uno ve lo que pasó en Perú, claramente hay una línea política fracasada que es la de la izquierda ideologizada, y hay una línea que está tomando más fuerza que es la de la derecha que defiende la libertad, la propiedad privada, la libertad de culto, de enseñanza. Todos temas que han querido ser restringidos por la izquierda.

-Han existido críticas contra las posturas de Bolsonaro respecto de algunos temas e incluso lo han tildado de machista, homofóbico y racista. ¿Comparte esos cuestionamientos?

-En general, no son planteamientos que él haya hecho durante el proceso de campaña. Muchos de los temas de los cuales a él se le recriminan son dichos bastantes antiguos. Yo rechazo cualquier dicho que pueda atentar contra la dignidad de las personas, pero lo que yo he pedido siempre es que se vea el programa de gobierno. Ahí él dice que todos los cambios que va a impulsar van a ser de acuerdo a la ley y la Constitución. Él dice voy a achicar el Estado, disminuir seis ministerios, voy a terminar con 23 mil operadores políticos que hoy ocupan puestos y no sirven de nada y no voy a rellenar esos cargos con partidarios míos. Él dice voy a ir en contra de la ideología de género, voy a resguardar las fronteras, no porque no quiera que haya inmigrantes, sino porque tiene que haber una política de inmigración regulada por cada país, a diferencia de lo que quieren plantear en la ONU y otras organizaciones que quieren hablar del derecho del migrante. Yo hablo del derecho del chileno, del brasilero, a saber quiénes son los migrantes. Por lo tanto, uno tiene que fijarse en lo que él plantea en su programa, sus propuestas de campaña, y ninguna dice relación con los dichos que se le atribuyen. Eso es también lo que está reconociendo el mundo político. Ahora que ya es presidente electo, claramente la manera de aproximarse es distinta a cuando era candidato.

“Me siento identificado con principios que defiende Bolsonaro”

-Una de las propuestas que sí hizo en campaña fue la de facilitar el acceso a armas para ciudadanos. ¿Ve eso como una medida eficaz para enfrentar la delincuencia?

-Yo no soy partidario del porte de armas, yo soy partidario de la tenencia responsable de armas de acuerdo a la ley que tenemos en Chile que es bastante estricta. Sí decir que Brasil vive otra realidad, hay cerca de 180 asesinatos diarios. Y han tenido una política pública de restricción del uso de armas a los ciudadanos, lo cual hizo que las armas quedaran en poder de los delincuentes. Sin compartir el porte de armas, frente a la desesperación que uno ve en lo brasileños, puedo llegar a entender, no compartir, la propuesta que se hace en la campaña.

-¿Usted se siente identificado con Bolsonaro y su proyecto político?

-Yo me siento identificado con principios que defiende Bolsonaro, como también principios que defendían otros presidentes o movimientos internacionales, que dicen relación con la defensa de la libertad. Estoy hablando de la libertad de emprender, de educar, de culto, las libertades que han restringido los gobiernos de izquierda. La libertad de prensa, porque se critica mucho a Jair Bolsonaro y se critica en Brasil. Pero la pregunta es ¿hay algún medio que pueda hacer lo mismo en Cuba, en Venezuela, en Nicaragua? No. Entonces, aquí hay un doble estándar de la izquierda, que dice no queremos un gobierno como el de Bolsonaro porque va a restringir las libertades pero en los países que ellos respaldan desde el Foro de Sao Paulo esas libertades, las más básicas, no se respetan. Bolsonaro hoy es el líder de un grupo político que va a gobernar Brasil, eso yo lo encuentro positivo y espero que les vaya muy bien. Si uno ve que se va a pasar a llevar las leyes y la Constitución, yo voy a ser crítico.

-La ex Presidenta Michelle Bachelet, que hoy ocupa el cargo de Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, señaló que estaría atenta para que se respeten los DD.HH en Brasil tras el triunfo de Bolsonaro.

-Me habría encantado que ella tuviera la misma preocupación por la violación de los derechos humanos en Venezuela, Nicaragua y Cuba. De hecho, ella no recibió a Lilian Tintori, la esposa de Leopoldo López. No fue capaz de recibirla en Chile y pudo recibir a un cantante famoso en la misma época. Ella no ha dicho nada, desde que asumió, sobre las violaciones a los derechos humanos en Venezuela. Habría que tener un poquito más vergüenza para hablar de algo que no ha ocurrido todavía en Brasil, que ella supone que puede llegar a ocurrir, pero que donde ha ocurrido no ha hecho nada. Yo creo que también habla desde el temor a que se pueda saber a qué vino Dilma Rousseff a Chile en un viaje privado financiado por el Estado brasilero sin que la Cancillería chilena supiera. A lo mejor, si asume el nuevo Parlamento se inicia una comisión investigadora del uso de recursos públicos brasileros vinculados a la corrupción o sobre la intervención en campañas políticas extranjeras. Ella habla desde el temor y desde la no vergüenza.

-¿Cree que la victoria de Bolsonaro puede aumentar las opciones de un futura carrera presidencial suya?

-Yo siempre he dicho que quiero estar de nuevo en la papeleta presidencial y nunca he negado mi interés. Todos los triunfos de la derecha en Latinoamérica y en el mundo favorecen la opción que yo estoy planteando, porque es la opción del sentido común. Y si a Brasil le va a bien a Chile también. Y si a Brasil le va a bien con el gobierno de Bolsonaro claramente la gente va a decir ‘mira, es una opción real’. Todos estos triunfos abonan hacia la derecha y ahí la gente va a tener que decidir quién ha hecho mejor su trabajo. Si aquí lo que falta es que la política trabaje por las urgencias de las gente, no por las urgencias de la elite política. El ejemplo más claro es el tema de la identidad de género que es una discusión de elite que tuvo entrampado al Parlamento durante meses. Y hay temas que no se enfrentan como la violencia rural en La Araucanía, la falta de conexión terrestre y digital de las zonas aisladas, las urgencias en los hospitales. Todas las urgencias sociales siguen al debe y todos, incluido el gobierno, se dedicaron en cuerpo y alma a la identidad de género.

“Lo que yo esperaba de este gobierno era mayor carácter”

-¿Cuál es su evaluación hasta el minuto del gobierno del Presidente Sebastián Piñera?

-Siempre depende mucho de con qué se compare. Si yo lo comparo con el gobierno de Bachelet, lo ha hecho muy bien. Si yo lo comparo con lo que él planteó en su programa de gobierno está al debe. Y a mí me gusta compararme con lo que uno plantea y no con lo malo de los otros. El desde de Michelle Bachelet era muy bajo, por lo tanto lo que yo esperaba de este gobierno era mayor carácter en la toma de decisiones. Decir fuerte y claro no a los operadores políticos. Hoy día tenemos personas en el gobierno que son operadores políticos, son cosas inexplicables. Entonces uno dice, ¿ganamos para levantar nuestras banderas en contra la corrupción, en contra del apitutamiento, el nepotismo? ¿O ganamos para hacerle caso a la elite política? Por eso hago la comparación con la Ley de Identidad de Género, que es el primer proyecto que sale en la época de Sebastián Piñera. Sí le reconozco carácter en el tema de la Aula Segura, donde la opinión pública respaldó al gobierno y esa presión hizo que los senadores de la oposición tuvieran que reconocer que aquí había un problema serio y que había que enfrentarlo.

-¿Usted cree que el gobierno define sus lineamientos en base a lo que dice la opinión pública más allá de respetar el programa?

-Sí. Es cosa de ver lo que dicen las encuestas los días lunes y la reacción que tiene el gobierno frente a eso. Yo no creo que hayamos sido electos para que se definiera la política pública de acuerda a lo que dice Cadem los lunes.

“Soy partidario de que la UDI retome su camino fundacional”

-El 2 de diciembre son las elecciones internas de la UDI, su ex partido. ¿Es partidario de un proyecto de continuidad de Jacqueline Van Rysselberghe o de una renovación de liderazgos?

-Soy partidario de que la UDI retome su camino fundacional que es muy vinculado a las urgencias sociales. Lo que veo hoy día son debates de la elite política, de si fue o no fue a Brasil, si es más cercana o lejana al Golpe Militar. Eso no es lo que le interesa a Chile. Puede que le interese a los militantes, pero es un partido que tiene 40 mil afiliados en el cual se dice que van a votar 10 o 15 mil. Está hablándole a un grupo muy pequeño de gente y no a la ciudadanía. A mí lo que me interesa, salga quien salga, es que sintonice con la gente. No sé quién va a ganar ni tampoco estoy preocupado de la elección interna de la UDI, no le he dedicado ni un minuto de tiempo.

-¿Qué le parece la gestión de Joaquín Lavín en Las Condes?

-Yo no tengo problemas con Joaquín Lavín, sí le discuto la manera en que llegó al cargo electo a dedo por el antecesor Francisco de la Maza, no fue a una primarias. Ha tenido fórmulas exitosas en tema de seguridad de ciudadana y fórmulas muy populistas para plantear soluciones que requieren una mirada más de Estado. Es muy fácil con recursos que no son propios decir que va a construir un estándar de vivienda que a mí me encantaría que todo el mundo tuviera. Pero si se va a gastar 15 millones de dólares para 35 viviendas sociales en un departamento, claramente no está solucionando el problema de fondo que es la falta de vivienda. Creo que en Las Condes hay 4500 allegados y su fórmula a lo mejor le va a llegar a 300 o 400 personas. Si construye las nueve torres va a llegar al 10% a un costo gigantesco. Entonces, porque no mejora la calidad de vida de la gente de Las Condesas, Colón 8000. Mi llamado es que ese liderazgo no puede ser populista.

-¿Se ve en un primaria con Lavín?

A ver, yo me veo en la papeleta si Dios me da vida y salud. Quienes estén en la papeleta me da lo mismo.

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