Lo que dejó y lo que viene en el Festival Hecho en Casa Entel

Más de un millón de personas fueron parte de la versión 2018 del Festival Hecho en Casa Entel, una cifra elevada que confirma el buen recibimiento que ha tenido esta instancia por parte de la comunidad, una que convirtió en 2017 en un exitazo al acontecido “Pato de Hule”.

Pero en esta ocasión el encuentro de arte urbano, que se desarrolló desde el 25  de octubre hasta el 4 de noviembre, plasmó parte de la fauna chilena e introdujo el concepto de sustentabilidad. Esto último, al ocupar material reciclado para la confección de las obras.

Así, las intervenciones expuestas durante esta sexta edición representaron a un “Gallo Chileno”, a un “Pájaro Carpintero”, un “Insectario”, una “Llama Andina”, y “¡Caracoles!”, obra que también  llegó a Viña del Mar, en una apuesta de la organización por incluir en esta fiesta a las regiones, en el marco de una iniciativa que se materializó por segundo año consecutivo, luego de haber estado presentes en 2017, en el Muelle Prat de Valparaíso con el recordado Pato de Hule.

“Una vez más el recibimiento del festival por parte de la gente, tanto en Santiago como en la Región de Valparaíso, fue increíble. Hecho en Casa Entel es un festival gratuito que busca transformar lugares cotidianos en sitios sorprendentes. Por lo que estamos muy contentos que en esta edición, más de un millón de personas vieran las obras”, señaló Fernando Rivas, gerente de Comunicaciones de Entel.

Entretelones y desafíos futuros

Durante esta edición del festival hubo diversos factores que le dieron un toque diferente y –a su vez- lo hicieron aún más entretenido, tal como fue el hecho de que coincidiera con la celebración de Halloween y un fin de semana largo. “Invitamos a la gente a celebrar Halloween a las obras, y fue muy loco, porque yo estaba en el Muelle Vergara con ¡Caracoles! Y empezó a llegar mucha gente disfrazada. Nos contactamos con fotógrafos en todas las intervenciones y resultó que muchas personas estaban llegando con sus diferentes disfraces. Fue genial”, relató a El Dínamo Payo Söchting, director artístico de Hecho en Casa Entel.

Asimismo, otra de las anécdotas que surgieron alrededor de esta instancia tuvo relación con las fobias. Es que, según Payo, en redes sociales hubo gente que comentaba el miedo que le causaban ciertos animales, como por ejemplo los caracoles, pero que igualmente decían que irían a verlos justamente para superar aquello. Además, ocurrió algo muy pintoresco alrededor de la obra “Gallo Chileno”: “Fueron clubes de fans de gallos, con sus gallos y disfrazados de esta ave”, contó Söchting.

Si bien, durante este año la atención se repartió más equitativamente entre las obras, si se tuviese que hacer un top 3, para Payo el ranking  lo lideró indiscutidamente ¡Caracoles!, seguida por Gallo Chileno, y finalmente por Llama Andina.

“Los ¡Caracoles! sacaron un par de cachos de ventaja, es que aparte era una obra en que la gente podía acercarse y subir, no tan contemplativa como la del “Pato”, que tú la mirabas desde lejos. Por otra parte, que el Gallo se iluminara en las noches le gustó a mucha gente, tenía un público que iba de día pero también público que fluía de noche, entonces, tenía como esa doble vida. Y con la Llama también fue bien increíble, porque estaba en un espacio como medio perdido, en la mitad de la Alameda, y gracias a esta intervención la gente se instaló allí”, señaló el director artístico de esta instancia.

De igual manera, Payo destacó que “a la gente le gustó mucho Pájaro Carpintero, por todo lo que conllevó su creación y la historia del ganador (concurso Ideas Torre Entel). El mural del Insectario ahora está agarrando harto vuelo porque la gente ya lo puede ver terminado, cuando estaba el festival estaban trabajando en éste y la gente no sabía mucho a lo que iba, pero ahora que está instalado es una obra de arte”.

Por otro lado, una de las novedades que se implementó este año fue el denominado “punto selfie con geolocalización”, el cual estuvo presente en todas las obras y se convirtió en una sensación. Gracias a éste, los  visitantes no sólo podían obtener un recuerdo, sino que también podían hacerse partícipes de la intervención, en una modalidad mucho más interactiva y cercana.

Y tras culminar esta edición del festival, que implicó cerca de un año de trabajo, la mirada está puesta en lo que será 2019. Si bien, aún no se puede adelantar nada para no “matar la sorpresa”, Payo Söchting al menos entregó una pista: “Nos estamos dando cuenta de que está teniendo una muy buena aceptación. Entonces, si me preguntas hacia dónde va Hecho en Casa Entel: obviamente que apunta a expandirse”