Carabinero que grabó a Gope por muerte de Catrillanca: “Nos dieron la espalda”
"Carabineros es una institución obediente y no deliberante; él recibió órdenes del abogado y de su jefe directo y, en esas circunstancias, hizo lo que cualquier carabinero haría", señaló.
Lester Figueroa (29) es uno de los 10 carabineros dados de baja tras el crimen de Camilo Catrillanca. Su expulsión fue por grabar a su compañero del Gope Carlos Alarcón al interior de la comisaría en que cumple prisión preventiva por el homicidio del joven mapuche.
En conversación con La Tercera desclasificó cómo se viven estas horas en la zona roja de La Araucanía, luego de que -según dice- “el Alto Mando nos diera la espalda”.
“El general director Hermes Soto dijo que Carlos (Alarcón) ‘no era un niño y que no podía ser presionado por nadie’ para mentir. Eso no es así, y el general director lo sabe. Carabineros es una institución obediente y no deliberante; él recibió órdenes del abogado y de su jefe directo y, en esas circunstancias, hizo lo que cualquier carabinero haría. Si no cumplía lo que le ordenaban, igual lo iban a perjudicar. Acá necesitaban un par de culpables y esos fueron los Gope a quienes el Alto Mando les dio la espalda, sin esperar la investigación”, afirmó Lester Figueroa.
El exfuncionario del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (Gope) fue exonerado de Carabineros hace dos semanas por haber sido el policía que ingresó, el 2 de diciembre, a la Segunda Comisaría de Temuco a grabar el video de su amigo Carlos Alarcón, en ese entonces en prisión preventiva, imputado como autor del homicidio del comunero mapuche Camilo Catrillanca.
Las imágenes -captadas al interior del recinto policial y viralizadas- terminaron por exasperar los ánimos en el gobierno y agudizaron la crisis. Desde ese minuto, La Moneda ha monitoreado cada uno de los pasos de la máxima autoridad de Carabineros.
En el video -que se filtró rápidamente- Alarcón aseguraba que sus superiores los habían hecho mentir en las primeras declaraciones que dieron a la fiscalía. En esos interrogatorios, realizados la misma noche de la muerte de Catrillanca, el miércoles 14 de noviembre, los sargentos de Carabineros dijeron que usaron sus armas en medio de un enfrentamiento y negaron que alguno de ellos hubiera grabado el procedimiento.
Ambas versiones fueron derrumbadas por peritajes que establecieron que en ese momento no hubo fuego cruzado e imágenes que grabaron Fuerzas Especiales esa jornada y que registraron que uno de los sargentosinvolucrados en el crimen si portaba una cámara GoPro en su casco.
Figueroa reflexiona sobre todo lo que ha ocurrido estos días, y aunque dice que “le duele” que lo hayan sacado de Carabineros, cuenta que “no se arrepiente” de haber filmado el video. “La intención nunca fue perjudicar la imagen de Carabineros, sino era un acto de apoyo a los comandos, un video solo dirigido para los Gope del país que alguien filtró. Jamás habría pensado en perjudicar la imagen institucional, porque siento un profundo respeto por todos los que se sacan la mugre en la calle, los carabineros de verdad”, dijo a La Tercera.
Con los cuatro Gopeformalizados en el caso los une la amistad. Trabajaron juntos hace cinco años en una de las llamadas “zonas rojas” del conflicto mapuche en el Alto Biobío. Una vez que Figueroa supo que habían quedado en prisión preventiva en una de las comisarías de Temuco decidió ir a verlos, saber qué necesitaban y entregar su apoyo. “No fue un acto planificado, yo ingresé a ver a Carlos, era la segunda vez que iba ese fin de semana, y me dijo que quería grabar un video para los Gope del país y así poder agradecer la ayuda que ellos estaban organizando. El Gope es como una gran familia, y en estas circunstancias actuamos de esta forma. ¡Quién más que nosotros sabemos todo lo que se arriesga por pura vocación! siguiendo los lineamientos que nos enseñan: actitud, aptitud, juicio y disciplina”, explica Figueroa.
El exoficial asegura que en ningún caso calibró, ni él ni el imputado, el revuelo que generaría el video, pues siempre se pensó con el propósito de que fuera un registro interno. Tampoco previó que esto le costaría su carrera y asegura que “fue muy injusto”. “No sabía lo que iba a decir Alarcón respecto de que los habían obligado a mentir, pero yo creo que se relajó, que se sintió en confianza de poder explicar lo que estaba pasando, pues a esas alturas Carabineros ya los había abandonado a su suerte”, sostuvo.