La comunicación y los medios: un arma de doble filo
El doble filo de la comunicación ha generado la pérdida de credibilidad de varios medios de comunicación, páginas web y redes sociales.
José Ignacio Avello Ortiz es Secretario General ONG-MST. Directiva Nacional del PPD, Secretario programático de Defensa y Seguridad Nacional (PPD).
Desde hace ya varios años, hemos visto la importancia de las redes sociales para mantenernos en contacto o para la difusión de noticias que nos dejan al día con lo que ocurre en nuestro país y en el mundo.
Vemos cómo la información corre rápidamente, logrando así el objetivo de poder comunicar. Esto, sin duda, ha facilitado mucho la vida a las personas, principalmente en temas de trabajo, conocimiento y en ámbito familiar. Pero algo que debemos tener claro es que se ha transformado en un arma de doble filo.
Es aquí donde me voy a detener para hacer referencia a lo líquido (como mencionaba Bauman en sus escritos y libros). Vemos cómo la información y medios de comunicación carecen de consistencia. Se ha perdido el norte y/o el objetivo de precisar lo que comunicamos, su fuente y su realidad; es como llevarlo al plano de la manipulación mediática (según Chomsky) y damos el enfoque que nosotros queremos para mover masas a través de trucos o técnicas que juegan con la mente del ser humano. Así, vemos que esa consistencia se fue, se desvaneció o nunca existió.
El doble filo de la comunicación ha generado la pérdida de credibilidad de varios medios de comunicación, páginas web y redes sociales. Vemos cómo en un minuto puedes estar en la cima y al minuto siguiente en el suelo y así sucesivamente, sintiendo el efecto que llamaré el “carrusel mediático”, donde se genera cierta inestabilidad para el lector y comienzan las dudas de su credibilidad.
Por esto, hoy se debe legislar sobre el uso y mal uso de medios de comunicación y redes sociales. Debemos profundizar los márgenes y darle consistencia a la comunicación, sobre todo en el relato político, donde el hombre está expuesto completamente a ser juzgado por cualquier noticia con el fin de verlo caer.
Es de esta manera cómo muchos actúan a través de notas sin consistencia, con falta de veracidad y con el fin de lograr hacer daño: así funciona el doble filo; pero enseguida la misma persona cuestionada, al pasar unos minutos ya está brillando por cualquier motivo o circunstancia. He ahí la habilidad de quienes comunican y quienes dan el verdadero contenido del mensaje.