La desconocida historia de Claudio Palma junto a Colo Colo en Cuba
- Muchachos, tienen tres horas de recreo. Luego vuelven a las habitaciones.
La voz de Gustavo Benítez suena firme. Los futbolistas salen rumbo a la cálida playa del Caribe. El escenario es paradisíaco. Leonel Herrera y Agustín Salvatierra gozan del rato libre caminando por la costa cubana. Pedro Reyes se estira sobre una reposadera. Manuel Neira y Dion Valle ríen con ganas mientras conversan y Héctor Tapia juega al ping pong en el hotel.
Ellos -los jugadores- son los protagonistas de la pretemporada pero en esta historia el rol principal es para otro…
Tiene 26 años, trabaja en la Radio Portales y agradece a la vida por el momento que está viviendo. Todo le atrae. Desde que aterrizó en el Aeropuerto José Martí, la ciudad lo atrapa.
Se sube al bus de la empresa Viaje Azul y va rumbo a las Playas del Este en Santa María del Mar. Ahí está el hotel Tropicoco.
En el trayecto mira las palmeras y los carteles de la ruta (en muchos aparece el nombre de Salvador Allende). Ve letreros gigantes con la imagen del Che Guevera, otros con Camilo Cienfuegos con su eterna sonrisa.
Comparte el viaje con jugadores como Mauricio Illescas y Francisco Arrué. El dirigente Jorge Vergara lo invitó a la pretemporada de Colo Colo en La Habana. Claudio Palma es uno más de la delegación.
El estado cubano invitó a los albos como parte de un plan de intercambio: ellos proporcionan especialistas de alto rendimiento y el Cacique su estructura deportiva para fortalecer el fútbol en la isla.
La Plaza de la Revolución, la Catedral y el Capitolio atrapan al “Negro” Palma, quien además se enamora de Hemingway probando mojitos en la Bodeguita del Medio y unos daiquiris en Floridita.
Distinta suerte tienen los futbolistas dirigidos por Gustavo Benítez, que entrenan bajo el intenso calor y la asfixiante humedad en el parque de los atletas cubanos.
Al mismo tiempo que la Roja pierde con Estados Unidos en Paysandú por la Copa América 1995, los albos juegan con la Selección de Cuba en el estadio Pedro Marrero.
Horas antes del partido, el joven relator de la Portales pasea por La Habana con una hermosa isleña que le robó el corazón, mientras los encargados de Radio Rebelde buscan a un especialista para narrar el encuentro.
Le proponen la idea al Negro Palma, pero el amor es más fuerte y dice que no. Sigue de la mano con la cubana, perdiendo la oportunidad de relatar para la mítica emisora creada por el Che en la Sierra Maestra.
Finalmente, el partido llega a Chile con una voz local a través de la Chispa del Deporte de Radio Chilena.
Colo Colo gana 2 a 1 en un encuentro interrumpido un par de veces por la intensa lluvia tropical.
Durante los siete días de los albos en La Habana, hubo elecciones municipales. Entre el 9 y el 16 de julio de 1995, Cuba eligió a casi catorce mil representantes para las Asambleas del Poder Popular. Hubo un 97% de participación y Fidel Castro votó muy cerca del lugar de entrenamiento del equipo chileno.
Después de las prácticas, el Negro Palma caminaba por la ciudad.
Los dirigentes del Cacique fue recibidos en el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación con el ministro Reynaldo González López, quien en ese momento era miembro del Comité Olímpico Internacional.
Luego de la pretemporada, el estado cubano decidió que el preparador físico Héctor Vásquez viajara a Chile para trabajar con Colo Colo. Se trataba de un profesional de primer nivel que había entrenado al entonces campeón mundial y olímpico de salto largo Javier Sotomayor. También se vendría a Santiago el médico deportólogo Rafael Gutiérrez.
La experiencia en la isla dejó buenos recuerdos para el Cacique y Claudio Palma se enamoró de Cuba.
El Negro nunca más regresó a La Habana y su sueño es volver.