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1 de Marzo de 2019

Entérate sobre cómo favorecer el proceso de adaptación de los niños al jardín Infantil o colegio

Desde la Subsecretaría de Educación Parvularia entregaron recomendaciones.

Por Redacción EL DÍNAMO
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Los niños y niñas, al ingresar por primera vez a su educación parvularia (etapa que va desde su nacimiento hasta los 6 años), ya sea a una sala cuna, jardín infantil o a los Niveles Transición (prekínder y kínder) en un colegio, requieren de un período de adaptación. Esto, pues implica transitar desde un ámbito conocido (familia o jardín infantil) hacia un lugar donde encontrarán nuevas personas, rutinas y normas de funcionamiento.

El rol de las familias en este proceso es esencial, siendo muy importante que estén atentos a cualquier cambio que manifiesten sus hijos o hijas y que también estén disponibles a responder ante sus necesidades, promoviendo una disposición positiva hacia esta nueva experiencia y reafirmando su confianza cuando se sientan ansiosos.

Dentro de este contexto, desde la Subsecretaría de Educación Parvularia entregaron algunas recomendaciones a padres, familiares o tutores para facilitar dicho proceso de adaptación:

Previo al ingreso del niño o niña al establecimiento:

–  Tener una entrevista con la directora para conocer el proyecto educativo del centro y al equipo pedagógico, junto con compartirle información respecto de su hijo o hija: cómo es, qué le gusta, si tiene alguna necesidad especial que requiera atención. También, si es necesario, para acordar la posibilidad de un horario inicial flexible para el niño o niña.

– Anticipar al niño o niña que comenzará una nueva etapa en su vida, destacando que en este nuevo espacio podrá jugar con otros niños y niñas, y aprender y conocer muchas cosas nuevas y entretenidas. Luego explicarle detalles más específicos de su asistencia al establecimiento: quién lo llevará e irá a buscar, con quién se quedará durante la jornada, por cuanto tiempo, qué hará durante el día (actividades, alimentación, descanso, baño, patio, etc.).

– Regular el horario de sueño y comidas, para que se ajuste a la nueva rutina del jardín infantil o colegio.

– Ir, junto con el niño o niña, al establecimiento para facilitar la familiarización con este nuevo espacio. De esta manera, podrá conocer a las personas que estarán a su cargo, el aula, el patio, el baño, el sector de juegos.

– Escuchar y acoger al niño o niña en sus sentimientos de temor o resistencia frente a este cambio, aclarando sus miedos y dudas de forma sincera y positiva, y transmitiéndole tranquilidad y seguridad.

Una vez que el niño o niña ingrese al establecimiento:

 – Sugerir que el niño o niña lleve al establecimiento un objeto de apego o algo que le sea familiar, que lo mantenga unido a su hogar como, por ejemplo, un juguete u otro objeto de su preferencia.

– Aceptar y respetar los sentimientos de temor o rechazo que pueda manifestar el niño o niña, manteniendo una actitud tranquilizadora y de diálogo, y teniendo en cuenta que la adaptación es un proceso gradual, en el cual es natural que existan avances y retrocesos.

– Privilegiar que haya cierta estabilidad respecto de las personas que lleven y retiren al niño o niña del jardín/colegio, y al dejarlo allí, evitar prolongar innecesariamente las despedidas, de manera de ayudarlo a sentirse seguro en este nuevo lugar.

– Al inicio, llevarlo sólo por algunas horas para que vaya acostumbrándose gradualmente a la nueva situación y aumentar poco a poco el tiempo de estadía en el establecimiento.

– Permitir que uno de los padres o apoderados pueda acompañar al niño o niña en el establecimiento, por un cierto período, hasta que ya pueda quedarse tranquilo por sí mismo.

– Mantener un contacto regular con la Educadora de Párvulos para conocer cómo se está desarrollando el proceso de adaptación del niño o niña, clarificar dudas e intercambiar informaciones necesarias.

– Conocer qué actividades y experiencias educativas se están implementando en el establecimiento, y conversar sobre ellas en el hogar, felicitándolos por los esfuerzos y logros realizados.

– Si la familia no puede participar en las actividades que el establecimiento propone, plantear horarios alternativos al equipo pedagógico, que permitan un mayor involucramiento en el proceso educativo de su hijo o hija.

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