La historia del terror del arquitecto chileno preso en Bali por portar cinco semillas de marihuana
Juan Manuel Ortega fue acusado de tráfico de drogas en primera instancia, pero luego el delito fue recalificado a porte de droga para uso personal, lo que le permitió cumplir un régimen de semi libertad.
Fue el pasado 12 de julio cuando el arquitecto Juan Manuel Ortega, de 35 años, fue detenido en el aeropuerto de Bali por portar cinco semillas de marihuana que compró en Holanda para regalárselas a un amigo.
La justicia de Indonesia, que posee una de las legislaciones más duras contra el tráfico de drogas, calculó que de cada semilla puede, potencialmente, producir 50 gramos de marihuana por cosecha, por lo que con esas cinco llegaría a producir un total de 250 gramos. Esto podría haberle significado 15 años de cárcel al chileno.
Podría, porque un segundo juez revisó el caso y recalificó el delito de tráfico por porte de droga para uso personal. Ocho meses después de su detención, este jueves Ortega debiera estar pisando suelo chileno.
Su padre, Juan Ortega, aseguró a LUN que como familia “están felices” aunque agotados por el proceso. “La sufrimos harto. El primer abogado que tuvimos nos estafó, no hizo nada”, contó, agregando que “los traductores los tuvimos que pagar todos nosotros. Todo esto nos salió un dineral. Lo pagamos con deudas, con el aporte de mis amigos, amigos de mi hijo… Pero bueno, estamos muy contentos. Voy a tener a mi hijo de vuelta y la plata se recupera“.
Juan Carlos Manríquez, abogado y asesor de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, siguió muy de cerca el caso y contó que Ortega logró tener un abogado 20 días después de su detención, quien logró “cambios sustanciales”.
“Fue este abogado quien logró la recalificación del delito de tráfico a porte para consumo personal”, explicó. “Ortega tuvo que decir que era consumidor, a pesar de que no lo es, pero eso le permitió cumplir pena en un recinto distinto a la cárcel común y en un régimen de semi libertad. Además debía ir a una especie de terapia de rehabilitación. En total estuvo unos cuatro meses en la cárcel y el resto del tiempo bajo este régimen“, añadió.
Una vez que cumplió la pena, el gobierno de Indonesia ordenó su expulsión.