De plagas a falta de camas y agua caliente: INDH reveló las precarias condiciones que viven en cárceles de todo el país
El organismo realizó el tercer Estudio de las Condiciones Carcelarias en Chile (2016-2017), donde detallaron el presente de 40 centros de detención a nivel nacional, el que alberga a más de cinco mil reos.
El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) elaboró el tercer Estudio de las Condiciones Carcelarias en Chile (2016-2017), donde se da cuenta de 40 centros de detención a nivel nacional, recintos donde se encuentran recluidas 5.417 personas.
En el documento, consignaron que una de las principales problemáticas recae en la falta de camas. De hecho, uno de cada dos hombres privados de libertad (51,3%) no tiene su propio espacio propio para dormir. Mientras, en el caso de las mujeres, esta cifra es de una cada tres (35,7%), dio a conocer La Tercera.
De los 40 centros que se recorrieron, 26 no contaban con suficientes camas, cinco de ellos eran recintos femeninos. Esta situación va de la mano con los niveles de hacinamiento en el sistema, donde 22 centros tienen una ocupación superior al 100% de la capacidad.
Este es solo un ejemplo de las precarias condiciones en las que viven las más de cinco mil personas privadas de libertad y que se encuentra consignado en el estudio que llevó a cabo el organismo.
Otro ítem que recalcaron guarda relación con los profesionales de salud disponible en las cárceles. De hecho, indicaron que hay un funcionario por cada 49 presos, cifra que varía puesto que, por ejemplo, el Centro de Cumplimiento Penal de Los Andes tiene un facultativo por cada 187 internos, la proporción más alta del país. Caso contrario es lo que ocurre en Porvenir, Región de Magallanes, y Punta Peuco, en la Región Metropolitana. En el primero, hay un profesional por cada cuatro personas, mientras que en el segundo existe uno por cada doce reos.
Pero también existen casos como el Centro de Detención Preventivo de Combarbalá, Región de Coquimbo, el que “no dispone de instalaciones de enfermería. Solo se puede mencionar la visita de una paramédica una vez a la semana o cada quince días”.
En cuanto a las celdas de los internos, se observaron en el 90% de las unidades elementos estructurales con carencias en uno o más aspectos.
En el Centro de Cumplimiento Penal de Victoria, en La Araucanía, las celdas “son de concreto con catres y literas de metal adheridas a la pared. No cuentan con baños ni calefacción (…) las celdas no tienen ventanas, por lo cual la circulación de aire es deficiente. Las celdas tienen mucha humedad, se percibe el mal olor y no hay luz natural. Se observan botellas o recipientes plásticos para orinar por parte de los ocupantes”.
De 40 penales, 24 no tienen acceso a baño ni agua potable durante las 24 horas. Eso se suma a que en los servicios higiénicos se constatan desagües tapados o estancados, falta de limpieza, humedad, hongos, filtraciones y escasez de ventilación, entre otros. Solo en siete de ellos se constató acceso a agua caliente, mientras que calefacción solo se apreció en Cochrane y Porvenir, o en unidades especiales de cuatro penales.
Las plagas tampoco estuvieron ausentes, siendo halladas en diez recintos. “En algunos dormitorios se observan plagas de vinchucas y chinches, los que circulan permanentemente en el suelo y los muros. En el colectivo de imputados reincidentes los reclusos revelan la presencia de ratones”, consigna el documento respecto al Centro de Detención Preventiva de Talagante, en la Región Metropolitana.