Jefe de carrera respaldó protesta de estudiantes de la FAU: “Es impresentable referirse a ellos como flojos”
Juan Pablo Urrutia afirmó que en 2016 hubo una reducción en las horas de docencia, pero dijo que aún se debe trabajar sobre los cambios en los perfiles de alumnos que componen la facultad.
El académico Juan Pablo Urrutia, actual jefe de carrera de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Universidad de Chile entregó su apoyo a los estudiantes que se manifestaron por la sobrecarga académica a la que están sometidos, la que generó diversas reacciones en las redes sociales.
En un hilo en su cuenta de Twitter, el profesor mostró los alcances del tema, el que puso en cuestión la distribución de los tiempos que tienen los alumnos para sus estudios, trabajos y el descanso.
Urrutia contó que “no hace mucho” fue estudiante, por lo que pudo comparar la realidad actual con lo que se vivía hace algunos años en la facultad.
“Es efectivo que los estudiantes sufren una sobre carga académica, como la sufrimos muchos, pero en otros tiempos, donde incluso la práctica de la humillación era aceptada. Esto no es argumento para ocultar nuestra incapacidad de hacer valer nuestros derechos en aquel entonces”, expresó.
El arquitecto afirmó que “no hay que confundir esfuerzo con sacrificio. Estudiar en la Universidad implica perseverancia, dedicación, vocación y mucho trabajo. Pero no un sacrificio. ¿Sacrificar qué? ¿salud mental? no. Definitivamente no, también formamos personas íntegras capaces de cuidarse a sí mismas“.
Luego de esto señaló que en 2016 hubo una reducción de un 10% en las horas de docencia para la licenciatura. “Por tanto el problema es más bien de cómo se ejerce la docencia a que del diseño curricular, el que claro, es muy mejorable, cuestión por la que ya estamos trabajando”, añadió.
Urrutia explicó además que la idea de una sobrecarga académica surge desde tres aristas: el cambio en el perfil de estudiantes (muchos desde regiones y provenientes de establecimientos municipal y subvencionados que carecen de algunos apoyos); la “tallerización” de algunos cursos teóricos que piden trabajos extensos; y los talleres “como un espacio ensimismado”, donde los alumnos tienen pocas guías para avanzar.
“Estos 3 puntos se están trabajando en la facultad, considerando el nuevo perfil de estudiante, que requiere más apoyo y atención, en la regulación de las horas de trabajo de cada curso y en las prácticas de taller para optimizar mejor los tiempos”, aseguró.
Sobre la protesta, el profesor expresó que “es impresentable referirse a los estudiantes como flojos por cuidar su salud mental o por manifestarse en contra de un sistema laboral alienado que no desean replicar. Esta nueva generación sabe más de derechos que la nuestra, y eso habla muy bien de ellos”.
“Eso no empaña el hecho que también es su responsabilidad asumir los deberes académicos (que sin duda lo hacen) y también aquellos sociales. Muchos deben trabajar, algunos son madres o padres, o no tienen quien los reciba en sus casas al final de la jornada”, aseveró.
Finalmente el docente dijo que “no tengo problema alguno en apoyar la manifestación, es más, se agradece el alcance que ésta ha tomado, sobre todo porque sirve para cuestionarnos qué entendemos por excelencia, trabajo y calidad de nuestras vidas”.
Hilo: En mi calidad de Jefe de Carrera de Arquitectura de la Universidad de Chile creo pertinente hacer referencia por aquí a la manifestación de estudiantes por la sobrecarga académica y el cuidado de salud mental que se viralizó durante estos días @JaimeColomaT @piamontealegre
— Juan Pablo Urrutia (@jotapeurrutia) 22 de abril de 2019
No hace mucho fui estudiante de la escuela, he tenido la oportunidad de estudiar en otras universidades donde se exige mucho, hago clases desde hace 10 años y desde el semestre pasado estoy como Jefe de Carrera, ello me ha permitido observar desde varias aristas esta situación
— Juan Pablo Urrutia (@jotapeurrutia) 22 de abril de 2019
Es efectivo que los estudiantes sufren una sobre carga académica, como la sufrimos muchos, pero en otros tiempos, donde incluso la práctica de la humillación era aceptada. Esto no es argumento para ocultar nuestra incapacidad de hacer valer nuestros derechos en aquel entonces
— Juan Pablo Urrutia (@jotapeurrutia) 22 de abril de 2019
No hay que confundir esfuerzo con sacrificio. Estudiar en la Universidad implica perseverancia, dedicación, vocación y mucho trabajo. Pero no un sacrificio. ¿Sacrificar qué? ¿salud mental? no. Definitivamente no, también formamos personas íntegras capaces de cuidarse a sí mismas
— Juan Pablo Urrutia (@jotapeurrutia) 22 de abril de 2019
El 2016 hicimos un cambio de malla que redujo las horas directas de docencia en toda la licenciatura en un 10%, por tanto el problema es más bien de cómo se ejerce la docencia a que del diseño curricular, el que claro, es muy mejorable, cuestión por la que ya estamos trabajando
— Juan Pablo Urrutia (@jotapeurrutia) 22 de abril de 2019
Al poner el foco en la docencia, y la sabida historia que estudiar arquitectura es duro sea donde sea, vale la pena preguntarse por qué, qué tiene de especial esta carrera que ha generado esa idea generalizada. La respuesta al menos en nuestra Facultad tiene 3 aristas:
— Juan Pablo Urrutia (@jotapeurrutia) 22 de abril de 2019
1ro, el perfil de estudiante es distinto que antaño, con más vulnerabilidades que afectan su rendimiento. 1/3 vienen de región, viven sin su familia cerca y carecen de ese apoyo, además 2/3 proviene de colegio municipal o subvencionado
— Juan Pablo Urrutia (@jotapeurrutia) 22 de abril de 2019
2do, se ha generado una suerte de “tallerización” de algunos cursos teóricos, pidiendo extensos trabajos e incluso desarrollo de proyectos en paralelo a las clases lectivas, ello sin duda que aporta al aprendizaje, pero a un costo muy alto: no hay tiempo suficiente
— Juan Pablo Urrutia (@jotapeurrutia) 22 de abril de 2019
3ro, el taller sigue como un espacio ensimismado, autónomo, y muchas veces indiferente de lo que sucede en la carrera, con agendas propias (a veces personales) que desaprovechan la oportunidad de hacer sinergia con las demás asignaturas. Continúan con la práctica de atelier…
— Juan Pablo Urrutia (@jotapeurrutia) 22 de abril de 2019
…donde la metodología usual está en solicitar encargos difusos para luego dar veredictos sobre ellos de manera tal que los estudiantes vayan descubriendo por si solos el camino. Sin muchas pistas, sin mucha orientación, pero si con mucha exigencia.
— Juan Pablo Urrutia (@jotapeurrutia) 22 de abril de 2019
Además en este espacio formativo se hace muy complejo calcular las horas de trabajo que le demandaría a cada estudiante realizar tales tareas, sobre todo porque se trata de una carrera con una fuerte componente creativa que varía según cada persona. Eso da para otro hilo.
— Juan Pablo Urrutia (@jotapeurrutia) 22 de abril de 2019
Estos 3 puntos se están trabajando en la Facultad, considerando el nuevo perfil de estudiante, que requiere más apoyo y atención, en la regulación de las horas de trabajo de cada curso y en las prácticas de taller para optimizar mejor los tiempos.
— Juan Pablo Urrutia (@jotapeurrutia) 22 de abril de 2019
En resumen, es impresentable referirse a los estudiantes como flojos por cuidar su salud mental o por manifestarse en contra de un sistema laboral alienado que no desean replicar. Esta nueva generación sabe más de derechos que la nuestra, y eso habla muy bien de ellos.
— Juan Pablo Urrutia (@jotapeurrutia) 22 de abril de 2019
Eso no empaña el hecho que también es su responsabilidad asumir los deberes académicos (que sin duda lo hacen) y también aquellos sociales. Muchos deben trabajar, algunos son madres o padres, o no tienen quien los reciba en sus casas al final de la jornada.
— Juan Pablo Urrutia (@jotapeurrutia) 22 de abril de 2019
Por lo tanto no tengo problema alguno en apoyar la manifestación, es más, se agradece el alcance que ésta ha tomado, sobre todo porque sirve para cuestionarnos qué entendemos por excelencia, trabajo y calidad de nuestras vidas. Fin del hilo. Disfruten GoT.
— Juan Pablo Urrutia (@jotapeurrutia) 22 de abril de 2019