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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Día Internacional contra la homofobia

"Gestos simbólicos como izar la bandera de la diversidad sexual en el Congreso son por cierto aportes, pero vivimos en un país que aún impide a las personas del mismo sexo casarse o adoptar".

Por Joaquín Gaete Silva
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Joaquín Gaete Silva es Profesor de la Escuela de Psicología UAI y director de la Sociedad Chilena de Psicología Clínica.

¿Por qué celebramos hoy el día internacional contra la homofobia, la transfobia y la bifobia? Porque un 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó de considerar a la homosexualidad como una enfermedad mental. Gracias a ello en Chile ahora también podemos también celebrar en vez de patologizar la diversidad sexual. Patologizar indebidamente una condición sana puede ser no sólo una horrible forma de daño psicológico — como resultado del no reconocimiento – sino una excusa para restringir libertades y vulnerar derechos esenciales.

Afortunadamente, hemos avanzado hacia un mayor reconocimiento de la diversidad humana; de nuestra riqueza. Hemos entendido mejor en qué consiste que todas y todos tengamos el mismo derecho a participar en nuestra sociedad. Que ciertas concepciones dominantes sobre qué significa “vivir bien” no perjudique a grupos minoritarios; grupos que no dañan a nadie y que por el contrario son víctimas a diario de la intolerancia de la mayoría. Días como hoy nos recuerdan que no toda minoría constituye una “enfermedad mental” y que por tanto anormalidad y patología son dos conceptos diferentes.

Este día es también un recordatorio de que falta mucho por hacer. Gestos simbólicos como izar la bandera de la diversidad sexual en el Congreso son por cierto aportes, pero vivimos en un país que aún impide a las personas del mismo sexo casarse o adoptar. Ahora bien, es difícil que la autoridad política avance en forma más ágil si la autoridad científica – la propia OMS – no ha sido capaz de clarificar más genéricamente cómo se diferencia entre el sufrimiento psicológico que proviene de discapacidad mental de aquel que proviene de intolerancia social.

La medicina y la salud son una buena metáfora para entender muchas cosas de la vida, pero tiene sus límites. Esperemos que este día nos recuerde que hay razones para evitar clasificar cualquier forma de sufrimiento psicológico como “trastorno mental”; que hay diversas formas de vivir “sanamente”, a pesar de que no todas puedan ser del gusto de ‘la mayoría’. Hay niños que tienen distintos estilos de aprendizaje; o personas que sienten o creen cuestiones que ‘la mayoría’ encuentra extrañas. Ello no los convierte en “enfermos”.

Que la conmemoración de este día nos ayude a avanzar hacia mayor inclusión de diversidad humana: diversidad de formas de experimentar, pensar, relacionarse, o aprender. Y que avancemos en preguntarnos por el origen del sufrimiento (en lugar de limitarnos a etiquetar y registrar efectos o “síndromes,” como aún sugiere el manual de la OMS vigente). Y que cuando veamos que la causa es la intolerancia a la diferencia, promovamos juntos el reconocimiento y el amor más que el “tratamiento”.

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