Sequía: ¿Nos estamos preparando para el futuro?

Hasta el momento, la sequía que afligía al país era calificada como la más larga en los registros oficiales. Pero, ante la casi nula presencia de lluvias este invierno, los expertos decidieron catalogarla derechamente como “la peor sequía” registrada en la historia en Chile

La situación se volvió crítica y nos hace como institución a la que represento proponer algunas reflexiones, que hoy día pueden parecer lejanas, pero a mi juicio, la confluencia de factores climatológicos y humanos está deteriorando a tal velocidad el sistema natural, que vale la pena considerarlas.

¿Qué pasaría si mañana nos avisaran en Santiago que no habrá más suministro de agua? ¿Que haríamos si desde ahora en adelante tuviéramos que recorrer al menos cinco kilómetros para ir a buscarla?

Esta es la situación que en la realidad vive un tercio de la población de nuestro planeta y hoy me encuentro en uno de ellos. En Kenia, el acceso al agua y al saneamiento no ha podido ir a la par con el crecimiento de la población, ya que solo el 58% de los kenianos tiene acceso a agua potable y un 30% a medidas básicas de higiene. Situación que se repite con números similares en la mayoría de los países del continente africano donde la malaria, el sida, el cáncer y el terrorismo todos juntos no alcanzan a sumar la mitad de las muertes que se producen por enfermedades relacionadas con la ingesta de agua contaminada.

De acuerdo a cifras de las Naciones Unidas 2.1 billones de personas en el mundo no tienen acceso a agua potable lo que genera más de 485,000 muertes al año. De éstas, el 90% corresponde a niños menores de cinco años.En Chile, pareciera que en una gran parte de nuestra sociedad estamos mucho más preocupados de lo que comemos que de donde sale el agua que necesitamos para vivir, siendo que ningún ser humano puede subsistir sin agua por más de tres días.

Nos encontramos frente a un problema de gran magnitud y, a pesar de que la mayor parte de esta realidad se concentra en el continente africano, pareciera que no estamos tan lejos como pensamos. Lugares como Valle Hermoso, Petorca, Cabildo y San pedro de Melipilla, entre tantos otros viven situaciones bastante similares.

El agua dulce está disminuyendo a pasos agigantados y da la sensación de que no somos conscientes como país de la magnitud del problema.

¿Nos estamos preparando para el futuro? Chile debe asumir que es probable que a partir de ahora vivamos una situación de sequía permanente, donde el agua será un bien cada vez más escaso. Y la innovación, como para la mayoría de los problemas de la vida, tiene de acá en adelante un desafío enorme por el cual hacerse cargo.