Isidora Recart de Fundación Educacional ARAUCO: “Trabajar en red está potenciando el desarrollo profesional de profesores y equipos directivos”
La gerente de la institución hizo énfasis en la importancia del trabajo colaborativo y en red a la hora de diseñar e implementar programas que contribuyan a mejorar la educación, con miras a incrementar las oportunidades de los niños en el futuro.
La educación se ha definido como uno de los principales agentes de movilidad social en el mundo, y lo es también en un Chile que presenta la mayor desigualdad entre los países de la OCDE. Pero ¿qué medidas se pueden adoptar para mejorar la educación que reciben los niños y así incrementar sus oportunidades en el futuro? Para Isidora Recart, gerente de la Fundación Educacional ARAUCO, la respuesta viene de la mano de un trabajo conjunto entre el sector público y privado, lo que incluye a las autoridades educacionales y municipales, a las escuelas y a externos, entre otros actores.
“Cada día que pasa nos convencemos más de que con el trabajo aislado de profesores, comunidades y/o las escuelas el avance tiene un techo, y que cuando forman redes con otros se expanden sus posibilidades y se agrandan los límites de lo posible”, afirmó Recart, quién lidera las acciones de la institución que ha apoyado a 575 escuelas, ha trabajado con 5.120 directivos y docentes, y que llega anualmente a alrededor de 100.580 estudiantes de las regiones del Maule, Ñuble, Biobío y Los Ríos.
Trabajo en red
La Fundación Educacional ARAUCO define el “trabajo en red” como parte de sus pilares, y por lo tanto, éste cruza todos los programas que diseñan e implementan en las comunidades educacionales. Pero, ¿por qué es tan importante el trabajo colaborativo?
Para resolver las complejidades de la educación del siglo XXI, donde los profesores se están preguntando ¿cómo vamos a educar a los niños hoy para las necesidades del futuro?, el trabajar colaborativamente en redes al interior de las escuelas, entre escuelas o en un territorio, puede ser una muy buena respuesta para el desarrollo profesional de ese equipo de profesores y directivos. La experiencia y algunas evidencias nos muestran que aquellas escuelas que colaboran, -y donde se da un trabajo de colaboración profundo en el que todo el equipo docente se responsabiliza para que cada uno de los estudiantes aprendan-, tienen mejores resultados que aquellas que no lo hacen.
¿Qué factores contribuyen a generar mejores espacios de trabajo colaborativo?
Hay algunas condiciones que facilitan que la colaboración se dé. Por ejemplo, tener profesores y directivos dispuestos a seguir aprendiendo, a indagar sobre sus prácticas, y que además reconocen cuando necesitan ayuda para avanzar con sus estudiantes. Y al mismo tiempo, docentes y directivos dispuestos a colaborar, a entregar su experiencia. Creo que esa es la primera condición.
La segunda, pasa porque en las escuelas o en los territorios existan altos niveles de confianza. Tú para aprender con otros necesitas confiar en que estás en un espacio seguro, en que hay un otro que te va ayudar y que puedes equivocarte, porque en este espacio seguro se aprende de las prácticas exitosas y también de aquellas que no funcionan, es decir, hay apertura y confianza para innovar.
En estos casi 30 años de la institución, ¿cómo calificaría los avances en cuanto a trabajo colaborativo dentro de las comunidades escolares?
En nuestras primeras experiencias de trabajo, nos dimos cuenta que los profesores nunca se habían reunido para aprender juntos y compartir un lenguaje común. Fue en ese entonces cuando vimos un foco claro de trabajo y decidimos hacernos cargo y trabajar para visibilizar experiencias pedagógicas innovadoras y así, potenciar y estimular el intercambio entre escuelas y liceos.
En los últimos años, hemos visto importantes avances en esta línea. Un ejemplo de ello es la creación de la Red de Escuelas Líderes, iniciativa en la cual participamos y que lleva más de 10 años trabajando para que escuelas y liceos en contextos vulnerables puedan trabajar en red, de manera colaborativa, y así compartir y difundir sus experiencias pedagógicas. Hoy podemos decir que estamos sumamente orgullosos de los avances que se han dado entre las más de 110 escuelas participantes.
Sin embargo, sabemos que aún queda camino por recorrer. En ese sentido, vemos que un siguiente paso está en definir en qué y cómo queremos colaborar. Esto implica definir estrategias y métodos que inviten a los docentes a reflexionar sobre su propia práctica, a diseñar junto con otros un proceso de mejora, a definir como escuela en qué quieren mejorar y luego trabajar colaborativamente para lograrlo. Todavía se cree que colaborar es compartir material, pero eso es sólo el primer paso. Lograr mayor profundidad e impacto es hoy uno de nuestros focos de trabajo.
Dentro de este contexto, ¿cuál sería la relevancia de los liderazgos?
La evidencia indica claramente que todo proceso de mejora ha ido acompañado de potentes liderazgos educativos y en ese sentido, nosotros visualizamos cómo podemos apoyar a las escuelas para que esos liderazgos puedan promover las condiciones, espacios y metodologías para que se dé la colaboración entre pares con un foco definido.
En esta línea, hicimos un programa en Licantén, donde obtuvimos resultados interesantes en relación con el rol de los equipos directivos y su forma de relacionarse con los equipos docentes. También estamos trabajando con escuelas de Arauco y Curanilahue, con el foco en definir una clara estructura para la organización. Esto, pensando en que es sumamente relevante tener claridad sobre el rol que cumple cada miembro de la comunidad escolar y como su trabajo puede impactar en una mejora colectiva.
Desafíos futuros
Actualmente, la Fundación Educacional ARAUCO implementa diversas líneas de trabajo, entre las que se destacan los programas educativos de mejora escolar, programa transversal de fomento a la lectura y el programa de apoyo a orquestas infantiles y juveniles.
“Creo que hemos acertado en visualizar nuestro aporte a la educación más allá de la sala de clases. Hoy estamos convencidos que trabajar en red no sólo está mejorando el desarrollo profesional de profesores y equipos directivos, sino que también el de los niños, que son el futuro de nuestro país“, destacó Recart.
En cuanto a los proyectos y desafíos futuros, la gerente de la Fundación Educacional ARAUCO adelantó que “hoy estamos analizando retomar el trabajo en torno a primera infancia y/o en desarrollo socioemocional, ya que creemos que son claves para desarrollar el potencial de cada individuo y así construir una mejor sociedad”