La toma feminista de la UDP por dentro
Las razones de la movilización que tuvo a la universidad y a sus protocolos en jaque.
El 20 de agosto marcó un punto de inflexión en las relaciones entre la Universidad Diego Portales y sus alumnas. Ese día, ellas decidieron alzar la voz para protestar por la “nefasta” aplicación de los protocolos de denuncia por acoso sexual por parte de la Dirección Jurídica de la casa de estudios. La denuncia que comenzó en la facultad de Derecho se expandió rápidamente hacia otras facultades. En pocos días, el conflicto se extendió y generó un crisis interna en la comunidad de la UDP que culminó con una toma feminista.
El origen: el acoso de los funcionarios
Una estudiante de la Facultad de Derecho de la UDP, que prefirió mantener el anonimato, contó a EL DÍNAMO que a principios de este año se percataron que un grupo de alumnas estaba siendo acosadas en redes sociales por tres funcionarios de la institución, lo que motivó -en primera instancia- que se realizarán jornadas de paro reflexivo.
Posteriormente, las jóvenes decidieron denunciar el hecho, esperanzadas con ser protegidas por la Normativa de Prevención y Sanción de Acciones de Violencia Sexual de la casa de estudios, la cual fue modificada por el estudiantado luego de las movilizaciones feministas de 2018.
Sin embargo, lejos de recibir apoyo, las afectadas descubrieron que la directora de carrera de Derecho habría divulgado los casos entre los demás funcionarios, lo que también habría realizado el jefe del Departamento de Derecho Público.
Desde la UDP aseguraron, por medio de un comunicado, que “las reglas procuran perseguir cualquier forma de abuso o violencia sexual o en razón del género con pleno respeto a los derechos y la integridad de todos (…) esas reglas disponen un estricto deber de confidencialidad cuyo cumplimiento requiere el máximo estándar de cuidado. En el caso de infringirse ese estándar, es deber de la unidad respectiva solicitar explicaciones y hacer valer la responsabilidad”.
“El reglamento prevé que esas denuncias sean conocidas por pares designados”, agregando que esto se apega al protocolo a favor de las personas afectadas.
La toma por dentro
Una alumna de la Facultad de Ciencias Sociales e Historia, que también decidió no revelar su identidad, detalló a EL DÍNAMO cómo se organizaron para llevar a cabo la toma que se extendió por más de tres semanas.
“Armamos comisiones para distribuirnos las tareas. Se designó gente que estuviera a cargo de registrar quienes entraban y quienes salían de la sede, otros estaban a cargo de la cocina y otros del aseo”, contó.
La joven destacó que “en la seguridad fuimos bien rigurosos porque no estamos trabajando con guardias, ellos están aquí, pero la gente que está dentro de la toma debe resguardar la facultad (…) estamos cuidando el espacio al pedir credencial y registrar todos los ingresos”
En ese contexto, señaló que también había personas “a cargo de los temas institucionales, los petitorios y todo el trabajo que se está haciendo”.
Respecto a la alimentación, la estudiante aseguró que la toma feminista recibió el apoyo del resto de la comunidad universitaria, quienes le proporcionaban una variedad de alimentos para cocinar.
Las jóvenes también crearon una cuenta de Instagram para informar al resto del estudiantado respecto a las reuniones y actividades que se llevan a cabo en las facultades.
“Los que dormimos acá hacemos una ‘vaquita’ para comprar cosas que nos faltaran en último momento, pero si es temprano le decimos a la gente que viene en el día que pase a comprar”.
Desde la universidad siguieron mandando material y trabajos a los estudiantes a través de la plataforma online, por lo que conformaron instancias de estudio para no ‘flaquear’ en el aspecto académico a pesar de la toma feminista.
“Todo aquí se realiza por medio de la organización, por eso no hemos tenido problemas. Somos personas que tenemos un vínculo super fuerte, entre todas nos prestamos ropa y nos apañábamos”.
Destrucción emocional
El jueves, las jóvenes confirmaron el término de la movilización en la Facultad de Derecho y en la de Artes, Arquitectura y Diseño.
Esto, luego de que la casa de estudios tomó la decisión de renunciar a impartir varios cursos debido a la “ausencia de condiciones básicas” para continuar con las clases, por lo que los ramos deberán ser asumidos por los estudiantes el próximo año.
“Estas medidas apuntan directamente a ejercer presión en el estudiantado, y en consecuencia provocar división entre los estudiantes. La mayoría de los afectados son alumnos que están por egresar, por lo que esta situación los obligaría a pagar un semestre más”, señaló una de las estudiantes.
En ese sentido, detalla que “vamos a bajar la toma porque no queremos perjudicar a los demás alumnos (…) al final la universidad está perjudicando a más gente de la que podrían beneficiar si es que en algún momento ceden”.
“No sé si podría decirse que hemos tenido un dialogo con las autoridades de la universidad, ha sido imposible llegar a un consenso. Nosotras ya estamos destruidas emocionalmente, quizás físicamente podríamos aguantar muchos más días, pero sentimos que no estamos llegando a ninguna parte”, concluyó.
Comunicado de la rectoría de la UDP
Asimismo, en un comunicado publicado por el rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, hizo hincapié en la forma en que se dieron los hechos, rechazando abiertamente la toma que se realizó. Sin embargo, según sus palabras, aquello no afectará en las medidas que tomarán como universidad sobre las denuncias hechas por las estudiantes.