Fiestas Patrias o Patriarcales
Las cuentas al término de las Fiestas Patrias son de números de fallecidos, kilos de carne y litros de alcohol consumidos. Los medios de comunicación no suelen detallar cuántas de estas muertes son de mujeres.
Guila Sosman es Académica Facultad de Psicología Universidad Diego Portales
Fiestas Patrias conmemora la independencia de un país, liberado por hombres, en una guerra de hombres contra hombres. La República de Chile, tras su liberación de España, se construyó sin considerar a la mujer más allá de su el rol en el espacio privado y familiar, bajo el dominio legal de sus esposos. Es mucho después que la mujer adquiere el derecho a votar en 1949 en las elecciones parlamentarias y presidenciales; sin embargo, en aquel tiempo y podría decirse que todavía, la historia de Chile no era ni es narrada desde la visión de las mujeres.
En parte por esto, es que se equipara la “semana de la chilenidad” con actividad “asociadas” al género masculino desde un pensamiento machista, en el cual, el alcohol y la carne son símbolos unívocos y fundamentales de masculinidad.
Aún en las casas de mujeres que se consideran independientes y progresistas, son ellas (y me incluyo), quienes están encargadas de las ensaladas y “papas mayo”, alimentos de mujeres, mientras los machos reunidos alrededor del fuego adoran un pedazo de animal en cocción, como una horda primitiva frente a un animal sacrificado.
Estas celebraciones en las cuales se reúnen familias y amigos en un ambiente de jolgorio, a veces es una pseudocatarsis producto de los días feriados, en la cual se intenta expulsar o más bien borrar todo el estrés de la compleja vida que llevamos. Este escenario, tienen un lado oscuro, que queda en el trasfondo de las risas y la fonda. Este lado es la violencia que existe en estas festividades, en las cuales mujeres, niños y niñas pasan a ser víctimas del ritual de “masculinidad” exacerbado que se da en estos días.
Bajo el efecto de la fiesta y de la horda de hombres reunidos, existe una regresión a esos estados primitivos en los que la ira, la lujuria y el machismo escapan de control. El machismo se normaliza y hasta festeja y justamente por esto durante las celebraciones, que dura días antes y después de los feriados legales, aumenta de sobremanera el maltrato psicológico, físico y sexual a niños, niñas y adolescentes, y también hacia las mujeres. Las mujeres son presas del temor de hombres alcoholizados, descontrolados y violentos, por lo que están expuestas a mayor riesgo de sufrir algún tipo de abuso.
Por eso las cuentas al término de las Fiestas Patrias son de números de fallecidos, kilos de carne y litros de alcohol consumidos. Los medios de comunicación no suelen detallar cuántas de estas muertes son de mujeres y la fiscalización está orientada hacia los accidentes de tránsito y la conducción en estado de ebriedad.
¿Qué sucede con las campañas de prevención de violencia hacia la mujer y hacia los niños, niñas y adolescentes en estos feriados? ¿Dónde están estas cifras en los medios de comunicación?
Finalmente, me pregunto por la fiesta de la “independencia”, ¿de qué nos independizamos? ¿De qué nos liberamos estos días? Del respeto, la igualdad, la civilidad?
Indudablemente, las Fiestas Patriarcales no liberan a las mujeres de hombres ebrios y violentos, sino que se renueva y se revive el poderío masculino de dominación, al escuchar una historia narrada por hombres, acerca de hombres.