“Un verdadero amigo”: la carta en homenaje que Jacques Chirac le dedicó a Ricardo Lagos
El ex mandatario francés rindió un homenaje a Lagos cuando terminó su mandato, asegurando que "siempre he tenido en gran estima su visión y generosidad".
“Siempre se le recibirá como se recibe a un verdadero amigo, con calor y corazón“, fue la forma en que Jacques Chirac terminó una carta dirigida al pueblo chileno cuando culminó el gobierno de Ricardo Lagos, una misiva que evidenció la estrecha amistad diplomática entre ambos mandatarios.
Chirac, presidente de Francia entre 1995 y 2007, falleció este jueves a los 86 años. En su gestión, el mandatario galo reanudó las pruebas nucleares en los atololes coralinos de Mururoa y Fangataufa, causando revuelo a nivel mundial para posteriormente suscribir el Tratado de Prohibición Total de Pruebas Nucleares en 1996.
Su firme oposición a la guerra de Irak de 2003 fue uno de los factores que lo unió al ex Presidente Lagos. En conversación con EL DÍNAMO, el ex asesor internacional de su gestión y actual el director del Centro de Estudios sobre China de la UNAB, Fernando Reyes-Matta, contó detalles de la relación entre los mandatarios.
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“Hubo una gran empatía especialmente temas relacionados con la invasión norteamericana en Irak, con varias conversaciones por teléfono. Una vez, Jacques Chirac incluso le dijo a Lagos ‘en estas cosas puede ser muy fácil ganar la guerra, pero es muy difícil ganar la paz’. Eso se sumó a la aprobación al TLC con la Unión Europea, teniendo encuentros directos y muy próximos entre ambos”, contó el ex embajador de Chile en China.
Cuando Ricardo Lagos salió del Gobierno, el entonces mandatario francés rindió, en sus palabras, un homenaje al saliente Jefe de Estado, destacando que “Chile ha dado al mundo un ejemplo de madurez y equilibrio al confirmar su pertenencia a las grandes naciones democráticas”. Sobre Lagos, agregó: “Siempre he tenido en gran estima su visión y generosidad, que hacen de él un hombre de Estado cuya reflexión sobre el futuro de nuestro mundo estimula y alienta la acción”.
Según Reyes-Matta, este fue un gesto “muy excepcional”, ya que no es algo no habitual. “Esa fue una muestra muy especial de respaldo y estimación que tenían, una relación de estadista a estadista”.
