Mañalich denunció un “esfuerzo encubierto” para privatizar los servicios públicos
De acuerdo a la autoridad, esta irregularidad se realiza a través de la entrega de cirugías y procedimientos a sociedades médicas que operan dentro de los mismos hospitales.
Esta semana se inició la entrada en vigencia del nuevo decreto que incorpora cinco nuevas enfermedades en el AUGE, totalizando 85 las patologías que cuentan con las garantías de acceso, oportunidad de la atención y protección financiera. Además del Alzheimer, se incorporan cuatro tipos de cánceres: de pulmón, de tiroides, renal y mieloma múltiple.
Pese a que esto es una buena noticia, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, aseguró a 24Horas que existe un esfuerzo “encubierto” para privatizar los servicios públicos.
Al ser consultado respecto a las deudas hospitalarias, las que durante el primer semestre alcanzarían los 421 mil millones de pesos, lo que dificultaría que se realicen la cantidad de procedimientos médicos que se requieren, Mañalich aseguró que el 30 de septiembre terminaron de pagar un saldo de 280 mil millones de pesos y que se espera poder pagar cada 45 días a los proveedores de insumos hospitalarios.
“Habiéndose transferido todo el dinero a estos proveedores, ellos deberían demostrar que están usando eficientemente estos recursos, porque aquí también hay una responsabilidad de que no se compre por fuera de Cenabast, por ejemplo; que los insumos que se entregan a los hospitales no se pierdan; que los pabellones no se ocupen como se están ocupando vergonzosamente hoy día con un número mínimo de tres cirugías diarias, cuando podrían hacerse seis”, argumentó el ministro.
“Esto es porque, hay que decirlo con toda verdad, hay un esfuerzo sistemático -en una forma encubierta- de privatizar los servicios públicos de salud a través de la entrega de cirugías y procedimientos a sociedades médicas que operan dentro de los mismo hospitales, lo que ha sido reparado una y otra vez por la Contraloría”, continúo.
En ese contexto, explicó que “dentro de un hospital público, un número creciente de alrededor un 30%, está haciéndose en un régimen privado. Vale decir, que existen incentivos perversos para que en el horario contratado no se realice el máximo de actividades que se deben realizar y se derivan a sociedades médicas que reciben un pago muy superior por las mismas cirugías”.
El ministro de Salud destacó que “esto lo hemos detectado en muchos servicios (…) hay negligencias administrativas, porque en algunos casos los directores de hospitales, y directores de servicios, han sido blandos en controlar esta deformación de la actividad pública (…) No hay un marco reglamentario adecuado”.
