Cura pedófilo es condenado a vivir en reclusión de por vida: tiene 95 años
El anciano tiene prohibido conceder entrevistas, tener redes sociales y contactar con las víctimas, a quienes hizo llegar por escrito una petición de perdón.
El cura jesuita Pere Sala, de 95 años, fue sentenciado por la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano, a pasar sus últimos días recluido en la residencia de Sant Cugat del Vallès en Barcelona, lugar donde justamente vive.
Asimismo, el anciano tiene la prohibición total del ejercicio público del ministerio, de administrar el sacramento de la penitencia y de mantener cualquier tipo de contacto con menores de edad. Tampoco podrá conceder entrevistas, tener redes sociales y contactarse con las víctimas, a quienes hizo llegar por escrito una petición de perdón.
El ex profesor fue sentenciado por abusar sexualmente de, al menos, dos alumnos del colegio Sant Ignasi de Sarrià de Barcelona en la década de 1980.
Las medidas que se adoptaron en contra del cura se revisarán cada tres años y si no las cumple, quedará apartado del estado clerical y de la Compañía de Jesús.
La acusación de abusos sexuales fueron denunciados por los hermanos Jordi y Oriol Mata, quienes residen actualmente en Gran Bretaña y México, respectivamente.
La Compañía de Jesús le envió una carta a las víctimas del sacerdote, donde incluyeron un mensaje de disculpa por escrito de Sala.
Según el El Periódico, ni Jordi ni Oriol aceptaron las disculpas del sacerdote, ni tampoco se dan por satisfechos con las medidas de castigo decretadas.
“Si la investigación ha llegado a esa conclusión, y el propio sacerdote Sala ha admitido lo ocurrido, ¿cómo puede seguir siendo sacerdote un pederasta?”, se preguntó uno de los afectados.
“Creo que los jesuitas nos han tomado el pelo y no voy a detenerme aquí. Voy a recurrir esta resolución al arzobispado”, expresó Jordi Mata.