El paso de Reinaldo Rueda como DT en países convulsionados
El entrenador de la Roja se indignó con la suspensión del partido ante Perú debido a la crisis social. En sus pasos por Honduras y Ecuador también enfrentó dificultades.
“Si vengo a trabajar en fútbol y no hay fútbol, me tengo que ir”. Esa fue la frase que sembró todas las dudas sobre la continuidad de Reinaldo Rueda como entrenador de la selección chilena, esto luego que los jugadores decidieran no jugar el amistoso ante Perú en Lima por la crisis social que vive el país.
Visiblemente molesto, el colombiano recordó todas las veces en las que no ha podido tener a los futbolistas a su disposición, y sobre lo ocurrido con el frustrado partido ante los incaicos entregó una particular frase, en la que expuso su visión sobre la sociedad actual: “Esto no para, porque Chile prende con agua”.
Aunque se vio visiblemente molesto por la situación chilena, Rueda tiene una amplia experiencia trabajando en países convulsionados socialmente. Incluso, hace una década tuvo que jugar tras un golpe de Estado que afectó a una de las selecciones que tuvo a su cargo.
La experiencia sudamericana
Rueda trabaja como entrenador desde 1992. Ese año tomó la Sub 20 de Colombia en una década marcada por el combate contra las FARC y el narcotráfico, que dejó cientos de muertos en el país cafetalero. Durante ese tiempo el fútbol local vivía un gran momento, el que estuvo enlutado por la tragedia del asesinato del defensa Andrés Escobar tras el Mundial de 1994.
Por esos años el caleño entrenó Cortuluá, Deportivo Cali e Independiente Medellín sin mayores problemas extra futbolísticos vinculados con revueltas sociales. En 2004 dirigió a la selección adulta, cargo que cesó en 2006.
En agosto de 2010 el adiestrador formado en Alemania fue contratado por la selección de Ecuador. Al mes siguiente se desató una crisis total en el gobierno del entonces presidente Rafael Correa, quien acusó un intento de golpe de Estado.
Los problemas sociales no impidieron el desarrollo del trabajo del entrenador, quien permaneció en el equipo hasta 2014. La única duda que se le impuso a su gestión fue la eliminación de la Copa América en 2011, de la cual se pudo recuperar con la clasificación al Mundial de Brasil.
El “amor” de los ecuatorianos ante la figura de Rueda llegó a tanto que el propio Correa sugirió nacionalizarlo, cuestión que no se concretó.
El recuerdo de Honduras
La historia más directa de Rueda con los conflictos sociales la vivió hace exactos 10 años, cuando estaba a cargo de la selección de Honduras. En aquel tiempo el país centroamericano tuvo un golpe de Estado, el que sacó del poder al entonces mandatario Manuel Zelaya.
Los acontecimientos políticos se desataron el 28 de junio del 2009. El 13 de agosto de ese mismo año, los hondureños debían jugar un partido ante Costa Rica por las clasificatorias Concacaf para el Mundial de Sudáfrica en 2010.
Hubo una serie de especulaciones y amenazas de boicot. La situación era tan delicada que incluso se habló de una crisis total si el elenco bicolor llegaba a perder con los “ticos”. Afortunadamente aquello no ocurrió, ya que ganó 4-0 y pavimentó su camino a la Copa del Mundo.
Para Reinaldo Rueda el proceso fue especial, ya que le tocó intervenir directamente en política. De hecho, fue invitado a la investidura de Porfirio Lobo como nuevo presidente tras las elecciones de 2010. “Honduras no se puede olvidar de esa lección. Que si hay unión y respeto, se pueden lograr las metas fijadas”, señaló el colombiano en una oportunidad.
La relación del caleño con Honduras se estrechó a tal nivel que finalmente logró obtener su nacionalidad, siendo reconocido así por las autoridades y por gran parte de los hinchas, quienes lo recuerdan como uno de los gestores de la paz tras la crisis política y social que los afectó.