Ley de Derechos de la Niñez: cumplamos nuestras promesas
Las cifras son alarmantes, pero nos sitúan frente a algo que estamos, quizás, pasando por inadvertido: los niños, niñas y adolescentes, los jóvenes, han sido y son parte fundamental de las demandas sociales.
Juan Pablo Venegas es Director de Incidencia Pública World Vision Chile
Más de 550 niños, niñas y adolescentes (NNA) han sido detenidos y más de 40 heridos en las últimas manifestaciones, según las cifras que ha logrado recopilar el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).
Nuestra niñez se ha visto repentinamente viviendo un escenario que pocos esperaban: una crisis social y política que tiene a Chile ad-portas de cambios significativos, si es que se presta la atención necesaria a las demandas sociales que se alzan como banderas de lucha desde distintos sectores del país.
Hoy, las medidas del Gobierno se perciben como insuficientes y la sociedad -según diversos sondeos- parece estar, en su gran mayoría, de acuerdo en que hay que cambiar la base de las estructuras sociales vigentes, para dar paso a una mayor protección, justicia social y equidad, tanto a una clase media en constante riesgo como a aquellos con menores recursos.
Las cifras indicadas al comienzo de este texto son alarmantes, pero nos sitúan frente a algo que estamos, quizás, pasando por inadvertido: los niños, niñas y adolescentes, los jóvenes, han sido y son parte fundamental de las demandas sociales. También tienen petitorios, tienen sueños, tienen derechos y dignidad, la cual muchas veces ha sido transgredida.
No por nada esta movilización social nació desde unas decenas de escolares que evadieron masivamente su pago en el Metro por considerarlo injusto, no con ellos, sino con sus familias, sus abuelos y sus padres. En gran parte de nuestra historia las protestas han sido protagonizadas, en su mayoría, por esos niños y niñas que han demostrado poseer una enorme conciencia social.
¿Y qué es lo que demandan? Quizás podemos comenzar por algo lamentable y cierto: que en las décadas de 1990, 2000 y esta última de 2010, ha habido generaciones de miles o millones de niños, incluso, que han vivido su niñez sin sus derechos garantizados.
Chile, pese a sus avances en lo macroeconómico, no ha respondido a la demanda de sus niños y niñas, convirtiéndose en el único país de Latinoamérica que no tiene una Ley de Garantía de Derechos de la Niñez, un Código o Ley de Protección Integral.
Por lo anterior, urge garantizar los derechos de cada niño, niña y adolescente, en un proceso que debe ser rápido, pero sin dejar de lado las opiniones de la sociedad civil, sobre todo la de niños, niñas y adolescentes.
En este pacto social con la niñez debemos estar presentes todos aquellos que luchamos día a día porque los derechos de los niños y niñas sean respetados, así como también quienes son los protagonistas. En este Chile de justicia debemos bogar porque ningún niño o niña sea nuevamente vulnerado en sus derechos. Debemos cumplir una promesa que lleva 30 años esperando. Cumplamos nuestra promesa con la niñez.
Invitamos a todos y todas a construir nuevos acuerdos de paz, de convivencia y de desarrollo, donde la niñez tenga un rol protagónico. Necesitamos a todo el mundo porque Chile despertó y fueron nuestros niños y niñas quienes pusieron la alarma del despertador.