“Dale que lo vas a matar, vos podés”: escalofriante relato de testigo del asesinato de joven argentino a manos de rugbistas
“Yo vi cómo lo mataban, le vi toda la cara desfigurada y nadie hizo nada. No tenía más reacción y nunca le dejaron de pegar”, sentenció la joven.
“Dale que lo vas a matar, vos podés”, es una de las frases que forma parte del relato de una testigo clave del asesinato del joven argentino Fernando Báez Sosa a manos de 10 rugbistas en la ciudad Villa Gesell en la provincia de Buenos Aires, Argentina.
Tatiana, de 17 años, trabaja como community manager en la discoquete Le Brique y sin revelar su rostro por ser menor de edad, detalló a medios argentinos cómo en la madrugada del sábado una decenas de jóvenes enajenados y ebrios mataron al estudiante de Derecho.
“Un par de amigos de Fernando se fueron, él estaba sentado acá (en la vereda afuera del local) junto con otros chicos y de golpe aparecieron todos los rugbistas y le empezaron a pegar”, comenzó relatando.
“Había policías en la esquina, pero nadie hizo nada. Nos metimos pibas y pibes, y nos pegaron los rugbistas porque no les importó nada, hicieron lo que quisieron”, indicó la joven sobre la inacción de los efectivos de seguridad pública.
“Pasaron por al lado de la policía, si te cruzas a diez chicos llenos de sangre porque se limpiaban la mano en la camisa, si eres policía lo vas a frenar, no esperar a que se vayan a dormir y a las 10 de la mañana agarrarlos”, expresó indignada.
“Me quise meter porque la verdad que lo único que había eran chicos fuera de sí, gritando ‘pégale dale, lo vas a matar, dale que vos podés'”, continúa el relato de la joven, mientras recuerda detalles más escabrosos del actuar de los rugbistas acusados por el homicidio.
“Uno de los pibes que tenía una camisa blanca le dijo a otro ‘¿te lo querés llevar de trofeo?’, y ahí fue la última patada. Fernando quedó en el piso y nunca más se levantó”.
Junto a ello, Tatiana recriminó el actuar de los dueños de Le Brique: “Me dan vergüenza, lo único que les importa es la plata. Lo mataron y a las 22.00 horas abrieron el boliche, trajeron un famoso para que cante y poder llenar el local, pero no fueron capaces de acercarse a la familia”.
“Yo vi cómo lo mataban, le vi toda la cara desfigurada y nadie hizo nada. No tenía más reacción y nunca le dejaron de pegar”, sentenció la joven.