Santiago y Peñalolén son las comunas con más buses quemados durante el estallido social
Según reveló a EL DÍNAMO la Dirección de Transporte Público Metropolitano la mayoría de los ataques ocurrieron el 18 de octubre y las empresas más afectadas fueron Express y Subus.
El Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones reveló durante esta semana que desde el comienzo del estallido social más de 60 máquinas fueron quemadas. Sin embargo, no existía mayor certeza de cuándo ocurrieron estos ataques, en qué comunas, cuáles son las empresas más afectadas y el costo de su reposición.
Al respecto, el Directorio de Transporte Público Metropolitano (DTPM) reveló a EL DÍNAMO que los 63 ataques incendiarios en la Región Metropolitana ocurrieron mayormente en las comunas de Santiago (9) y Peñalolén (9), seguidos por Recoleta (6), Estación Central (6), La Pintana (3), Pedro Aguirre Cerda (3), Providencia (3) y Pudahuel (3), entre otras zonas de la capital.
El organismo explicó que la mayoría de los buses fueron quemados el 18 de octubre (17 de ellos) cuando se inició el estallido social y que las empresas que sufrieron más daños a sus vehículo fueron Express de Santiago Uno (20), Subus Chile (18) y Metbus (13). En tanto, la menos afectada fue Redbus Urbano (2).
Impacto en los pasajeros
De acuerdo a estimaciones del Gobierno, la falta de estas máquinas del transporte público afecta a más de 38 mil personas en la Región Metropolitana. Sin embargo, según explicó a EL DÍNAMO el director del Centro de Transportes y Logística de la UDP, Franco Basso, “en realidad el impacto será mayor”.
“Esta cifra considera que al día un bus mueve 600 personas, pero no tiene en cuenta que además las personas que esperan en los paraderos observarán disminuciones en su frecuencia, ya que ésta se establece de acuerdo al número de buses que existen en el sistema”, complementó el académico.
Junto con los vehículos quemados, la DTPM entregó además la cifra de máquinas vandalizadas, las que totalizan 5.812. Al respecto, Basso asegura que esta situación “es preocupante”, porque “uno de cada 100 buses ha sido vandalizado y no sólo hay un impacto económico, sino que en términos de calidad de servicio. Es algo que comenzará a notarse si esto sigue ocurriendo”.
El urbanista Iván Poduje, en tanto, coincidió con el análisis de Basso e indicó que “los buses van más llenos, y a esto se le deben sumar los problemas con semáforos que están reventados. Hay muchos semáforos dañados, en mal estado, y eso también afecta los tiempos de viaje”.
“Es un problema sistémico el que está afectando el transporte de las personas más modestas y de menores ingresos que son los usuarios de los buses. Porque la gente que anda en auto o vive en el sector oriente no tiene este problema”, agregó el arquitecto.
La costosa reposición de las máquinas
Según estimaciones del Ministerio de Transportes, el costo de reponer estos buses incendiados -59 de ellos completamente destruidos- será superior a los US$18 millones, es decir, $14.252.400.000.
Franco Basso advirtió que esta cifra representa más de la mitad de que costó frenar el alza de los $30 en el Metro de Santiago -US$30 millones-, pero aseguró que “no debería impactar directamente en los costos del sistema porque los encargados de tener los buses son los operadores, por lo tanto, no hay costos directos para el Estado”.
De igual manera advirtió que la situación hace de Chile “un país menos atractivo al momento de captar nuevos actores que quieran invertir en este mercado”.
“Lo vimos ahora que el Gobierno decidió retirar las bases de licitación de la provisión de flota. Aquí las cosas están conectadas, no sabemos qué tanto interés hay en las empresas por participar de licitaciones cuando te queman buses casi todas las noches”, complementó Basso.
Así, para el académico esta reposición “tiene un impacto indirecto en los costos, porque si el país se hace más riesgoso las propuestas económicas van a ser peores, lo que es malo para el Estado en estos momentos en que se necesitan más compañías interesadas”, concluye.