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7 de Abril de 2020

La guerra de los insumos: las razones del secretismo del Gobierno para la compra de respiradores mecánicos

El ministro Jaime Mañalich había adelantado que adquisiciones de respiradores mecánicos, mascarillas y guantes, entre otros, serían tratadas en “secreto” por motivos de seguridad.

Por María Gabriela Salinas
Guerra de los insumos
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Lo dijo dos veces el ministro Jaime Mañalich: es una guerra. La situación mundial por insumos médicos para combatir el coronavirus ha adquirido tintes bélicos, por lo que el Gobierno de Chile ha optado por el secretismo con tal de que respiradores mecánicos, mascarillas y guantes, entre otros, lleguen al país. Algo que pudiera ser difícil considerando el actual momento que vive el mundo en una eventual “guerra de los insumos”.

El lunes, el subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga, nuevamente se negó a entregar detalle de los ventiladores mecánicos que arribarán a Chilepara evitar alguna incautación en algún país en donde se haga escala”. 

Y es que eso ya ha pasado en otras partes del mundo: el viernes, 150 respiradores mecánicos que había comprado España a China fueron requisados por Turquía “para el tratamiento de sus propios enfermos”. Si bien la situación se resolvió por la vía diplomática, fue un precedente para las negociaciones que pueden darse a partir de hoy.

Previamente, durante la mañana del 6 de abril, Mañalich había reiterado en Radio Cooperativa que “estamos en una guerra por los recursos de salud“.  Sólo detalló que “es más de un avión” y que la compra se ha hecho a “China y a otros países también, de insumos importantes, insumos vitales, pero evidentemente no voy a revelar ni fecha ni hora ni cuál es el trayecto”.

Jaime Mañalich, ministro de Salud. Foto: Agencia Uno

El domingo, Mañalich ya había adelantado que estas adquisiciones serían tratadas en “secreto” por motivos de seguridad. “La llegada de insumos y las vías por las que estos serán ingresados al país y debido a que se ha declarado una guerra de ventiladores, con incautaciones, hemos tomado la decisión de manejar en estricto secreto para proteger la llegada de ese equipamiento a nuestro país”, afirmó el ministro.

Recientemente, se informó que una compra de respiradores mecánicos fueron decomisados en Estados Unidos, aparatos que tenían como destino Paraguay. Sin embargo, esta información fue desmentida por fuentes del gobierno de EE.UU. “Las regulaciones de importación y exportación en los Estados Unidos son complejas, especialmente en lo que respecta a los suministros médicos durante la pandemia”, decía parte del comunicado del gobierno estadounidense.

Sin embargo, el Gobierno de Doland Trump ha estado bajo la mirada por sus políticas sanitarias, prohibiendo a la multinacional 3M exportar mascarillas a otros países. “Son especuladores en tiempos de guerra”, sentenció el Presidente de Estados Unidos.

El mandatario se acogió a la Ley de Protección de la Defensa Nacional (Defense Production Act), que permite al Gobierno mantener la producción de insumos críticos para el mercado interno y ordenar a las empresas que tienen fábricas en el extranjero a enviar todos los artículos hacia EE.UU.

Por dicha ley, que data de la guerra de Corea en la década de 1950, la empresa deberá dejar de exportar mascarillas médicas N95 y guantes quirúrgicos al extranjero, siendo sus principales destinos Canadá y Latinoamérica.

Donald Trump, Presidente de Estados Unidos. Foto: Casa Blanca.

¿Es una guerra?

La denominada “guerra de los insumos” puede que no sea un conflicto bélico armado, pero sí tiene características que se le asemejan. La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el coronavirus es la mayor crisis desde la Segunda Guerra Mundial y los países comienzan a comportarse como tal.

“Hay una preocupación de cada uno de los países por ejercer la plena soberanía y proteger a su población y eso implica reconocer que, con la pandemia, se requiere acceso a insumos. Ahí, por lo tanto, hay una primera guerra que es comercial por una demanda que va en aumento a una oferta limitada”, explica a El DÍNAMO el analista internacional Guillermo Holzmann. “Los países se ven en la obligación de buscar la satisfacción de esa demanda, ya sea pagando sobreprecios, acelerando procesos de compra o usando todos sus recursos“, agrega.

Holzmann indica que luego viene una segunda etapa, referente a la industrialización de los países. “Un país industrializado que tiene la capacidad de cambiar su cadena de producción y generar los insumos que le faltan, lo van a hacer. Ellos verán si lo pueden compartir o no y ahí es dónde se ve la capacidad de los Estados de imponerse -sea de forma económica, industrial o política- para apropiarse de esos insumos. Se ve una suerte de ‘la ley del más fuerte’“, comenta.

“Está una tercera etapa que el la cooperación internacional, la que no es desinteresada y tiene un precio también. Aquí, los países negocian y los Estados intentan ejercer una soberanía para que esos insumos lleguen a la ciudadanía”, explica el analista. “Es por esa razón que el ministro Mañalich dice que toda la información respecto es confidencial o secreta, en una lucha por llegar primero a los insumos, ya sea por la negociación que se haga con los Estados o las multinacionales”, agrega.

“Chile está muy consiente de los riesgos que significa la adquisición de insumos, ya sea por la vía de la compra o de la negociación. Lo que ha pasado, es que los países al no tener acuerdos previos, usan su poder. Chile negocia con los países para que, dónde tenga que parar el avión para abastecerse, ese vuelo cuente con inmunidad política, y depende de la credibilidad que tenga esa negociación“, concluye Holzmann.

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