Paciente entró en coma hace dos meses sin saber que tenía coronavirus: despertó en un mundo nuevo
Julio reunía todos los factores de riesgo: es mayor de 60 años, padecía una enfermedad pulmonar obstructiva crónica fruto de su adicción al tabaco, tenía hipertensión y pesaba 100 kilos.
Desde que se registró el primer caso de coronavirus en China, el mundo no volvió a ser el mismo. Bien lo sabe Julio Lumbreras, paciente recuperado de España que pasó dos meses en la unidad de cuidados intensivos y que ahora abrió los ojos sin saber qué había ocurrido.
Lumbreras, de 65 años, cayó en coma el 27 de febrero pasado y según informa El País, no visitó ni Italia ni China, tampoco tuvo contacto con turistas de esos países, pero tras el empeoramiento del diagnóstico inicial que fue neumonía, comenzó a deteriorarse y debió ser intubado porque su vida corría grave peligro.
“Ha sido un largo proceso lleno de incertidumbre y angustia. Nunca imaginamos que pudiera pasar tanto tiempo. Es un proceso complicado que el confinamiento agrava, porque somos una familia numerosa que comparte mucho tiempo junta.”, explica su hijo Sergio al medio antes señalado.
Según datos del Ministerio de Salud de España, los pacientes de coronavirus están en la UCI entre 20 y 28 días de promedio, por lo que el proceso de no saber cómo evoluciona un ser querido puede ser aún más angustiante.
Paciente “resucitado”
Gabriel Heras, miembro del equipo que atendió a Lumbreras en el hospital Torrejón, es director del proyecto HU-CI de Humanización de la UCI y permitió que Yolanda, esposa de Julio, lo visitara todas las tardes.
“Si nos planteamos que el paciente sufra y muera de coronavirus solos porque no tenemos un equipo de protección personal, tenemos que reflexionar sobre la clase de sociedad que somos”, señaló el médico.
Julio reunía la mayoría de los factores de riesgo para el desarrollo del coronavirus. Era mayor de 60 años, padecía una enfermedad pulmonar obstructiva crónica fruto de su adicción al tabaco, tenía hipertensión y era un hombre con más de 100 kilos dde peso, que complicaban la situación de emergencia por la que atravesaba.
Pasaba 17 horas al día boca abajo para mejorar su ventilación. “Era muy frustrante. No avanzaba nada. Por suerte, no le había afectado a otros órganos, de lo contrario muy probablemente no habría salido con vida”, asegura el médico Heras.
A pesar de los pronósticos, el 12 de abril, el paciente dio negativo al test de coronavirus.
“Mientras iba recuperando el habla, dándose cuenta de qué había sucedido”, relata su hijo.
Un poco aturdido por todo lo vivido, el paciente vio en un momento las noticias que hablaban del avance del coronavirus. “Mirad, mirad, ¿habéis visto lo que está pasando?”, le dijo Lumbreras a su hijo, sin saber lo que él mismo había pasado todo estos días.
Luego de su mejoría, queda un largo camino de recuperación del síndrome post-UCI, una serie de secuelas físicas y psicológicas que acompañan al paciente durante los primeros meses, como son la pérdida de habilidades motoras y cognititvas, además del cambio de mentalidad ante el nuevo mundo que hoy estamos viviendo.