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Actualizado el 6 de Mayo de 2020

Custodia compartida en cuarentena: ¿qué pasa con las visitas?

Un tema complejo que se dificulta en medio de la crisis a causa de la pandemia, por lo que especialistas, del ámbito legal y sicológico, entregaron información y consejos pertinentes.

Por Camila Luengo
visitas coronavirus
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El aislamiento social tiene diversas consecuencias, una de ellas es la dificultad de que los hijos menores de edad mantengan contacto, a través de las visitas, con su padre o madre que no vive con ellos, ya sea por una cuarentena obligatoria o una voluntaria, como manera de prevención considerando que, si bien no son parte de la población de riesgo, hay casos en los que comparten hogar con sus abuelos u otros familiares con enfermedades crónicas.

Por el momento existen varias comunas a lo largo del país que se encuentran en cuarentena parcial o total, y pese a que existen permisos temporales para las visitas, estos mismos señalan que no pueden ser solicitados si el padre, madre, niño, niña o adolescente o cualquier familiar que viva en el lugar presenta síntomas.

En conversación con Félix Ramírez, abogado en temas familiares y civiles y director de la Clínica Jurídica de la Universidad SEK, aclaró que, ante la decisión de si el menor puede o no salir de la casa en el contexto de la pandemia, debe primar el “interés superior del niño, niña o adolescente”, como indica el artículo 222 inciso primero del Código Civil y el artículo 16 de la Ley 19.968. Esto independientemente de si las visitas fueron asignadas por un tribunal o si la acordaron verbalmente ambos padres.

Ámbito legal

En el caso de la relación directa y regular (visitas) asignadas por un tribunal, el abogado declaró que “las visitas son un derecho de los niños, niñas y adolescentes y no se pueden frustrar, ni retardar o entorpecer por un acto de mera voluntad del padre que realiza la visitas o del que tiene el cuidado. Este derecho del niño sólo se puede suspender si el progenitor que tiene el cuidado personal de los hijos lo pide al Tribunal de Familia indicando los motivos; en este caso, la pandemia por el coronavirus y el riesgo de contagiarse; y un juez determinará si corresponde la suspensión”.

Actualmente, los Tribunales sólo están tramitando causas graves y urgente. Para los demás casos hay un retraso de 50 días hábiles desde que se termine el estado de excepción. Por lo que las visitas son una decisión que va a depender de la voluntad de los padres respecto de si éste considera aconsejable que el hijo o hija salga de la casa, teniendo presente la situación excepcional de la pandemia actual.

Pero a pesar de que la cuarentena preventiva es una medida criteriosa y de caso fortuito, de igual manera es imputable. Es decir, el padre que realiza las visitas puede demandar al padre que le impida ver a los hijos.

¿Qué hacer ante la negativa a realizar las visitas por parte del padre cuidador?

Félix Ramírez mencionó que existen tres alternativas para el padre o madre que se ve impedido por parte del otro progenitor a ver a sus hijos.

“La primera es presentar un escrito al tribunal -bajo la misma causa que determinó las visitas- solicitando que obligue al progenitor que tiene el cuidado personal de los hijos y que nos los quiere entregar por efectos de la pandemia, a permitir la continuidad de las visitas”, expresó agregando que el problema de esta opción es que la tramitación se lleve a cabo de una manera lenta y demorosa porque no es una causa grave ni urgente.

La segunda opción, y la que muchos hacen, es recurrir a carabineros. “En este caso es fundamental indicar que carabineros no puede ir a la casa del padre o madre que tiene el cuidado personal de los hijos a buscarlos sin previamente haber llamado al juez de turno y obtener una orden judicial”, explicitó.

En ese sentido, es importante también aclarar que, en los asuntos de familia, carabineros solamente pueden llevar a cabo el traslado de los niños, niñas o adolescentes cuando exista una resolución judicial que explícitamente ordene su actuar. Salvo que exista un hecho constitutivo de delito.

“Si hay un hecho constitutivo de delito (violencia intrafamiliar, secuestro, etc), en ese caso independiente de la resolución judicial, el padre o madre que no vive con los hijos puede llamar a carabineros para ir a constatar el hecho. Si lo constatan, carabineros puede sacar a los hijos de la esfera del padre o madre que tenga el cuidado personal y que está ejerciendo una violencia en contra de ellos. Si no lo constata, carabineros van a informar solamente que no se pudo constatar el hecho, por lo tanto, no hubo posibilidad de sacar a los niños de la casa”, especificó Félix.

La tercera alternativa es realizar una demanda para recuperar el tiempo perdido en la pandemia. “El artículo 48 de la Ley 16.618 inciso tercero permite a aquel de los progenitores que no pudo ejercer la relación directa y regular, solicitar al tribunal la recuperación del tiempo perdido y eso va a apreciarlo prudencialmente el juez”, indicó el abogado.

Padres sin régimen de visitas determinado judicialmente

En el caso los padres o madres que no tienen un régimen de visitas acordado por una mediación o un tribunal, la relación con el hijo queda al albedrio de ambos padres según el acuerdo que establezcan ellos mismos.

En ese caso, Félix explicó que “si un padre o madre no tiene un régimen de visita determinado judicialmente el puede llamar a carabineros y éstos va a derivar los antecedentes al Tribunal de Familia, el cual va a decir si corresponde tratarlo allí o si hay que realizar una mediación previa”.

Recomendaciones psicológicas

Las condiciones actuales ya presentan un escenario complejo para todos y especialmente para los niños donde se ve afectada su rutina habitual, lo que genera tensión y angustia o ansiedad. Sentimientos que, para Héctor Suárez, sicólogo experto en temas infantojuveniles y académico de la Universidad SEK, son totalmente comprensibles y esperables frente a una situación de amenaza como lo es la pandemia.

Por eso, el experto recomendó que “la mamá o el papá que no está junto a su hijo pueda, a través de la comunicación a distancia que permiten hoy las tecnologías, expresar fundamentalmente palabras afectuosas. Con los niños en edad preescolar, ayuda comunicarse a través de dibujos que les permita facilitar el sentido de la emoción. Esto mismo es recomendable para el padre que tiene el cuidado de los hijos. El elemento central aquí es la comunicación que exprese el afecto, el amor que le tiene el padre a su hijo o hija”.

Héctor Suárez también aludió a que a los padres que están separados generen un nivel de empatía; que no traten de resolver temas pendientes porque eso aumentará la tensión; que eviten comprometer a los hijos en la crítica a la mamá o al papá, y no descalificar al otro porque eso genera un aumento en el nivel de tensión en los niños al tener que escoger un bando; y mucho menos usar a los niños de mensajeros o como intermediarios.

“Es importante que una vez que se llega a un acuerdo, estos se mantengan y no se estén cambiando -a menos que exista una situación extrema como la cuarentena-, pues eso generaría una incertidumbre en el niño o niña al no saber si los padres van a respetar lo dicho. La idea es mantener un cierto hábito en las circunstancias actuales y revisar en qué medida los acuerdos previos se pueden cumplir” expuso, y agregó que “es conveniente también comprometer a los niños en los acuerdos. Para aquellos que ya están en edad escolar se le puede explicar la situación, preguntarles si están de acuerdo y recibir sus comentarios en términos de sus motivaciones”.

Finalmente, el psicólogo aconsejó que el padre o madre que está con el niño sea un contenedor emocional más que un consejero o un analizador.

“El momento en que un niño está viviendo una emoción de miedo, rabia, angustia o tristeza, simplemente contenerlo con un abrazo sin emitir palabras, porque lo que está acusando la experiencia del niño es una dinámica emocional que aun cuando alguien le quiera explicar lo que está pasando, no va a entender nada. A todos nos pasa que cuando estamos en una emoción intensa no concebimos nada de lo que nos tratan de explicar, menos hacer un análisis lógico en ese minuto. Por eso es recomendable esperar un tiempo, que baje el nivel de tensión y de emoción para recién empezar a conversar de lo que le pasó y en un sentido de escucharlo, recoger su experiencia más que de dar instrucciones de lo que se debe hacer”, concluyó.

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