La incertidumbre tras los primeros casos de coronavirus en el fútbol chileno
Un jugador de Everton y un trabajador del Estadio Monumental se transformaron en los primeros afectados con COVID-19 en una actividad que ya proyectaba su reinicio.
Tras casi dos meses de paralización y luego de proyectar una posible fecha de retorno, el fútbol chileno sufrió sus primeros dos casos de coronavirus, los que ponen en duda toda la planificación que tanto autoridades como dirigentes estaban comenzando a construir.
Los casos positivos de COVID-19 de un jugador de Everton y de un canchero del Estadio Monumental de Colo Colo encendieron las alarmas, ya que hasta ahora el virus había estado alejado del balompié profesional.
La situación complica a todos los actores de la actividad, quienes desean volver pronto a las canchas para recuperarse de las grandes pérdidas económicas que ha implicado la suspensión de los partidos. La opción de jugar sin público era la mejor alternativa, pero con la pandemia al interior de los planteles las cosas se complicarían.
Desde el mundo del deporte hablan de un monitoreo constante de la situación, mientras que los expertos piden prudencia en todo lo que se defina de ahora en adelante.
La proyección en duda
El llamado proceso de “nueva normalidad”, que significa el regreso de algunas actividades en convivencia con el coronavirus, iba a incluir, entre otros aspectos, el retorno paulatino de los entrenamientos y partidos en el fútbol chileno.
La ministra del Deporte, Cecilia Pérez, había revelado algunas fechas tentativas que conversó con los directivos. En declaraciones a 24 Horas, la secretaria de Estado afirmó que el regreso de los entrenamientos podría ser el próximo 1 de junio, mientras que las competencias del fútbol chileno retornarían en la “segunda quincena de julio o principios de agosto”.
Rodrigo Robles, gerente de competiciones de la ANFP, afirmó que “si seguimos la evolución de la pandemia, como también las experiencias en otras ligas que ya han comenzado a entrenar, es razonable pensar que nosotros podríamos reiniciar los entrenamientos en el mes junio, y volver a jugar algunas semanas después”.
Luis Marín, secretario del Sindicato de Futbolistas Profesionales (Sifup), no profundizó en estas proyecciones, pero aseguró que estaban revisando toda la situación sanitaria de los planteles.
“Nosotros estamos conversando permanentemente con los jugadores y estamos atentos a todo lo que pasa. Se están siguiendo los protocolos y las normas sanitarias para evitar contagios”, señaló el ex arquero a EL DÍNAMO.
El dirigente sindical afirmó que todo se debe evaluar a su tiempo, sobre todo considerando el caso de Europa, donde se están aplicando tests a equipos completos y aislando a los jugadores positivos antes de los entrenamientos. “Ellos van bastante más adelante que nosotros en la pandemia, así que no nos queda nada más que ir observando”, aseveró.
Por el momento, ni la ANFP ni las autoridades gubernamentales han hablado de algún posible nuevo plan para el retorno del fútbol chileno en medio del coronavirus.
Preocupación epidemiológica
El posible regreso de los entrenamientos y partidos en plena pandemia sigue generando dudas en el mundo científico, que asegura que la propagación puede seguir extendiéndose incluso entre los jugadores y sus contactos más estrechos.
Miguel Acevedo, epidemiólogo y académico de la Universidad Mayor, se mostró contrario a la idea, sobre todo con casos de COVID-19 ya detectados al interior de los equipos, y considerando además los últimos estudios sobre la transmisión aérea del virus.
“Han habido algunos avances en este período sobre los análisis de las partículas, teniendo en cuenta que cuando hablamos lanzamos saliva en una distancia de uno o dos metros. Pero si a eso le sumamos el fenómeno cinético de estar moviéndose a cierta velocidad ya no es que uno esté quieto en esos dos metros, por lo que hay que considerar un paso más, y esas gotas que van a caer en el aire con cierta inercia y velocidad”, expresó el especialista a EL DÍNAMO.
Acevedo afirmó que “hay quienes sostienen que esta estela que se deja cuando se corre podría alcanzar los 4, 5 o hasta 10 metros”.
“El fútbol es un deporte de equipo y de contacto en donde se comparte mucho, entonces la posibilidad de contagio es alta. Los jugadores corren uno detrás de otro y prácticamente llevan una ‘nube’ que podría afectar a un compañero”, aseveró.
Por la aplicación de los test PCR, el epidemiólogo señaló que es un tema que se debe seguir con cuidado, ya que ante un resultado negativo podría surgir cierto relajo, pero aún existirían ciertas “ventanas” para el ingreso de la pandemia.
“En todo el mundo se está viendo esto porque el fútbol es considerado como parte fundamental del regreso de la economía, tal como la industria o la construcción. Yo creo que es algo que podría esperar, porque todavía es algo peligroso”, cerró.