Las opciones reales del Estadio Nacional para volver a recibir la final de Copa Libertadores
El recinto de Ñuñoa buscará ser sede de la definición del torneo continental luego del fallido encuentro de 2019, que enfrentó a la Conmebol con el Gobierno.
Este jueves, en medio de las complicaciones por los efectos de la pandemia de coronavirus en toda América, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) informó de los estadios y ciudades que postularán para recibir las finales de la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana de 2021, 2022 y 2023, donde nuevamente apareció la candidatura del Estadio Nacional de Santiago.
Esta podría ser una verdadera revancha para el recinto de Ñuñoa, ya que en 2019 estaba designado para acoger el encuentro definitorio de la Libertadores entre Flamengo de Brasil y River Plate de Argentina. Pero los violentos hechos ocurridos tras el estallido social del 18 de octubre llevaron a que el encuentro fuera trasladado a Lima, Perú.
Aquel episodio generó un enfrentamiento público entre el Gobierno y la Conmebol, que se disputaban las responsabilidades por lo ocurrido. Las relaciones entre las partes quedaron algo tensionadas, lo que podría ser factor en esta postulación.
Adicionalmente, se deben agregar las otras candidaturas, las que muestran a estadios con mayor capacidad y equipamiento. Eso sí, la incertidumbre continental tras la pandemia del coronavirus abrirá las opciones para el país que esté en mejores condiciones económicas y sociales.
La crisis tras el estallido
El año 2019 iba a ser el gran estreno de las finales únicas de la Copa Libertadores, y la Conmebol designó al Estadio Nacional como el escenario. Para esto, el recinto de Ñuñoa fue reparado, mientras que las autoridades buscaron cumplir con todos los requisitos dirigenciales.
Las protestas de octubre terminaron complicando todo. Eventos internacionales como la COP 25 o la Cumbre de la APEC terminaron siendo retirados del país, mientras que el traslado de la violencia callejera a los recintos deportivos provocó el cierre de la temporada del Campeonato Nacional.
Este último punto era el que complicaba tanto al Gobierno como a la directiva del fútbol sudamericano, que intentaban mantener el partido en Santiago. Finalmente, la entidad deportiva anunció durante el 5 de noviembre que la final se iba a Lima.
La decisión generó fuertes roces entre la ministra del Deporte, Cecilia Pérez, y el presidente de Conmebol, Alejandro Domínguez, quienes se intercambiaron declaraciones y críticas por lo ocurrido.
Todo comenzó luego que el dirigente paraguayo evaluara positivamente el traslado de la final a Perú, afirmando que “avanzamos en 11 días lo que nos había costado más de 11 meses” y señalando que “desde un principio” se debió pensar en Lima como sede.
La ex vocera de Gobierno reaccionó rápidamente ante estos dichos. “Cuando él señala que en 11 meses no se hizo lo de 11 días en Lima, ¿qué quiere decir? ¿Significa que en el gobierno no les aceptamos una ley corta para pagar menos impuestos? ¿Se referían a que no aceptamos cerrar dos meses antes el estadio perjudicando el desarrollo de nuestros deportistas o a que no aceptáramos pagarle una fiesta de 40 millones en Castillo Hidalgo para los gerentes de la Conmebol”, expresó Pérez.
Domínguez negó todo y afirmó que Pérez habló desde el “desconocimiento de la institución a la cual se incorporó poco antes de la difícil decisión del cambio de sede”.
EL DÍNAMO contactó al Ministerio del Deporte para conocer la reacción de la secretaria de Estado tras la nueva postulación del Estadio Nacional para la final de Copa Libertadores, pero desde la cartera expresaron que la ministra entregaría declaraciones más adelante.
Los competidores del Nacional
La complicada relación entre el Gobierno y la Conmebol sería un elemento más que podría incidir en esta candidatura, ya que también se debe considerar la competencia que tendrá el coliseo santiaguino para quedarse con la final de la copa continental.
Para la final de 2021, el Nacional tendrá como competidores los estadios La Bombonera, Monumental, Libertadores de América, Presidente Perón (Buenos Aires), Mario Alberto Kempes (Córdoba), Arena da Baixada (Curitiba), Beira Río (Porto Alegre), Arena Corinthians (Sao Paulo), Morumbi (Sao Paulo) y Monumental (Guayaquil).
En cuanto a la capacidad de estos recintos, el más pequeño es el Arena da Baixada, con una capacidad de 42.372 espectadores, mientras que el más grande es el Monumental de Buenos Aires, el que puede recibir a 70.074 hinchas. El estadio chileno puede acoger a 48.665 personas, quedando con cierta desventaja en relación a los recintos argentinos y brasileños.
En la postulación de 2022 también hay candidaturas fuertes como la del mismísimo Maracaná de Río de Janeiro, que recibirá la final de este año y que tiene una capacidad para más de 78 mil espectadores. A esta carrera también se sumó el Centenario de Montevideo, en donde caben 60.235 asistentes.
Para 2023 se sumarán a la competencia el estadio de Barranquilla y de Medellín, en Colombia, además del Nacional y Monumental de Lima. Todos los recintos tienen una capacidad similar o superior al de Ñuñoa, contando con un equipamiento similar.
Con todos estos antecedentes, la Conmebol deberá analizar la situación para determinar al mejor postulante. Durante este mes de mayo se revisarán todas las candidaturas, por lo que la decisión final se conocería en un par de meses.