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Actualizado el 24 de Noviembre de 2020

Su majestad, el juego

"El juego es y seguirá siendo una herramienta valiosa, noble y poderosa. Rindámosle hoy, en su día, el merecido reconocimiento y sitial que se merece. Larga vida, a su majestad, el juego".

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Kenneth Gent Franch es Socio co-fundador de Momento Cero, Fundación Entrepreneur y Open Box Consulting

Este jueves 28 de mayo, celebramos en todo el mundo “El Día Internacional del Juego”, iniciativa creada por la expresidenta de la Asociación Internacional de Ludotecas, Freda Kim en 1998, con el fin de recordar a todo el mundo que jugar es un derecho para los niños y es indispensable en otras etapas de la vida.

Hay cosas que de puro viejas y olvidadas resurgen como novedosas e innovadoras. Una de estas es el juego y su potencial para marcar la diferencia en múltiples contextos. Me centraré hoy en dos de ellos, el Aprender Jugando y la Gamificación.

Vamos primero con Aprender Jugando. La naturaleza eligió al juego, y no a otro mecanismo (de aprendizaje), como el fundamental para que todos los mamíferos pudiéramos desarrollar aceleradamente nuestra capacidad de adaptación y supervivencia. La construcción de vínculos sociales, la conformación del carácter y el desarrollo de múltiples destrezas se consiguen simplemente, jugando. Y como jugar es entretenido y nos genera placer, cuesta encontrar una manera mejor de provocar aprendizajes que de este modo. Lógicamente, no da lo mismo qué y cómo se juegue, más cada vez que alguien juega aprende algo, lo que no quiere decir, necesariamente, que sea consciente de que eso esté sucediendo. Por eso los procesos de “intención” y “metacognición” son los dos adicionales e imprescindibles que se deben añadir al “juego” (o acto de jugar) cuando se persiguen ciertos logros particulares por medio de Aprender Jugando.

Parece bastante poco razonable bajo este planteamiento cuestionar la potencia del juego como medio y mecanismo de aprendizaje y desarrollo de competencias. No obstante, los seres humanos nos hemos encargado por medio de nuestra cultura contemporánea y el academicismo excesivo de instalar mitos y falacias como este tipo de frases: …”ya pues, póngase serio y déjese de jugar”… ¡Como que el acto de jugar no fuese serio ni fuese algo valioso! Cuando a una persona se le impide o se le desvaloriza el acto de jugar, lo que sucede es que pierde la oportunidad más maravillosa de aprender de la manera más intuitiva y natural que existe.

El segundo ámbito al que me quiero referir es a la Gamificación, que corresponde al uso y aprovechamiento de las dinámicas, elementos e incentivos propios de los juegos para influir en las personas por medio de cambios de conducta o sus comportamientos. ¡Acumula puntos! ¡Logra el nivel de súper experto! ¡Canjea en beneficios los puntos acumulados en tu tarjeta! ¿Te suena familiar? Todos son casos y ejemplos corrientes de sistemas gamificados, en los que para fines de marketing, ventas, fidelización y experiencia de clientes, o lo que se quiera, se usa el potencial del juego para la obtención de resultados particulares.

El juego es y seguirá siendo una herramienta valiosa, noble y poderosa. Rindámosle hoy, en su día, el merecido reconocimiento y sitial que se merece. Larga vida, a su majestad, el juego.

Si te interesa la temática, te recomiendo nuestro libro “Mentalidad Lúdica: para crear, educar, emprender e innovar”, que se puede descargar en PDF (sin costo) en este link.

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