Las cinco contradicciones de la OMS durante la pandemia del coronavirus
La organización internacional ha tenido problemas para manejar la aparición de este nuevo virus, los que se ha visto en la entrega de confusos mensajes que tuvieron que ser rectificados.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha debido enfrentar diversas críticas por sus reiteradas contradicciones durante su gestión en la pandemia del coronavirus, la que lleva más de seis meses de avance sin control en todo el mundo.
El organismo multilateral, que es dirigido por Tedros Adhanom, ha sufrido las consecuencias de manejar la situación ante una enfermedad que hasta el año 2019 era completamente desconocida, y de la cual se tenía muy poca información disponible en la comunidad científica.
Las figuras claves de la entidad han tenido que rectificar o incluso disculparse de algunas de sus declaraciones, las que por su interpretación podrían afectar el escaso avance que se ha tenido en la contención del COVID-19.
En al menos cinco oportunidades, el organismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha entregado algún tipo de antecedente que, a la luz de la evidencia, ha debido que corregir.
Contagios entre humanos
Cuando el SARS-CoV-2 fue descubierto en Wuhan, China, se reportaron casos que habían sido asociados a un mercado de productos del mar. En un tuit del 12 de enero de 2020, la OMS afirmaba que “esta etapa, no hay evidencia clara de transmisión de persona a persona en el nuevo brote de coronavirus (2019-nC0V). Sin embargo, las autoridades chinas continúan la vigilancia intensiva y las medidas de seguimiento, incluidas las investigaciones ambientales”.
Pero aquel mensaje terminó “envejeciendo mal”, porque las evidencias terminaron señalando que el coronavirus sí se transmitía entre humanos.
Esta información también generó cierta confusión, ya que tuvo que corregir la cifra de personas infectadas, la que tuvo alzas y bajas según la entrega de información del gobierno chino.
Para los más críticos, la principal debilidad de la OMS va más allá de las contradicciones, ya que la acusan de no haber exigido a Beijing que entregara todos los antecedentes sobre el avance de la enfermedad en su país.
Restricciones de viajes
En enero, cuando la mayoría de los casos se concentraba en Asia, la OMS entregó una serie de recomendaciones para los viajes internacionales en medio de la entonces epidemia. La mayoría de las acciones estaban relacionadas con la higiene personal, descartando de plano la necesidad de restringir los vuelos.
La llegada del virus a Europa modificó radicalmente este escenario. La Unión Europea (UE) y Estados Unidos cancelaron todos sus viajes, mientras que los países decidieron cerrar sus fronteras completamente. En ese momento, la entidad internacional cambió su discurso y afirmó que el distanciamiento físico de todo tipo era la única manera de frenar el avance del virus.
Uso de mascarillas
Es una de las contradicciones más notorias de la OMS. Hasta abril, Tedros Adhanom insistía con que las mascarillas debían ser usadas solo por las personas enfermas y por el personal de salud, esto ante el posible quiebre en el stock para los que lo necesitan.
Pero una serie de estudios concluyeron que estos elementos de protección en cualquiera de sus formas sí eran útiles para evitar los contagios entre personas, especialmente cuando circulaban por la calle.
El 5 de junio, el propio Adhanom admitió que las mascarillas debían ser parte de las medidas integrales para frenar el avance del COVID-19, pero advirtió sobre la “falsa sensación de seguridad que pueden crear”.
Contagios de asintomáticos
Fue una de las polémicas más recientes e involucró a Maria Van Kerkhove, jefa de la Unidad de Zoonosis y Enfermedades Emergentes de la OMS. La experta, que es una de las principales asesoras del organismo para manejar la pandemia, aseguró que era “muy inusual” que las personas asintomáticas tuvieran la capacidad de contagiar.
La declaración provocó desconcierto entre la comunidad científica, ya que desde hace un par de meses varios investigadores habían planteado que las personas que no manifestaban señales de la enfermedad eran uno de los transmisores principales, por lo que debían ser aislados de forma obligatoria.
Tras esta declaración, la OMS terminó aclarando que aún faltan estudios para ratificar el peligro de los asintomáticos. Van Kerkhove también habló y afirmó que todo fue un “mal entendido”.
Hidroxicloroquina
La hidroxicloroquina es uno de los medicamentos más controversiales que se están indagando para tratar el coronavirus. Promocionado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el fármaco usado para la malaria fue rápidamente desechado por la OMS, que detuvo sus pruebas.
La entidad había autorizado los experimentos con el compuesto, pero la aparición de un artículo en la revista The Lancet, que hablaba de las secuelas que sufrían los pacientes que lo consumían, hizo que se echara pie atrás.
Pero el 3 de junio pasado, Tedros Adhanom informó de la reposición de los estudios con hidroxicloroquina, esto luego que se iniciara una auditoría en el artículo científico que rechazaba su uso.