Coronavirus: cómo cuidar la piel de las manos ante el lavado frecuente
La principal medida para frenar el contagio con COVID-19 deja algunas consecuencias negativas en la piel, las que pueden ser tratadas para evitar mayores problemas.
La pandemia del coronavirus tiene como una de sus principales medidas de prevención el lavado frecuente de manos, hábito que está dejando algunos problemas en la piel.
El uso constante de jabón, alcohol gel, alcohol, desinfectantes y cloro está dejando huellas en algunas personas, quienes han sufrido con la irritación, fisuras y sequedad, en una situación que más allá de la incomodidad podría generar consecuencias permanentes como el envejecimiento prematuro e incluso dermatitis.
Por lo mismo, EL DINAMO conversó con expertos, quienes analizaron los alcances de los daños que deja en la piel el lavado de manos y las medidas preventivas que se pueden tomar para evitar mayores problemas. También entregaron su punto de vista sobre otra de las consecuencias del encierro en medio de brote de COVID-19.
El daño a las manos
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó que el lavado de manos se extienda entre los 40 y 60 segundos.
Siempre debe realizarse con agua y jabón, siguiendo una serie de movimientos para abarcar todas las superficies. Aquello prácticamente mata el SARS-CoV-2 de la piel y permite detener el peligro de enfermarse y afectar a otros.
A estas recomendaciones se agregó el uso de alcohol gel en el caso de no disponer de agua y jabón, además de la desinfección de las superficies que tienen contacto habitual con las personas, las que eventualmente podrían ser una fuente de transmisión.
El uso de aquellos químicos, sin embargo, puede provocar daños cutáneos. Así lo estima Lorena Baeza, experta en cosmética clínica y académica de la Escuela de Química y Farmacia de la Universidad Andrés Bello, quien afirmó que una de las capas protectoras queda totalmente expuesta ante el uso de sustancias químicas.
“La piel se compone de varias capas, pero lo más extenso es una capa de grasa que la protege. El jabón remueve esas grasas naturales, entonces es algo importante porque incluso se podría quedar expuesto a otras infecciones“, afirmó.
En esa misma línea, el dermatólogo Héctor Fuenzalida, profesor de la Universidad San Sebastián, explicó que “el hecho de lavarse las manos usando agua con jabón o alcohol implica que la piel pierda esa protección en el dorso de las manos“.
“Eso está asociado a la sintomatologías como la irritación, y si sigue así hay pérdida de células que se ven reflejadas en fisuras”, afirmó.
Los consejos
Los especialistas entregaron una serie de consejos prácticos que pueden tomar las personas para evitar que la piel de sus manos se dañen con el lavado frecuente por el coronavirus, evitando así su envejecimiento y otros problemas que incluso podrían incidir en la salud general de las personas.
- Seguir al pie de la letra los manuales de lavado de manos de la OMS para evitar la propagación del virus.
- Mantener el tiempo de lavado entre 40 y 60 segundos.
- Enfatizar el lavado en zonas como las palmas y entre los dedos, tratando con mayor suavidad el dorso, que es una zona más delicada.
- Uso de cremas lubricantes e hidratantes que tengan sustancias grasas, las que puedan otorgar la capa protectora perdida por el lavado.
- No recurrir a cremas con fragancias u otros químicos, ya que pueden causar irritación.
- Recurrir al alcohol gel en casos puntuales debido a la irritación que provoca, priorizando así el uso del agua y jabón.
- Si se genera una irritación permanente por alergias o piel delicada, consultar con un especialista.
El encierro sin sol
Otro efecto del coronavirus es el encierro permanente en las casas por la cuarentena, el que tiene a las personas con poca posibilidad de tomar sol.
Los especialistas coinciden en que esto es fundamental para la salud de las personas, pero de todas maneras aseguraron que la alta exposición puede ser perjudicial para la piel, considerando el impacto de los rayos UV, los que envejecen de forma prematura y pueden generar cáncer.
En ese sentido, ambos creen que una breve exposición solar a través de una ventana (cerca de 10 minutos) sería útil para el organismo.
La activación de la vitamina D -vinculada directamente al sol- también se puede conseguir con el consumo de pescados.
Otro aspecto fundamental es el uso de bloqueadores solares, los que deberían mantenerse en invierno e incluso en días nublados.