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Actualizado el 24 de Noviembre de 2020

Pandemia: incertidumbre radical, miedo y la Matrix de Zizek

"La fe ciega en los indudables avances científicos se está difuminando, y ahora todo aquello es incierto. Vivimos tiempos de incertidumbre radical, no sólo por la economía, sino por la existencia".

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Ernesto Evans es El Dínamo.

En este siglo hemos vivido anclados en la esperanza de las certezas. Como aquella que aseguraba que los avances científicos y tecnológicos nos iban a convertir en un ser celestial; el “Homo Deus” que superó al homo sapiens, la atractiva tesis de Yubal N. Harari. ¿Somos una criatura capaz de contener las hambrunas, las plagas y las guerras que diezmaron poblaciones completas los siglos anteriores? ¿Seremos capaces de prolongar la esperanza de vida futura sobre el siglo en promedio? ¿Y qué certeza nos queda viviendo la cotidianidad del coronavirus? Al menos una:
que no estaba escrito en mármol la contención de las plagas.

La fe ciega en los indudables avances científicos se está difuminando, y ahora todo aquello es incierto. Vivimos tiempos de incertidumbre radical, no sólo por la economía, sino por la existencia. Hace algunos meses, al poco rato que el presidente Trump de EE. UU hubiera sostenido que el virus fue creado en un laboratorio chino, el infectólogo de la Casa Blanca, Anthony Fauci, lo negó: “las pruebas científicas van fuertemente en la dirección de que el virus no habría podido ser manipulado artificial o deliberadamente”. Y recientemente, cuando Trump anuncia menos pruebas de detección, el mismo Fauci lo desautoriza: vamos a hacer más test, no menos.

La única certeza es que, hasta ahora, no se sabe su origen, no hay vacuna y no hay un plazo cuando va a terminar. Las estrategias de los países no han sido 100% exitosas en ningún lado, incluso en Singapur, el 24 de junio registró 191 nuevos casos de Covid-19, después de haberlo erradicado. Es la paradoja: la incerteza es la única evidencia.

Rubén Darío, en unos magistrales cuentos, nos habla de su viaje a Chile, donde describe a Valparaíso del año 1887, y el cólera: ”…y cuando el horrible y aterrador cólera envenenaba al país chileno, …vio las noches solitarias y trágicas, las carretas de las ambulancias, que iban cargadas de cadáveres” (historia de un sobretodo, 1892). La incerteza y el miedo están en el sustrato de reacciones absurdas como “cuando apareció el cólera (fines sigo 19), la sociedad tembló de miedo. …una dama enloquecida de terror, se presentó a la Cordonería Alemana pidiendo diez varas de cordón… sanitario (Memorias del Tiempo Viejo, Luis Orrego).

O tan estúpidas como las fiestas clandestinas en Maipú o Recoleta. El miedo es una emoción fuerte, que nos alerta, pero nos puede llevar a malas decisiones, incluso a opciones temerarias. Mantener la cabeza fría respecto de lo que está pasando cuesta mucho, y varias personas van a tener una reacción temeraria, negar lo que está pasando, asistiendo a lugares concurridos, sin protección, exponiéndose a sí mismos y los demás. Templanza, calma y cabeza fría ante la falta de evidencia y el temor. Ante la incerteza radical no hay otra alternativa, porque, como dijo Santa Teresa de Jesús, la mente puede ser la loca de la casa.

¿Y que va a pasar después de la pandemia? Primero, advertir que nadie tiene la llave del futuro: el gran Isaac Asimov, en su trilogía futurista “Fundación”, no pudo predecir la existencia de teléfonos inteligentes, tablet ni computadores personales; tampoco aparecen los celulares en Blade Runner, película de culto de los años 80, que describe a Los Ángeles de 2019.

Segundo, pese a lo anterior, algo va a cambiar en el mundo. No sé sabe si radicalmente, pero hay cosas que podrían ser tendencia. Y de eso nos advierte el filósofo Slavoj Zizek, que podríamos llegar a una situación como la descrita en `The Matrix`. Según el esloveno, el poder político y económico se unirían para hacer llegar todo al hogar, incluso la salud. Eso con la ayuda de la internet, computadoras, teléfonos móviles, drones, logística, etc. Estaremos más confinados, pero más conectados a la Matrix que genera realidad y todo lo sabe: “la Big Tech y el gobierno se combinan”, sostiene Zizek, donde Amazon, Google, Apple y otras compañías estarán operando junto los gobiernos para proveer cosas y datos de las personas (salud, consumo, antecedentes). Esto es menos futurista que el imperio galáctico de Asimov, y puede ser realidad pronto. Ahora no es motivo de preocupación general, pero la Matrix está a un `router` de distancia.

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