Las crisis y cómo “surfear” la ola
Para tomar bien la ola es importante considerar si tenemos un horizonte de largo plazo y/o estaríamos dispuestos a asumir más riesgo.
Actualmente, el impacto del coronavirus (Covid-19) y sus efectos sobre la oferta y la demanda global, han significado una corrección importante de los mercados financieros, especialmente en aquellos activos que por su naturaleza son más volátiles, como las acciones. Y particularmente, el impacto ha sido mayor en el sector de servicios relacionado al transporte y turismo, cuya actividad prácticamente se ha frenado.
Es normal sentir pánico y angustia en estos momentos de crisis, viendo que las inversiones realizadas parecen esfumarse como humo. Sin embargo, poniendo un poco de sangre fría y bajo determinados escenarios, las crisis pueden ser realmente una oportunidad.
¿Cómo puede ser eso? Lo primero es tener en consideración nuestro perfil de inversionista en dos aspectos básicos: cuánto riesgo estoy dispuesto a tolerar y cuál es el horizonte de mi inversión. Si es que el horizonte de inversión es corto y/o me incómoda demasiado tomar riesgo, quizás lo mejor sea abstenerse y mantener mis inversiones en activos seguros que renten poco, pero que no mantengan muchas variaciones en el tiempo, como actualmente muchas personas hacen al comprar dólares o invertir en fondos money market.
Sin embargo, si la tolerancia al riesgo es alta y/o el horizonte de inversión es a largo plazo, definitivamente una buena opción debería ser mantener tus fondos invertidos o si es posible, considerar entrar con algo más de capital al mercado accionario. Lo anterior se debe básicamente a que en momentos de crisis los precios de las acciones caen fuertemente debido a las perspectivas negativas que se tienen y en muchos de los casos, por debajo de lo que sus fundamentos (1) indican. Por ende, vender apresuradamente y sin necesidad de hacerlo, podría ser un error y significaría “materializar la pérdida”.
Por otro lado, si consideramos la historia de los índices bursátiles, prácticamente todos tienen un ajuste importante en momentos de crisis, pero al cabo de 2 o 3 años recuperan sus valores y en el largo plazo se incrementan notoriamente. En ese sentido, podemos estar en la parte más baja, pero no hay que dejar de ver la tendencia al alza que se refleja.
En especial la crisis provocada por el Covid-19 es, en esencia, sanitaria. A partir de ello se han derivado en complicaciones en la confianza, el consumo y la inversión, pero una vez que se consiga una vacuna o una medicina que pueda neutralizar considerablemente los efectos adversos de la enfermedad, es esperable que los mercados reboten con fuerza. Esta última idea se visualiza particularmente en las proyecciones de crecimiento para 2020, que el Fondo Monetario Internacional estima con una contracción de 4,9%, pero que debería rebotar en 5,4% en 2021.
En conclusión, para “tomar bien la ola” es importante considerar si tenemos un horizonte de largo plazo (por ejemplo, pensando en mi jubilación) y/o estaríamos dispuestos a asumir más riesgo (el valor de las empresas podría seguir cayendo), entonces, tomar una estrategia agresiva es tu oportunidad.
No obstante, sin poseer conocimientos moderados en el mercado financiero tomar esta opción puede ser mucho más compleja, por lo que es ideal buscar asesoría con profesionales e instituciones del mercado financiero debidamente certificados por la Comisión para el Mercado Financiero.
(1) Se entiende como fundamentos aquellos indicadores de las empresas que indican información financiera de éstas, tales como sus flujos futuros estimados, rentabilidad sobre patrimonio, entre otros.
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