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28 de Julio de 2020

Cómo Carabineros y la PDI persiguen las amenazas de muertes contra las autoridades

Según revelan las policías a EL DÍNAMO, es casi imposible que los autores de las amenazas no sean identificados. Incluso si utilizan nombres falsos o bajan sus comentarios de internet.

Por Hernán Claro
amenazas autoridades
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En el último tiempo han proliferado amenazas contra autoridades en ejercicio a través de las redes sociales. Sin ir más lejos, el debate por el retiro del 10% en el Congreso terminó con el senador Ricardo Lagos Weber (PPD) y el diputado Matías Walker (DC), ingresando denuncias por amenazas en su contra. Un fenómeno que desde Carabineros y la Policía de Investigaciones (PDI) confirmaron a EL DÍNAMO y explicaron cómo se persiguen.

Desde Carabineros, el coronel del OS9, Juan González, reveló que desde octubre a diciembre de 2019 recibieron cinco denuncias de autoridades amenazadas a través de redes sociales, mientras que durante este año han recibido otras ocho.

Mientras que en la PDI, el subprefecto y jefe del Cibercrimen en la Región Metropolitana, Luis Orellana Campos, habló de 32 denuncias en lo que va de 2020.

Cifras impactantes, pero que desde las policías miran con calma, porque en la actualidad, aseguran, se han dotado de nuevas tecnologías y personal capacitado para detectar de dónde provienen las amenazas e identificar a los agresores de autoridades en el ciberespacio.

Carabineros ha dado con todos los involucrados

El coronel de Carabineros Juan González asegura que en la mayoría de los casos logran resultados satisfactorios en sus investigaciones. A modo de ejemplo, en las cinco denuncias registradas durante 2019 se identificaron a once involucrados, mientras que en las del 2020, han dado con ocho agresores.

Según González, se debería a que su institución trabaja con ingenieros informáticos a cargo de la investigación. Este grupo sería el responsable de analizar el tono y factibilidad de las amenazas, así como también, son los responsables de dar con el paradero de los involucrados.

Tarea compleja, sobre todo cuando los comentarios son borrados desde las redes sociales por sus propios autores, pero no imposible, de acuerdo a Carabineros.

“La mayoría de las veces se da de inmediato con la identidad -nombre y apellido- de quienes emiten las amenazas. Si son borradas las publicaciones o si se ocupan nombres falsos se solicita a la respectiva red social, mayormente Facebook y Twitter, mayores antecedentes para dar con la identidad real de estas personas”, reveló González.

Además, como las amenazas por redes sociales tienen la misma gravedad que las presenciales, según explica González, se tomarían ciertos resguardos y se asignaría protección para las autoridades.

“Se toman medidas de resguardo. En algunos casos, por ejemplo, ante una amenaza contra el Presidente de la República, se genera un sistema de consideración y medidas de seguridad de la autoridad”, complementó el oficial de Carabineros.

Qué es amenaza para la PDI

Desde la Policía de Investigaciones, en tanto, el subprefecto Luis Orellana contó que de las 32 denuncias que han recibido durante este año ya han logrado identificar a 22 autores. Respecto del paradero del resto, comentó que llevan muy poco tiempo siendo investigadas por lo que se siguen efectuando diligencias.

En referencia al proceso de investigación, indicó que “como se trata de delitos, independiente del medio, siempre van a representar un riesgo para quienes las reciben”, por ende, “la PDI recibe este tipo de denuncias, las envía al Ministerio Público y se inicia la investigación respectiva”.

“Lo primero es verificar si efectivamente se trata de una amenaza, porque muchas veces los mensajes se pueden malinterpretar. Las amenazas tiene que significar un peligro detrás. También tiene que ser un hecho explícito, es decir, que conste en el texto que se está amenazando de muerte o de lesionar a la persona”, complementó.

Al igual que Carabineros, en la PDI pueden obtener los detalles de la identidad del agresor pese a que éste haya borrado su comentario o amenaza. No obstante, Orellana recomendó “cuando se reciba la amenaza no se debe eliminar el mensaje, mantenerlo en su teléfono. Si es por correo electrónico, no borrarlo, porque facilita el proceso de identificación del lugar o remitente de quien la está efectuando”.

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