El impacto psicológico de enfrentar un proceso de desconfinamiento
La adaptación a las nuevas reglas de convivencia y el temor por enfermarse son parte de las dificultades que podrían presentarse en esta fase.
Siete comunas de la Región Metropolitana y dos de Valparaíso entraron durante esta semana a la fase de transición en el proceso de desconfinamiento del plan “Paso a Paso”, acción que sin duda dejará un importante impacto psicológico en las personas que llevan varios meses lidiando con los efectos de la pandemia del coronavirus.
El ingreso de millones de personas a una etapa de “nueva normalidad” llena de miedos y restricciones va a ser difícil para muchos, quienes aún no se adaptan a la realidad que implica la circulación del COVID-19 tras casi cinco meses de confinamiento estricto.
Los cambios sociales
Emanuel Rechter, director de Psicología de la Universidad Andrés Bello, analizó el impacto psicológico que tendrá el desconfinamiento en las personas, advirtiendo que “cada persona vive su proceso de forma individual y enfrenta los procesos de diferente forma”.
“Es bien difícil establecer cuestiones generales, porque depende mucho de cada persona”, precisó el experto en conversación con EL DÍNAMO.
Uno de los aspectos más difíciles que el psicólogo ve en este aspecto es la adaptación a las múltiples medidas sanitarias y nuevas reglas de convivencia que implica la reapertura de las actividades, considerando que el distanciamiento físico seguirá siendo una constante en esta nueva fase.
“Lo más complejo será asumir que la interacción social no será la misma por las medidas sanitarias impuestas para evitar el contagio. Los cambios de hábitos arraigados van a afectar a algunas personas que tenían una forma de socializar, pero que ahora tendrán que modificarla completamente”, expresó.
El temor al virus
Pero la modificación de costumbres no será el único impacto psicológico que tendrá el desconfinamiento, ya que la permanencia del COVID-19 en el país también está generando inquietud en muchos ciudadanos.
Las noticias que llegan desde el exterior, las que muestran cómo países ejemplares en la lucha contra la epidemia como Japón, Australia e Israel están viviendo situaciones complicadas por los rebrotes, generan un miedo casi natural a volver a vivir los momentos críticos de los meses de mayo y junio.
Sobre esto, Rechter afirmó que “el temor es bastante razonable, porque está comprobado que los rebrotes son una parte del proceso de la pandemia, entonces es natural que las personas no quieran enfermarse”.
En ese sentido, el psicólogo afirmó que se debe mantener la línea planteada por las autoridades, las que si bien han permitido una apertura parcial, siguen llamando a las personas a mantener las medidas de autocuidado como el distanciamiento físico, el lavado de manos y el uso de las mascarillas, entre otros.
El académico afirmó además que “algo fundamental es llamar al sentido común” y entender a las personas que tengan un temor mayor a lo que está pasando. En esa línea, planteó que la comunidad deberá seguir todas las indicaciones sanitarias, para así aminorar las posibilidades de una ola mayor de contagios y entregar una mayor seguridad a toda la sociedad.