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Actualizado el 24 de Noviembre de 2020

Kamala Harris y la recta final de la campaña en Estados Unidos

Es relevante tomar nota de que la meditada decisión de Biden podría catapultar a Harris como candidata presidencial en 4 años más, de triunfar en esta pasada.

Por Juan Pablo Glasinovic Vernon
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Juan Pablo Glasinovic Vernon es Abogado

Esta semana, el candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, nominó a Kamala Harris como su compañera de fórmula para la vicepresidencia del país. La designación puso fin a semanas de especulación, desde que Biden anunciara que buscaría a una mujer para el cargo de vicepresidenta.

El ex presidente Obama y la ex candidata Hillary Clinton dieron rápidamente su respaldo a esta nominación, que será ratificada en la convención demócrata que comienza el lunes 17 de agosto y se extenderá hasta el jueves 20, en la ciudad de Milwaukee.

Desde el punto de vista electoral, estaba claro que la fórmula debía incorporar a una mujer. Ello tanto por el sabor amargo que dejó la derrota de Hillary Clinton (quien perdió en el Colegio Electoral, pero ganó en el voto popular), como porque todos los sondeos indican que la mayoría de las mujeres votará por la alternativa demócrata, en buena medida como reacción a lo que representa Trump. Y si en la dupla ejecutiva va una mujer, entonces el factor de
movilización será mucho mayor.

A la condición de género, Biden sumó la elección de una minoría racial. Esta decisión sin duda se hace eco de la movilización de la población negra a raíz de una serie de incidentes de violencia policial y en particular la muerte del afroamericano George Floyd, acaecida el 25 de mayo pasado. El electorado afroamericano, si bien es decisivo en algunos estados, tradicionalmente ha tenido una conducta de alta abstención. La designación de una persona que localmente se considera afroamericana (aunque su madre era india), sin duda apunta a capitalizar esa movilización.

Pero más allá de estos importantes factores, ¿por qué Kamala Harris? El punto de conexión es el hijo primogénito de Biden, fallecido en 2015. Beau Biden fue fiscal general de Delaware mientras Kamala Harris lo fue de California, y ambos desarrollaron una estrecha colaboración profesional que derivó en amistad. Cuando Harris se presentó como candidata a senadora por California, Joe Biden la apoyó. Y no obstante que ambos fueron candidatos en estas primarias presidenciales y tuvieron duros debates iniciales, Kamala Harris se retiró tempranamente y dio su respaldo a Biden.

Biden, quien entró a la carrera presidencial en parte por una promesa a su hijo, fue explícito en señalar que si su hijo tenia en alto concepto a la actual senadora, él, quien la había conocido por su vástago, pensaba lo mismo.

Kamala Harris es hija de padre jamaiquino y madre india y de religión hindú. Se crió y estudió en California, donde ha hecho una espectacular carrera política, siendo electa senadora demócrata en 2016. Políticamente está más a la izquierda de Biden, aunque en general comparte con él una visión moderada dentro del partido, con diferencias que tienen más que ver con la edad – él tiene 77 y ella 55 – y su experiencia de vida ligada a una minoría racial. Entre sus atributos destacan su inteligencia y franqueza, las que se expresan con una gran capacidad oratoria y argumentativa.

En Estados Unidos es considerada afroamericana, porque culturalmente se educó y vivió más como tal, pero sin renegar de su origen indio e hindú. De hecho, ha realizado numerosos viajes a India, para visitar a familiares del lado materno. Será interesante ver si esta conexión cultural y familiar con India, de resultar electo Biden, incide en la relación entre ambos países, especialmente en un contexto de dura competencia con China.

Trump, al igual que lo hizo con Obama, ha hecho diversas declaraciones en la línea de que ella no es realmente una ciudadana estadounidense y que, por lo tanto, no solo debiera estar inhabilitada, sino que tampoco buscará el bien del país. A estas alturas, estas absurdas declaraciones, además de reflejar el carácter odioso y polarizador de Trump, son tácticas desesperadas de alguien que está viendo como la reelección se le está escapando de las manos.

Es relevante tomar nota de que la meditada decisión de Biden podría catapultar a Harris como candidata presidencial en 4 años más, de triunfar en esta pasada. En efecto, con 77 años y de ganar ahora en noviembre, Biden sería el presidente más viejo en asumir el cargo (hasta ahora la marca la tiene Trump quien asumió con 70 años) y terminará su período con 81 años. Según algunas versiones, Biden ha dado señales de que su compromiso va por un período.

Cualquiera sea el escenario en 4 años más, Kamala Harris no será una vicepresidenta decorativa y si la química funciona bien con el presidente, podría repetirse el modelo Obama-Biden, en el cual hubo una estrecha coordinación y complementación.

La convención demócrata será prácticamente virtual en consideración a la pandemia, y la elección de Milwaukee tampoco es al azar. Wisconsin, estado donde está situada, es uno de los 6 que podrían definir la elección y que en 2016 fue ganado estrechamente por Trump.

A pesar de más de 40 años de vida pública y 8 como vicepresidente de los Estados Unidos, Biden sigue no siendo bien conocido o apreciado por el ciudadano medio. La imagen de su proclamación con Harris debiera ser un gran momento publicitario y la última recta de la campaña sin duda tomará otro ritmo y naturaleza.

La semana siguiente a la convención demócrata, se realizará la republicana, la que a instancias de Trump será presencial, en Charlotte, Carolina del Norte.

Después vendrán los debates entre los candidatos presidenciales y a vicepresidentes. En cuanto a los primeros, tendrán 3: el 29 de septiembre en Cleveland, Ohio; el 15 de octubre en Miami, Florida, y el 22 de octubre en Nasville, Tennessee. Por su parte, los vicepresidentes tendrán un único debate en Utah el 7de octubre.

Sin duda que estas elecciones se dan en un contexto inédito, con una pandemia y una feroz crisis económica, que se suman a una gran fractura política interna. Si la elección de Obama pareció inaugurar una era de un Estados Unidos más plural y multicultural, la elección de Trump fue una suerte de contra reforma. En la encrucijada actual, ¿qué
decidirá el electorado estadounidense? ¿Abrir la senda inaugurada por Obama o consolidar lo que representa Trump?

Creo que este es uno de los momentos que el autor austríaco Stefan Zweig hubiera catalogado como “estelares”, porque marcará el derrotero histórico futuro de Estados Unidos, influyendo en buena parte del mundo. Joe Biden, quien de alguna manera encarna muchos de los atributos de un ciclo que parece cerrarse, pero quien a su vez tiene la visión de una nueva era, podría ser el puente entre lo viejo y un nuevo ciclo político. Y la victoria para hacer esa transición podría tener nombre de mujer: Kamala.

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