El golpe del COVID-19 a la construcción y el plan para reactivarla
Pese a que se permitieron la reanudación de faenas específicas, se estima que 430 proyectos seguirán paralizados, los que dan trabajo a cerca de 228.590 personas.
El viernes, el Instituto Nacional de Estadísticas entregó las cifras de desempleo del trimestre mayo-julio. El resultado fue histórico: 13,1% de desocupación con más de un millón de personas sin trabajo. Uno de los sectores más golpeados por la pandemia del COVID-19 ha sido la construcción, gremio que planea retomar la actividad y así iniciar la recuperación.
La encuesta del INE reveló que en este gremio se han perdido más de 34% de los puestos de trabajo, cifras que coinciden con los datos entregados por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC). Si en julio había 766.060 personas trabajando para la construcción, producto del COVID-19 este número bajó a 526.736.
Pese a que comenzó el plan “Paso a Paso”, con comunas entrando en la etapa de transición -con 602 proyectos habitacionales que dan trabajo a 252.667 personas- desde la CChC siguen preocupados, ya que 430 proyectos seguirán paralizados (236 en la Región Metropolitana y 194 en las demás regiones).
Agregan que los proyectos de la construcción que seguirán paralizados por el COVID-19 dan trabajo a poco más de 228.590 personas e implica un costo total de US$ 30.9 millones a la semana.
Desde que se iniciaron las cuarentenas totales o parciales por el COVID-19, un aproximado de 377 mil trabajadores de la construcción se vio afectado en su labor diaria. Sin mencionar la palabra “despidos”, la CChC indicó que la dotación de trabajadores se ha visto reducida, perjudicado a más de 20 mil trabajadores.
De esta forma, se proyecta que la tasa de cesantía en la construcción experimentará un aumento hasta promediar cerca de 16% entre el segundo y parte del tercer trimestre producto del COVID-19, terminando el año con una cifra cercana a 14%.
En la práctica, esto implica una destrucción de unos 117 mil puestos de trabajo respecto de igual período de 2019 y superior al peor momento de la crisis subprime de 2009, cuando se destruyeron algo más de 60 mil empleos de la construcción.
Plan de reactivación
Considerando la crisis económica que ha provocado la emergencia sanitaria por COVID-19, las empresas de construcción han caído a sus niveles más bajos en 15 años.
El gremio proyecta que la inversión en construcción será rango de caída de 10% a 14% en 2020 respecto de 2019, cifras que desde la CChC indican que no se observaban desde hace 37 años.
Sin embargo, ya hay estrategias de reactivación a través de la inversión en infraestructura pública, la que aumentará un 9,5%. De echo, el pasado 21 de agosto la CChC tuvo una reunión con las autoridades del Ministerio de Obras Públicas respecto llamado a licitación de 150 nuevas obras públicas en el marco del plan “Paso a Paso Chile se Recupera”.
Esta iniciativa contempla un plan de inversión pública por un monto adicional de US$4.500 millones por sobre el presupuesto regular, el que se materializará en los próximos 24 meses. De esta forma, para el periodo 2020-2022, se estima un total de US$ 34.000 millones en inversión pública.
Medidas de seguridad
El 10 de agosto, el Gobierno anunció un plan piloto para la apertura de tres faenas de menor tamaño en tres comunas que ya se encuentran en paso 2 de transición. Uno de las condiciones para estos proyectos es que solo se movilizará a 380 personas para reducir al máximo la posibilidad de contagios.
Con la reanudación de los proyectos, los trabajadores enfrentan la tarea de no contagiarse con COVID-19, debiendo cumplir protocolo de traslado, realizarse un examen PCR previo al reinicio de las obras, e informar el resultado de cada test a la autoridad sanitaria. Además, los trabajadores de cada obra firmarán una carta de compromiso con el autocuidado mientras no estén en la faena.
Sin embargo, los expertos afirman que estas medidas de autocuidado por parte de los trabajadores de la construcción en el contecto del COVID-19 deben ser más allá del uso de mascarillas y guantes. Daniel Rozas, jefe de comunidades de Hapital (empresa de gestión de edificios) asegura que las constructoras deben deben aplicar medidas sanitarias la hora de llegada, de colación y retiro de los trabajadores para así respetar el distanciamiento social.
Asimismo, dice que es fundamental que las obras cuenten con los siguiente elementos como implementos de trabajo:
- Jabón líquido, toallas desinfectantes desechables, gel alcoholado y/o alcohol líquido.
- Estaciones para el lavado de manos varios puntos de la obra (a la entrada, comedor, oficinas temporales, planta de operaciones, etc.)
- Toallas y pañuelos desechables.
- Recipientes cerrados o bolsas para el desecho de toallas y pañuelos, identificados y ubicados en varios puntos de la obra.
- Mascarillas, guantes desechables y lentes protectores.
- Termómetros a distancia o de cinta.
Si bien el protocolo dado a conocer por la CChC para enfrentar la pandemia tiene algunos de estos elementos, son calificadas como “recomendaciones”, por lo que las obras no tienen la obligación de tener estos implementos.