El currículum es uno solo
Ruth Arce es Directora de Pedagogía en Educación Media, Universidad Diego Portales (UDP)
Un gran desafío para todos los establecimientos escolares es resolver la pregunta de que enseñar y que evaluar en el período 2020 – 2021; a propósito de la Priorización Curricular del Mineduc y de la eventualidad de un retorno a clases (cada día más lejana) es que han surgido muchas voces respecto del rol que juegan las asignaturas de los planes de estudio y preguntas como: ¿enseñar solo Lenguaje y Matemática?, ¿dejar de lado Educación Física, Arte y Música? ¿enseñar lo imprescindible? se han vuelto cada vez más frecuentes; de alguna manera estas inquietudes tensionan el currículum nacional y probablemente, en una instancia pospandemia, habrá que volver a mirar lo que se enseña y preguntarse, si en efecto los contenidos atienden a las necesidades del siglo XXI.
Sin embargo, las preguntas de qué enseñar nos vuelven a la idea de categorización de asignaturas de mayor y menor relevancia en el currículum nacional; sin embargo, en cualquier momento de la vida educativa y también en momentos de crisis el currículum es uno solo y eso significa que todas las asignaturas deben tener un espacio para entregar los conocimientos que contribuyen a la formación integral del estudiantado; si no fuera así, la idea de lo “integral” solo sería una frase poética y los docentes que las ejercen quedarían reducidos a ser solo acompañantes del aprendizaje.
El segundo aspecto referido a la evaluación también es desafiante, siempre lo ha sido; sin embargo, la puesta en vigencia del Decreto 67 (contextualmente apropiada) nos hace preguntarnos si no será más coherente y propositivo evaluar al estudiantado en proyectos que les permitan integrar varias asignaturas y fortalecer el trabajo colaborativo y alivianar un currículum que, en condiciones normales, resulta muy extenso.
No cabe duda de que, en las escuelas, las capacidades para integrar el conocimiento existen y que las múltiples experiencias implementadas con o sin pandemia dan cuenta de que las posibilidades de aprender se amplían y que la idea de la formación integral se hace menos poética y, por ende, más real.
Finalmente, si el currículum es uno solo es momento de ejercer esas condiciones de liderazgo y gestión pedagógica para abrir posibilidades de aprender en tiempos de crisis, particularmente, considerando que no todo el estudiantado tiene las mismas posibilidades de ingresar a las aulas virtuales, que no todos los y las docentes tienen suficiente tiempo para trabajar en rediseñar sus clases y, que hacerlo integrada y colaborativamente puede tener un efecto muy positivo para hoy y también para mañana.