A Argentina le pasa la cuenta el triunfalismo de Alberto Fernández: supera a Chile en casos totales y fallecidos confirmados
El país vecino alcanzó el peak de contagios a pesar de la larga cuarentena y un promisorio inicio, en donde su Presidente recurrió a las comparaciones.
Argentina está pasando por el peak de la pandemia del coronavirus, sumando 589.012 contagios totales y 12.229 muertos, cifras que superaron el registro de Chile, que hasta ahora tiene 441.150 casos y 12.142 decesos confirmados por el COVID-19.
El país trasandino inició una temprana cuarentena en marzo, la que le permitió recibir el SARS-CoV-2 de forma promisoria y con una buena evaluación externa. Aquello también hizo que el Presidente Alberto Fernández apelara a la comparación y a cierto triunfalismo al ver cómo otras naciones de la región eran azotadas con la enfermedad.
La realidad cambió completamente durante el mes de agosto, cuando la cifra de infectados subió rápidamente, quedando por sobre los 10 mil diagnosticados por varios días. La Ciudad de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires lideraron todos los índices negativos, aunque también se han visto situaciones complejas en zonas interiores como Chaco y Jujuy.
Los conflictos políticos con la oposición y el agotamiento de gran parte de la población ha transformado gran parte de los halagos iniciales en críticas y dudas a la estrategia tomada por el gobierno, la que aún se sostiene en la poca cantidad de fallecidos en comparación a la población total de Argentina, que alcanza los 44 millones.
Los problemas en Argentina
El conteo que maneja la Universidad Johns Hopkins tiene a Argentina por sobre Chile en la mayoría de los índices comparativos del coronavirus. Los trasandinos se demoraron cerca de dos meses en alcanzar un nivel de casos diarios que permitió desplazar a nuestro país del “top 10” del listado mundial.
El enfrentamiento de las cifras tiene matices, considerando los criterios que existen en cada país para llevar las cifras, especialmente la de los fallecidos. En Chile, las cifras diarias de muertos por coronavirus se basan en datos cruzados entre el Registro Civil y el Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS). De forma semanal se agregan a los llamados decesos “probables”, que agregan a quienes perdieron la vida sin tener un examen de PCR positivo, lo que hace que la cifra total salte a los 16 mil.
Argentina, en tanto, buscan contabilizar a las víctimas que presentaron síntomas asociados al COVID-19, pero aquello aún acarrea problemas en el sistema de registro. En mayo, la ONG Ciudadanía Inteligente realizó un estudio sobre la información que están entregando los gobiernos de América Latina respecto al coronavirus, donde la nación quedó en el puesto 15 de 20 en cuanto a la transparencia de los registros.
En agosto, cuando comenzó el peak, aparecieron las dudas especialmente con la demora en la carga de datos sobre los afectados. Una nota del diario La Nación indicó que de los fallecidos informados en un día, el 28% ocurrió en las 72 horas previas a ser informadas. El 72% restante tuvo lugar con una antelación superior. Incluso, una mujer de 85 años murió el 17 de abril y se informó con un retraso de 117 días.
Este subregistro genera temor, ya que indicaría que el número de víctimas fatales sería mayor que el que se notifica oficialmente.
El testeo también ha sido una de las complicaciones más graves de la estrategia argentina, ya que afecta directamente a los elementos restantes para asegurar el control de la pandemia, como lo son el aislamiento y la trazabilidad.
Las autoridades apostaron por el aislamiento extenso y estricto con la idea de “ganar tiempo” para preparar al sistema sanitario, sin enfatizar en la realización masiva de exámenes de PCR. Aquello no ha resultado en medio del peak de casos, ya que según lo consignado por diario Clarín, es uno de los países más afectados con menos capacidad de testeo.
Argentina, con 12.750 casos por millón de habitantes, solo ha testeado a 35.957 por millón, mientras que Chile realiza 156 mil pruebas por millón. Alemania es uno de los líderes mundiales en esta materia, con 160 mil pruebas por millón.
Las comparaciones de Fernández
Entre los meses de mayo y junio, cuando la pandemia golpeaba fuertemente a países como Perú, Ecuador, Brasil y Chile, el Presidente de Argentina, Alberto Fernández, defendía su estrategia y valoraba como un verdadero triunfo el hecho de tener pocos contagiados y fallecidos por coronavirus en su territorio.
“Mientras algunos en el mundo se burlan e ignoran las advertencias de la comunidad médica y científica, nosotros las observamos y comprendemos la necesidad de quedarnos en nuestras casas. Por eso estoy muy orgulloso de nosotros como pueblo y sé que, cuando todo esto pase, tendremos la fortaleza necesaria para volver a ponernos de pie”, expresó el gobernante peronista al cumplirse el mes de cuarentena obligatoria.
Durante este tiempo el mandatario ha recurrido a gráficos y diversas comparaciones para enfatizar que la situación de su país era mejor gracias al confinamiento extenso. Este ejercicio causó más de alguna molestia a nivel diplomático, especialmente con las autoridades chilenas.
A medida que avanzaban los meses la presión económica y social hizo que el confinamiento se fuera flexibilizando. La quiebra de negocios y la incertidumbre de la ciudadanía ante una curva que, pese a ser baja, permanecía en una meseta, hizo que se convocaran a controvertidas marchas anticuarentena.
En agosto todo cambió. La mayoría de los países vecinos -a excepción de Colombia y Bolivia- estabilizaron sus casos, aunque sin bajarlos completamente. Los argentinos, en cambio, vieron cómo a medida que avanzaban las semanas subían en todos los índices y superaban a países como Italia, que en marzo fue el ícono mundial del mal manejo de la pandemia.