Las teorías tras el explosivo aumento de contagios en Magallanes
Con la contaminación de los laboratorios descartada, tanto el Gobierno como algunos expertos creen que la cepa del COVID-19 que circula en la región podría haber mutado a una más contagiosa.
La región de Magallanes está viviendo una situación crítica con la pandemia del coronavirus debido al explosivo aumento de contagios, el que sorprendió a las autoridades y a los expertos.
Actualmente, la zona tiene más de 8.656 casos totales, de los cuales 1.526 son activos (la cifra más alta de todo el país), con un total de 83 muertes relacionadas al COVID-19.
La circulación del SARS-CoV-2 es tan alta que el subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga, aseguró que “es como si aquí en la Región Metropolitana tuviésemos 8 mil, 10 mil casos (diarios)”.
A pesar de esto, el sistema sanitario de la zona aún no ha llegado al colapso. Según el informe diario de la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva (Sochimi), al 30 de septiembre, Magallanes tiene un 71% de ocupación de camas, aunque en el último mes se han trasladado vía aérea a 37 pacientes hacia ciudades que están en una mejor condición.
El Gobierno está buscando explicaciones, mientras decide tomar decisiones para frenar la movilidad, como adelantar el horario de toque de queda y el establecimiento de una estricta cuarentena, la que aún no ha entregado los resultados esperados.
De los testeos a la posible contaminación
A mediados de septiembre, cuando la curva de contagios comenzaba a subir, las autoridades nacionales y de Magallanes revisaron qué falló en su estrategia. Ese proceso derivó en la salida del intendente José Fernández.
En ese momento, el seremi de Salud (S), Eduardo Castillo, reconoció que hubo algunos problemas en el trabajo posterior al paso de la primera ola de la pandemia. “Nos faltó haber hecho más testeo y un rápido lineamento de los focos, cuando detectamos que empezaron a aparecer”, expresó la autoridad a EL DÍNAMO.
En esa misma línea, la nueva intendenta, Jennifer Rojas, admitió que los servicios locales estuvieron “muy cortos” para medir la trazabilidad de los casos e impedir la propagación del virus.
El ministro de Salud, Enrique Paris, se sumó a la búsqueda de respuestas y el 22 de septiembre pasado lanzó una teoría que causó cierta polémica, especialmente en las entidades magallánicas que están trabajando en la toma de muestras. “Estamos revisando también el funcionamiento de los laboratorios, para ver si no hay contaminación, porque a mí me llama mucho la atención la cantidad de pacientes sin un impacto tan grande en el hospital”, aseveró en radio ADN.
Durante esa misma jornada, el subsecretario Zúñiga dio a conocer que las muestras trasladadas a Santiago para su análisis no habían mostrado signos de alteración, por lo que esta posibilidad quedó descartada. Con esto, las investigaciones se concentraron directamente con las características del virus que circula en Punta Arenas y sus alrededores.
La mutación del virus
El coronavirus SARS-CoV-2, que se detectó en diciembre de 2019 en la ciudad china de Wuhan, fue variando con el correr de los meses. La cepa que circuló en Europa, conocida como variante G614, ha sido calificada como “más infecciosa, pero menos patógena” según algunos estudios.
Un análisis realizado por el Instituto de Salud Pública (ISP) mostró que esta variación del COVID-19 es la que está presente en gran parte de Chile, incluyendo a Magallanes. Pero con el correr de los meses la situación habría cambiado, ya que la zona tendría su propia mutación.
La teoría está siendo investigada por los científicos magallánicos, aunque el presidente del Colegio Médico Regional, Gonzalo Sáez Torres, planteó a La Prensa Austral que se trataría de una “cepa de características extrañas”, que resultaría más contagiosa.
Christian García, doctor en Salud Pública y Académico de la Dirección de Postgrados Usach, señaló a EL DÍNAMO que “mutaciones siempre son posibles, pero creo que aquí el punto más importante es que de existir una mutación o un cambio de la cepa o tipo virus, lo primero que hay que hacer es probarlo, y lo segundo, hay que verificar si esto puede ser más virulento, cause mayor enfermedad, que se contagie más fácilmente, lo cual es difícil y que también es complejo probarlo”.
Vecinos con Argentina
La región de Magallanes tiene una interacción importante con Argentina, país que en este momento está pasando por una complicada situación con sus contagios. La vecina provincia trasandina de Tierra del Fuego registró el miércoles pasado un récord de 189 casos nuevos en un día, alcanzando los 4.200.
Sobre esto, Christian García afirmó que “por lo que entiendo, las fronteras están controladas, pero sin embargo, en estas zonas tienen riesgos porque están conectadas con otras situaciones epidemiológicas”.
El profesional planteó además que más allá de estos factores, la esencia del problema podría estar en las fallas de la trazabilidad, las que fueron asumidas por las propias autoridades.
“La base de este virus es poder encontrar rápido, detectar y aislar tanto al contagiado como a sus contactos. Sigo creyendo que hay un problema operacional, no es problema microbiológico o del virus, y de serlo (que no se puede descartar) hay que estudiarlo. La pregunta es por qué tendría que ser distinto el virus en Magallanes en comparación con otras zonas del país, ya que no debiese ser un virus especialmente distinto en la zona o en otros lugares cercanos”, manifestó.
Mientras se resuelven estas interrogantes, los habitantes de las cuatro provincias de la región deberán seguir manteniendo sus medidas sanitarias y los puntarenenses tendrán que soportar al menos una semana más de cuarentena.