Ipsos: 49% no tiene muchas ganas de volver al trabajo presencial, pero cree que es necesario
El sondeo también reveló que gran parte de las personas dejó de lado el transporte público, por considerarlo más riesgoso en el ámbito sanitario.
El noveno estudio de Ipsos de la opinión pública sobre el COVID-19 dio a conocer que tras varios meses de confinamiento y teletrabajo, los chilenos se muestran poco entusiastas en volver al trabajo presencial, pero están conscientes que es necesario hacerlo.
En ese contexto, el sondeo sostiene que solo el 24% tiene muchas ganas de retornar a la actividad, mientras un 49% dice que sus ganas son regulares.
Todo esto, pese a que el 85% cree que habrá un rebrote del virus, sobre el cual un 28% cree que será más grave que la primera ola. El 49% cree que será igual y el 23% opina que será menos grave. Mientras que el pesimismo sigue incrementando entre quienes ya trabajan fuera de su hogar.
Mientras que en relación a la percepción de gravedad, y considerando los sondeos anteriores, la ciudadanía cree que es muy grave contraer la enfermedad. En la presente medición esa percepción corresponde al 83% de las personas, cinco puntos más que en la medición de julio pasado.
Alejandra Ojeda, gerente de Asuntos Públicos de Ipsos Chile, afirmó en un comunicado que “no disminuye la percepción de gravedad de la pandemia, pero las personas están asimilando que forma parte de la nueva normalidad que estamos afrontando como país. Y en ese contexto, la actividad laboral y la cotidianeidad deben adaptarse y retomarse en la medida de lo posible. No hemos minimizado o subestimado su gravedad, pero sí hemos estamos aprendiendo a vivir en contexto de cuidado”.
El estudio indica que durante la pandemia también se ha registrado un cambio en la forma de transportarse hacía sus destinos. Un 33% de los encuestados explica que ha cambiado su método de movilización.
En concreto, la mayoría ha disminuido el uso de transporte público y ha intensificado el uso del auto, el que incrementó de un 40% a 49% con la pandemia, mientras que el uso del transporte público disminuyó de 32% a 18%. De acuerdo a lo expuesto, un 66% pone la seguridad sanitaria como el motivo principal para considerar dicho cambio.
Sobre esto último, Ojeda argumenta que “el desafío para el transporte público es darle seguridad a sus usuarios, ofreciendo evidencia sobre los protocolos que han implementado o implementarán para proteger a las personas. Parte importante de retornar a la actividad implica volver realizar las rutinas en las condiciones en que se realizaban previamente, lo que incluye el desplazamiento en el transporte público”.
El estudio también revela que solo un 24% evalúa positivamente la gestión de la crisis sanitaria por parte del Gobierno.