El impacto de la suspensión de las clases presenciales en el aprendizaje del inglés
La disminución de las horas de enseñanza de este idioma y la falta de retroalimentación producto de la educación a distancia podrían empeorar aún más los bajos índices de manejo que presentan los estudiantes.
Tras la suspensión de las clases presenciales y el salto a la educación a distancia debido a la expansión del COVID-19 en el país, el Ministerio de Educación presentó el 18 de mayo una propuesta de priorización curricular. Esto, con el fin de orientar a los colegios en torno a cuáles son aquellos aprendizajes esenciales que deben ser impartidos en este período de pandemia, y así ayudar a los establecimientos a hacer frente a este complejo escenario.
Sin embargo, esta situación también derivó en que asignaturas tan relevantes en el mundo de hoy, como Inglés, hayan sido desplazadas a una especie de segundo plano en algunos establecimientos educacionales, dejándose como parte de otro ramo o incluso sólo como un taller mensual, lo que evidentemente tendrá un impacto en los escolares.
Así lo destacó la directora de la carrera de Pedagogía en Educación Media en Inglés de la sede Concepción de la Universidad San Sebastián (USS), Wanda Yáñez, quien señaló a EL DÍNAMO que “la prioridad en este minuto en los establecimientos son las asignaturas de Matemática, Lenguaje y algunas ciencias. Hay establecimientos, por ejemplo, en que tenían Inglés desde kínder o de primero básico a cuarto medio, que tienen la jornada escolar completa, que están dando prioridad al Inglés hasta octavo básico, porque en la enseñanza media la prioridad se la están dando muchas veces a las asignaturas que son troncales del currículum”.
En esa línea, la especialista destacó que la reducción de las jornadas de Inglés producto de la necesidad de una priorización curricular debido a la suspensión de las clases presenciales, representa “una desventaja tremenda para el estudiante en cuanto al nivel de Inglés con el que va a salir, con el que va a terminar su escolaridad, porque aunque esté con clases de Inglés y sea una vez a la semana, en el fondo es un acercamiento muy lejano. El Inglés es una habilidad y esa habilidad se desarrolla, uno desarrolla la habilidad de la comunicación y de hablar Inglés, y para eso se necesita el estar el mayor tiempo posible en un contexto en el que se use el idioma”.
Un tema importante si se considera el bajo manejo del idioma que hay entre los escolares del país, donde tan sólo un 32% de los estudiantes de tercero medio alcanza un nivel básico e intermedio, es decir, sólo tres de cada diez alumnos lograron los aprendizajes esperados para octavo básico, según las conclusiones que arrojó el Estudio Nacional de Inglés 2017 y que presentó en febrero de 2019 la Agencia de Calidad de la Educación.
Metodologías de aprendizaje en pandemia
Si bien, en general se disminuyeron en los establecimientos educacionales la horas dedicadas a la enseñanza del Inglés, al menos se mantuvo la asignatura dentro del currículum escolar, lo cual permitiría cierta continuidad de los aprendizajes, aunque las clases presenciales serían irremplazables, resaltó Yáñez.
“A pesar de que no es una de las asignaturas prioritarias, sí están teniendo clases de Inglés; una vez a la semana a lo mejor en vez de tres, o bien una hora a la semana, pero no lo han dejado”, detalló la docente, haciendo referencia principalmente a lo que ha sucedido en los colegios donde los estudiantes de Pedagogía en Educación Media de dicha casa de estudios se encuentran realizando sus respectivas prácticas.
Ante ello, la especialista en la enseñanza del Inglés plantea que, donde aún no es posible retomar las clases presenciales, una de las mejores opciones sería promover la realización de clases en tiempo real con el profesor e idealmente en grupos acotados, dividiendo un curso grande en tres grupos pequeños, con el fin de poder trabajar de manera más directa con los estudiantes.
Mientras que, en el caso de aquellos alumnos que tienen habilidades para el idioma, también sería de utilidad, por ejemplo, ver películas o escuchar canciones en inglés, aunque siempre con la guía de un docente.
De todas formas, “para mí la enseñanza del Inglés tiene que ser presencial. La retroalimentación que un estudiante recibe es inmediata cuando es presencial, cuando la comunicación es fluida y es entre todos; aprenden entre todos. Además el profesor tiene la opción de corregir a cada uno cuando es presencial”, recalcó Yáñez.