Robert Y. Shapiro, profesor de la Universidad de Columbia, vaticina una pesadilla judicial para Trump en Nueva York
En entrevista con EL DINAMO, indicó que el mandatario podría liberarse de algunos temas legales "perdonándose a sí mismo o renunciando (al cargo de presidente) y haciendo que Mike Pence (actual vicepresidente) lo perdonara".
Para el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, una derrota en la elección no sería solo una humillación política sino que también es muy posible que se enfrente a una compleja situación judicial por una serie de demandas civiles y penales pendientes.
Medios internacionales sugieren que el mandatario es un sobreviviente porque salió a flote de un impeachment, seis bancarrotas, dos divorcios, 26 acusaciones de acoso sexual y más de 4.000 procesos judiciales.
A pesar de que actualmente Trump tiene más de una docena de causas abiertas en su contra por fraude fiscal, bancario y obstrucción a la justicia, además de ser acusado de intento de violación a mediados de los años 90, mientras esté en la Casa Blanca no puede ser procesado.
Sin embargo, si los resultados de estas elecciones resultan ser favorables para el demócrata Joe Biden, Trump ya anunció que impugnará los votos y si tras ello, el resultado lo deja fuera de la Casa Blanca, deberá comparecer ante la justicia.
Trump “solicitará el recuento de votos en elecciones cerradas y desafiará el recuento de votos que lleguen a Pensilvania después del día de las elecciones. Tiene que hacer esto en los tribunales estatales para empezar”, señaló a EL DÍNAMO Robert Y. Shapiro, especialista en política estadounidense y académico de la Universidad de Columbia.
“Con respecto a los cargos legales en su contra cuando (Trump) deje el cargo, su verdadero problema estará en la corte del estado de Nueva York”, agregó el profesor estadounidense.
A pesar de ello, en Estados Unidos existe la posibilidad que el mandatario pueda concederse a sí mismo el indulto presidencial antes de dejar el cargo.
“En el estado de Nueva York, Trump puede ser acusado, pero puede intentar perdonarse de antemano de alguna manera”, afirmó Shapiro.
Donald Trump “sólo podría esperar a que lo perdonaran de alguna manera, perdonándose a sí mismo o renunciando (al cargo de presidente) y haciendo que Mike Pence (actual vicepresidente) lo perdonara”, agregó el académico.
El auto perdón presidencial
Mientras está en sus funciones, el mandatario de Estados Unidos no puede ser perseguido por crímenes federales gracias a la inmunidad presidencial de la que goza, por lo que solo puede ser juzgado si renuncia a su cargo.
Sin embargo, puede recurrir a la figura legal del auto perdón, aunque esta solicitud debe ser aceptada y ratificada por la Corte Suprema para su validez.
Según las leyes estadounidenses, este beneficio es válido solo en crímenes federales y no en delitos estatales, por lo que podría ser juzgado de igual manera. Es decir, si la fiscalía de Nueva York lo está acusando por fraudes fiscales, él no puede auto perdonarse porque es el Estado quien lo está enjuiciando por ese delito en particular.
A pesar que el auto perdón es una posibilidad para Trump, se trata de una figura legal que nadie la ha utilizado hasta el momento, ni siquiera el ex Presidente Nixon en el caso Watergate.
“La Constitución dice que el presidente tendrá el poder de otorgar indultos y perdones por ofensas en contra de los Estados Unidos excepto en casos de enjuiciamiento político. Así que no tiene poder en el caso de crímenes de Estado y no puede detener o deshacer un enjuiciamiento del Congreso”, señaló Brian C. Kalt, profesor de leyes en la Universidad Estatal de Michigan a CNN.
Evasión de impuestos
Donald Trump se ha rehusado a difundir información relativa al pago de sus impuestos, lo que lo convierte en el primer Presidente en décadas que oculta detalles básicos de sus finanzas.
Trump no pagó impuestos federales por ingresos en 11 de los 18 años examinados por The New York Times en una investigación. En 2017, después de ser presidente, desembolsó 750 dólares en impuesto.
“Se las ha ingeniado para evadir impuestos mientras sigue gozando del estilo de vida de un multimillonario, algo que afirma ser, mientras sus empresas cubren los costos de lo que muchos considerarían gastos personales”, señaló The New York Times.
A pesar de ello, Trump se defiende asegurando que ha sido víctima de numerosas conspiraciones por sus enemigos que lo han acusado falsamente. La evasión de impuestos “es una noticia totalmente falsa. En realidad pagué, pero lo verán tan pronto como mis declaraciones de impuestos estén listas”, dijo el Presidente a los medios.
Demandas contra la familia Trump
De todos los casos judiciales abiertos, el que más le preocupa a Trump es el que lleva Letitia James, la fiscal general del estado de Nueva York.
James pidió a un tribunal que haga cumplir las citaciones que podrían revelar información financiera confidencial sobre la Organización Trump, lo que podría abrir la cortina sobre los negocios privados del presidente y ponerlo en peligro legal.
Hace dos meses, James presentó una petición en el tribunal de Nueva York y nombró a la Organización Trump como demandada.
“Si el tribunal está de acuerdo con ello, podrían salir a la luz documentos fiscales confidenciales y material relacionado con las propiedades de la familia Trump. La información también podría alimentar las investigaciones de los fiscales sobre si Trump y sus asociados tergiversaron el valor de los activos para evitar impuestos o ganar préstamos”, indica el medio The Guardian.
Conflictos legales
The New York Times indicó que en los próximos cuatro años Trump tiene que pagar más de 300 millones de dólares en préstamos y que sus negocios inmobiliarios tienen una deuda de 900 millones de dólares aproximadamente, por lo que sus inversiones personales no estarían pasando por el mejor momento.
Según el análisis, las propiedades de Donald Trump, especialmente sus hoteles y complejos turísticos, se han visto muy afectadas por la pandemia y las consecuencias de su divisiva carrera política.
Otro de los procesos legales más complejos que enfrentaría Donald Trump, es la denuncia de fraude electoral, en donde el fiscal federal del Distrito Sur de Manhattan, nombró (tácitamente) al actual Presidente como co-conspirador de delito junto a Michael Cohen, ex abogado del mandatario.
El mes pasado, Cohen, quien está con arresto domiciliario, publicó el libro Disloyal: A Memoir, donde asegura que el mandatario se comporta como un “jefe de mafia”, además de ser “un tramposo, un mentiroso, un fraude, un matón, un racista, un depredador y un estafador”.
Los cargos que se le acusan a Michael Cohen, quien en 2018 se declaró culpable de irregularidades electorales durante la campana de 2016, derivan de sus esfuerzos por gestionar pagos durante la campaña presidencial de Trump el 2016, para evitar que la actriz porno Stormy Daniels y la modelo Karen McDougal hablaran de sus supuestas relaciones extramatrimoniales con Trump.
Cohen dijo que Trump le ordenó realizar los pagos de 130 mil dólares, una transferencia que violó las normas de financiamiento de las campañas electorales en Estados Unidos.