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Actualizado el 17 de Noviembre de 2020

El impulso científico que traerán las vacunas de Moderna y Pfizer

El uso del ARN Mensajero en ambos proyectos contra el COVID-19 implican la consolidación de un desarrollo que sobrepasa la contención de la pandemia.

Por Sebastián Dote
vacunas Moderna y Pfizer
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El laboratorio Moderna y la farmacéutica Pfizer anunciaron durante las últimas semanas importantes avances sobre el desarrollo de sus vacunas contra del coronavirus, las que no solo aportarán en la lucha contra la pandemia, sino que también servirán con un impulso en la prevención de otras enfermedades.

Ambos proyectos llevados a cabo en Estados Unidos se realizaron bajo la tecnología del ARN Mensajero, la que estaba siendo utilizada en las fases de ensayos, pero que podría ser distribuida por primera vez al público en general.

Dicho método, que lleva más de una década de estudio, podría implicar una verdadera revolución en la vacunología, especialmente en el tiempo de realización de las iniciativas, el que se podría acortar de forma considerable.

Otros proyectos, como los realizados por la firma AstraZeneca y la Universidad de Oxford, además del elaborado por la china CanSino Biologics y Janssen también tienen tecnologías novedosas, las que resultarán útiles en el combate de otras enfermedades contagiosas en el futuro.

El desarrollo de las vacunas

vacunas moderna y pfizer

El trabajo en el Laboratorio Moderna en búsqueda de la vacuna contra el coronavirus. (Foto: Moderna Therapeutics)

Las vacunas tienen múltiples formas de alcanzar su desarrollo y generar la respuesta inmune necesaria en los seres humanos, cumpliendo el objetivo de prevenir o atenuar infecciones que podrían resultar letales.

Miguel O’Ryan, infectólogo del Instituto Biomédico de la Universidad de Chile y uno de los encargados de las pruebas de la vacuna de Janssen y Johnson & Johnson en el país, explicó a EL DÍNAMO algunos detalles de este proceso.

“Lo más común para una vacuna es usar un virus inactivado. Se presenta un virus completo para que lo active, para que sirva como antígeno. La otra plataforma es utilizar síntesis molecular para hacerla con el virus no completo, para seleccionar uno o más tipos de proteínas virales específicas”, explicó el experto.

En el caso de las vacunas de Moderna y Pfizer, el llamado ARN Mensajero opera de forma diferente, ya que “inyecta material genético del virus, para que nuestras células produzcan la proteína espiga viral en nuestro cuerpo, activando así el sistema inmune”.

Otras tecnologías, como las usadas por Oxford-AstraZeneca, CanSino y Janssen, entre otras compañías, buscan introducir un adenovirus que es modificado. “Al propio adenovirus se le introduce un genoma del coronavirus, para que puedan ingresar al organismo y producir la proteína espiga”, añadió.

El éxito de estas dos últimas fórmulas podrían determinar el desarrollo de las vacunas para el futuro, acelerando los procesos de forma considerable y permitiendo tener soluciones para otras pandemias que afecten a la humanidad.

El impulso para el futuro

O’Ryan señaló que el desarrollo de la tecnología de ARN Mensajero en las vacunas de Moderna y Pfizer, además de la utilización de adenovirus modificado en los proyectos de Oxford-AstraZeneca, CanSino y Janssen, son “un aporte monumental” en el desarrollo de las técnicas de inmunización.

“Estas plataformas existen hace casi 10 años, pero desde ahí no se habían desarrollado más. Claramente van a ser un aporte exponencial porque se van a poder replicar con otra enfermedad modificando el material genético”, expresó.

El médico dijo que “los avances que hemos tenido este año en vacuna equivalen, tal vez, a 10 años. Con la cantidad de recursos que se han dispuesto, el avance ha sido a la velocidad de la luz”, precisando que estos métodos permitirían “el desarrollo de cientos de miles de millones de dosis de forma acelerada”.

Respecto a la conservación de las vacunas, el especialista dijo desconocer por qué el proyecto de Pfizer requería una temperatura más baja (-70°C) para el almacenamiento a diferencia del de Moderna, aunque explicó que probablemente en este último “se lograron estabilizar algunos indicadores” que facilitarían su duración.

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