Día Mundial del Sida: los mitos que marcaron al VIH
El virus y la enfermedad provocó un gran caos en las sociedades tras su detección hace 40 años, la que vino junto con una serie de mitos.
Cerca de 33 millones de personas han muerto a causa de enfermedades relacionadas con el Sida desde el comienzo de la epidemia hace más de 40 años, mientras que alrededor de 38 millones vive actualmente con VIH en el mundo.
Pese a que con el paso de los años se han descubierto y aplicado tratamientos para enfrentar los síntomas y consecuencias a la salud ligadas a este virus, aún existen grandes brechas entre los países que se han comprometido con los organismos de salud internacionales a encaminar las acciones para erradicar el VIH.
El Sida históricamente se ha visto marcado por distintos mitos que con el tiempo han sido desmentidos por médicos y estudios científicos y la Organización Mundial de la Salud (OMS)
Por ejemplo, cuando se habla de VIH se hace referencia al Virus de Inmunodeficiencia Humana, que ataca el sistema de defensas del organismo, mientras que el SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) es la etapa avanzada de la infección por el virus, en el que la persona infectada está más propensa a contraer otras infecciones graves que pueden producir la muerte.
Durante los años 80 y 90 existía un desconocimiento e ignorancia generalizada respecto a las formas de trasmisión del VIH y otros aspectos, provocando que durante mucho tiempo se registrara una fuerte discriminación hacia las personas afectadas.
El VIH se transmite a través del intercambio de determinados líquidos corporales de la persona infectada, como la sangre, la leche materna, el semen o las secreciones vaginales, según la OMS.
De acuerdo a la organización, existen factores que podrían significar un mayor riesgo y eventualmente facilitar el contagio del virus como el tener relaciones sexuales anales o vaginales sin preservativo; padecer otra infección de transmisión sexual (ITS) como sífilis, herpes, clamidiasis, gonorrea o vaginosis bacteriana; recibir inyecciones, transfusiones sanguíneas o trasplantes de tejidos sin garantías de seguridad o ser objeto de procedimientos médicos que entrañen cortes o perforaciones con instrumental no esterilizado.
Rápida aparición de síntomas
Entre aquellos mitos se encuentra que el virus del VIH es de rápida detección, ya que los síntomas asociados se presentan en un corto plazo luego de contraer la infección.
Ignacio Silva, infectólogo y académico de post grado de Facimed Usach, explicó a EL DÍNAMO que esto no es real, ya que en la mayoría de los casos las personas no presentan manifestaciones de la enfermedad hasta después de meses o años desde el momento de la infección.
“En algunos casos luego de dos semanas pueden aparecer algunos síntomas, pero que pueden pasar desapercibidos y se pueden confundir con una gripe, ya que sufren de fiebre, dolor de garganta, lesiones cutáneas (…) que desaparecen sin tratamiento, contribuyendo aún más a la confusión de síntomas. Después de eso, pueden pasar meses o años antes de presentar nuevos síntomas”, agregó.
Terapias tardías
En ese mismo sentido, se decía que quienes sufrían esta enfermedad no tenían la necesidad de tratarse hasta que ésta estuviera muy avanzada, sin embargo desde la Organización Mundial de la Salud descartaron completamente esto, ya que al igual que en la mayoría de las enfermedades el tratamiento rápido y oportuno es relevante.
“El 2015 se demostró que mientras antes se realiza el tratamiento, luego del diagnóstico, mejora el pronóstico de los pacientes. Antiguamente se esperaba a que la enfermedad estuviese avanzada para tratarla”, explicó el infectólogo
Enfermedad de homosexual
Entre los mitos más conocidos está el que aseguraba que el VIH/Sida era una enfermedad que sólo contraían los homosexuales, provocando una ola de discriminación que incluso se replica hasta la actualidad.
“Los hombres que tienen sexo con hombres son la población que actualmente tiene la mayor prevalencia del VIH, pero bajo ninguna circunstancias son los únicos que la adquieren. Existe una creciente transmisión entre heterosexuales, mujeres y adultos mayores, por lo que sin importar su orientación sexual tenga la conciencia del riesgo de adquirir VIH”, explicó Silva.
La OMS define como poblaciones clave aquellas personas de determinados grupos de población que corren un mayor riesgo de contraer el virus. Éstos son hombres que tienen relaciones sexuales con hombres; personas que se inyectan drogas; personas recluidas en cárceles y otros entornos cerrados; trabajadoras del sexo y sus clientes y personas transgénero.
Transmisión
La transmisión del VIH es una de las que acumula más mitos, y que pese a las constantes campañas de los gobiernos, sigue presente el desconocimiento respecto a las formas en que 38 millones de personas a nivel mundial han contraído la enfermedad.
Es así como surgieron mitos que indicaban que se podría transmitir la enfermedad al tocar superficies o compartir utensilios de uso común, lo que es imposible según el infectólogo de la Usach.
“El virus se inactiva rápidamente en la superficie o contacto con el ambiente. Por lo tanto en baños, escritorios, por sudor, saliva, al tocar las manos , etc, no es posible contagiarse. La principal vía de transmisión es la sexual y la sanguínea”, indica.
Esto último también derrumba la idea de que no posible contagiarse al utilizar agujas infectadas para realizar tatuajes o para inyectar drogas intravenosas.
Por otra parte, el especialista indicó que tampoco es posible adquirir la enfermedad al ser “picado” por un mosquito, ya que hasta ahora no se ha demostrado que el VIH “utilice insectos como vectores (…) no es una vía efectiva de contagio”.
En medio de la discriminación
Carolina del Real, quien vive con VIH y que actualmente da charlas relacionadas con la enfermedad y sobre cómo enfrentar las distintas dificultades que ésta conlleva, comentó a EL DÍNAMO que aún existe desinformación al respecto.
Carolina explica que aún hay personas que creen que las mujeres con VIH no pueden ser madres, o que le transmitirán sí o sí el virus a sus hijos. Sin embargo, actualmente los avances médicos permiten que las mujeres puedan vivir su embarazo y maternidad normalmente, sin afectar a sus hijos.
“A muchos que yo les he contado que podemos ser mamás es un tremendo descubrimiento; no saben que el tratamiento te permite llegar al estado de indetectabilidad del virus, lo que permite que tu no transmitas el virus”, contó.
Del Real relata que la discriminación más común se da en las relaciones de pareja, o al momento de intentar iniciar un vínculo afectivo con una persona: “La parte donde más duele es en los vínculos amorosos es donde más cuesta”.
Esto último también se mezcla con el mito de que solo los homosexuales contraían la enfermedad, ya que incluso le han preguntado si su ex pareja, y quien la contagió, era bisexual. “Las personas no logran entender que un hombre heterosexual también podría tener VIH”, afirma.
Carolina cuenta que en solo una oportunidad ha sufrido discriminación laboral, ya que una empresa decidió desvincularla por tener VIH, debido a que su enfermedad desprestigiaba a la empresa.