Andrés Arauz, el delfín de Rafael Correa que podría convertirse en el nuevo presidente de Ecuador
En conversación con EL DÍNAMO, el cientista político ecuatoriano, Juan José Gellibert, asegura que a pesar de los resultados en favor de Arauz, los números no serían determinantes en la segunda vuelta.
Andrés Arauz, ex ministro del ex presidente Rafael Correa, encabeza la fórmula presidencial por la coalición Unión por la Esperanza (Unes) que busca recuperar el poder en Ecuador.
Según el Consejo Nacional Electoral y con el 98% de los votos revisados, Andrés Arauz obtuvo el 32,17% del total de los votos, seguido por el líder indígena del movimiento Pachakutik, Yaku Pérez con el 19,87% de los votos y Guillermo Lasso, candidato del Movimiento CREO, con el 19,59%.
Para obtener la presidencia en primera vuelta, los candidatos necesitaban la mitad más uno de los votos válidos o al menos un 40% con una diferencia de diez puntos por encima del segundo.
El margen entre Lasso y Pérez es demasiado estrecho, por lo que los contrincantes para el balotaje del 11 de abril próximo podrían cambiar en cuestión de minutos.
En conversación con EL DÍNAMO, el cientista político ecuatoriano Juan José Gellibert asegura que a pesar de los resultados en favor de Arauz, los números no serían determinantes en la segunda vuelta.
“Hay un 60% de electores que no votó por Andrés Araúz y que están buscando una alternativa de gobierno, las posibilidades dependen de la capacidad de Yaku Pérez, o de quien pase a la segunda vuelta, de entender qué motiva a estos electores para lograr y persuadirlos y representarlos en un futuro gobierno”, indica.
El nuevo mandatario de Ecuador asumirá un país con una economía colapsada por la pandemia, pero cuya inestabilidad viene acumulada desde antes por la baja en los precios de petróleo y años de gobiernos con grandes gastos y préstamos excesivos.
“Uno de los retos más importantes del nuevo Presidente será sacar al país de la crisis económica. Además de disminuir el riesgo para atraer inversión extranjera y fortalecer la dolarización. Junto a ello, deberá realizar un plan real de vacunación en la población y transparentar el sistema de salud pública que actualmente tenemos. También deberá recuperar la confianza en las instituciones del Estado con una administración transparente que permita la fiscalización del uso de los recursos públicos”, indica Gellibert.
“Uno de los ejes que ayudan a la transparencia es una correcta gestión de participación ciudadana y la generación de espacios de diálogos nacionales”, agrega.
El delfín de Rafael Correa
Definido por el entorno del ex mandatario Rafael Correa como “un hombre de su máxima confianza, muy radical y pragmático”, Andrés Arauz, de 36 años, busca ser el nuevo presidente de Ecuador.
A la política llegó el verano de 2020 cuando el correísmo buscaba un candidato para devolver el poder a la Revolución Ciudadana, el proyecto económico y social de Rafael Correa y del que el actual presidente, Lenín Moreno, se distanció el 2017.
“El pueblo está harto de traidores, les puedo jurar total lealtad a Correa”, dijo Arauz en su cierre de campaña en Quito. Una lealtad, que según medios internacionales incluiría absolver a los altos cargos del correísmo y a su propio jefe de las distintas sentencias por corrupción.
Andrés Arauz es un político joven, que gracias a Correa, se ha convertido en una esperanza de la izquierda en su país, quienes esperan que este economista, que fue ministro de Conocimiento y Talento Humano en la última etapa del ex presidente Correa, retome el poder.
“Las urnas han sido contundentes y el pueblo nos ha dado una amplia ventaja sobre los otros candidatos. Sin importar cuál sea el representante del continuismo, nuestro proyecto seguirá tendiendo puentes de unidad con los frentes sociales, productivos y progresistas de la Patria”, escribió Arauz en su cuenta de Twitter tras los primeros resultados.
Ex ministro de Rafael Correa
Nacido en 1985 en Quito, Arauz fue criado por su abuela, mujer de 106 años que trabajó 40 años como profesora. El economista construyó una trayectoria académica que consolidó con su trabajo en diferentes instituciones de la administración pública durante las últimas dos décadas.
Del 25 de marzo de 2015 a 2017, Arauz, fue ministro coordinador de Conocimiento y Talento Humano durante el gobierno de Rafael Correa. Además, ejerció como ministro de Cultura y Patrimonio entre abril y mayo de 2017 al renunciar el ministro titular Raúl Vallejo.
En 2009 trabajó en el Banco Central de Ecuador, donde llegó a ser director general entre 2011 y 2013. Fue subsecretario general de Planificación para el Buen Vivir de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo.
En agosto de 2020 anunció que concurriría a las elecciones presidenciales de 2021 y el 16 de septiembre se presentó el binomio presidencial Andrés Arauz y el comunicador Carlos Rabascall como candidatos a la presidencia y vicepresidencia de Ecuador.
La sombra de la corrupción
En julio del año pasado, la Corte Nacional de Justicia de Ecuador (CNJ) ratificó la condena de ocho años de cárcel que se impuso en contra del ex presidente de Ecuador, Rafael Correa, acusado de cohecho en un caso que involucra a otros colaboradores de su gobierno.
En aquella oportunidad el tribunal confirmó la sentencia de primera instancia en contra del ex mandatario, quien además deberá pagar una indemnización luego de ser imputado por el llamado “caso Sobornos”, el que implicó pagos entre funcionarios y empresarios.
La justicia también confirmó las condenas en contra de Jorge Glas, Vinicio Alvarado, Alexis Mera, Viviana Bonilla, Christian Viteri, María de los Ángeles Duarte, Laura Terán y Pamela Martínez, todos cercanos a la administración de Correa.
El mes pasado, la justicia de Ecuador condenó a ocho años de cárcel a Walter Solís, quien fue ministro de la Secretaría Nacional del Agua (Senagua) y de Obras Públicas durante el Gobierno de Rafael Correa.
El tribunal penal de la Corte Nacional de Justicia de Ecuador (CNJ) declaró culpable al ex ministro de Correa y a Marco Rodas, ex coordinador general jurídico de Senagua, por malversación de fondos públicos.
Además de los años de cárcel, los condenados deberán pagar US$2.218.000 como “devolución del perjuicio ocasionado al Estado, que será asumido por los dos sentenciados en partes iguales”, según precisa la resolución del tribunal penal.